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Economía Moral

Encuesta de Percepciones y Acceso a Satisfactores Básicos (EPASB) / II

Algunas innovaciones y hallazgos de la EPASB

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sta encuesta, que se presentará el próximo lunes 13 de junio a las 11 horas en el Club de Periodistas (Filomeno Mata 8), tiene muchas innovaciones y los hallazgos que permitirá son muy numerosos. Hoy destacaré algunas de sus innovaciones y los hallazgos que, dado que su análisis apenas está comenzando, han emergido. Las innovaciones las podemos enumerar según la sección del cuestionario. Las de la sección sobre características del hogar profundizan en las condiciones de vida: acabados en muros y en techos; impermeabilización en techos; disponibilidad de dormitorios exclusivos para parejas y separados para hijos de diferente sexo de 10 o más años; disponibilidad de ventanas con vidrios en buen estado y que se puedan abrir y cerrar; y captación del número de baños y disponibilidad en ellos de excusado, lavabo y regadera con agua corriente y, en los dos últimos, agua caliente. La sección sobre acceso a satisfactores básicos es casi totalmente nueva. En ella se capta no sólo el acceso del hogar y sus integrantes a aspectos y rubros de los siguientes temas, si no también, en muchos casos, la razón del no acceso (distinguiendo el no quieren del no les alcanza):

alimentación, entre otros el consumo de alimentos fuera del hogar, la frecuencia de consumo de frutas, verduras, leche, carne, pollo y pescado; posesión de equipos y enseres para la conservación, preparación y consumo de alimentos y su lavado; rubros generales del equipamiento y mobiliario de la vivienda (desde blancos y cortinas hasta calefactor y ventilador, pasando por muebles de sala); acceso a bienes y servicios de salud (desde botiquín, hasta atención hospitalaria, pasando por métodos anticonceptivos, lentes, sillas de ruedas); bienes para la higiene y hábitos al respecto (desde pasta dental hasta lavadora y secadora de ropa, pasando por suavizante de ropa); de transportes y comunicaciones, desde automóvil hasta computadora, teléfono celular e Internet, pasando por uso de taxi); en educación, cultura, recreación y cuidado de menores, se cubre rubros como libros y revistas, educación artística, quién y en donde cuida a los menores de personas que trabajan o estudian, equipos electrónicos y discos para música, películas y juegos, así como ir al cine y otros espectáculos y a paseos y fiestas; en materia de tiempo libre disponible y su uso, se indaga sobre días semanales de descanso, vacaciones y uso de éstas; en cuanto a vestido y calzado se capta el acceso a diversas prendas de vestir y de calzar, incluyendo ropa abrigada, paraguas e impermeable; en cuidado y presentación personal se abordan rubros como plancha, crema para la piel, para calzado y para afeitar, lápiz labial y desodorantes personales; finalmente se indaga sobre bienes para bebés.

El cuestionario del hogar concluye con una sección sobre lugares de compra usuales por grupos de bienes, diseñada para conocer los lugares donde se deben cotizar los precios para el cálculo del costo de la canasta normativa.

El cuestionario sobre percepciones (aplicado a personas de 15 y más años) tiene, como lo mencioné en la entrega anterior (03/06/11), dos antecedentes en México. Sin embargo, una de ellas, la Encuesta para la Determinación de Umbrales Multidimensionales de Pobreza (Coneval, 2007) tiene sólo una sección pequeña sobre percepciones (13 preguntas, la mayoría de las cuales se refiere a rubros de NBI como materiales de la vivienda y agua), por lo cual casi no aborda bienes que se adquieren en el mercado. El más importante antecedente, sobre cuyos resultados se diseñó esta parte del cuestionario, fue la Encuesta Percepciones de la Población Urbana sobre las Normas Mínimas de Satisfacción de las Necesidades Básicas (EPPUSNB), levantada por la Profeco en 18 ciudades del país, en convenio con la UIA- Santa Fe, con un cuestionario diseñado por Julio Boltvinik con el apoyo de Raymundo Martínez. Muchos rubros que la inmensa mayoría de las personas entrevistadas consideraron necesarios, ya no se incluyeron en la EPASB. Por ejemplo, no se repitió la pregunta sobre si eran necesarios los muros y techos de ladrillo, concreto, tabique o teja. En su lugar se preguntó sobre los acabados necesarios en muros (internos y externos) y techos. En otros casos se eliminó el rubro, como excusado con agua corriente para uso exclusivo del hogar que el 97.3% de la población entrevistada en la ZMCM consideró necesario. En la EPPUSNB:

Se pidió a 2,470 adultos, de otros tantos hogares, en 18 ciudades del país, que clasificara un poco más de 200 rubros de bienes y servicios en tres categorías: necesario, deseable pero no necesario, y no necesario ni deseable. También se incluyeron algunos rubros en los que se preguntó a la población la frecuencia deseable, o la duración de ciertos eventos. Los rubros incluidos pertenecían a cuatro categorías: 1. rubros incluidos en la Canasta Normativa de Satisfactores Esenciales (CNSE) de Coplamar, pero discutible (como el maquillaje); 2. rubros no incluidos en la CNSE como calentador de agua y teléfono familiar; 3. rubros de nuevo desarrollo o cuyo uso se ha generalizado recientemente (computadoras personales, discos compactos, teléfono celular); 4. dimensiones de necesidades básicas que se utilizan en la metodología de pobreza por necesidades básicas insatisfechas (NBI), donde se quería conocer donde ubican los hogares las normas (vbgr. el máximo de personas por dormitorio o el nivel mínimo educativo para un adulto). (Julio Boltvinik y Alejandro Marín, La canasta normativa de satisfactores esenciales de la Coplamar. Génesis y desarrollos recientes, Comercio Exterior, Vol. 53, Núm. 5, mayo de 2003, pp. 477-478)

En el escaso espacio restante veamos algunos hallazgos de la EPASB, cuya trama de preguntas permite establecer la relación entre acceso y percepciones. Como lo muestra la gráfica anexa, con rubros seleccionados de varios temas, prácticamente en todos los casos, el acceso a un bien parece influir en la percepción u opinión sobre su carácter de bien necesario. Eso parecería expresar el hecho que en todos los 9 rubros que muestra la gráfica, el porcentaje de quienes tienen el bien y lo consideran necesario es mayor que el de quienes no lo tienen y también lo consideran necesario. Sin embargo, la asociación cuantitativa entre ambos es muy cercana en algunos rubros como el boiler o el uso de taxi, donde las diferencias en puntos porcentuales entre quienes lo tienen (o lo usan) es de apenas 4.2 puntos en el primero y 7.8 puntos en el segundo. En cambio, estas distancias son mucho más altas en el lavavajillas, donde es de 22.7 puntos (aunque en términos relativos una cifra más que duplica la otra), o la de Internet y correo electrónico donde la distancia es de 19 puntos, o la de 19.2 puntos del automóvil.

Otro hallazgo, de carácter concreto, aunque esperado, vale la pena resaltarlo por su dramatismo. Respecto a la forma de cuidado de los menores de los adultos que trabajan, las tres cuartas partes son cuidados por una persona (familiar o no) de manera gratuita; sólo 2 por ciento son cuidados en guarderías gratuitas para el usuario (mostrando la bajísima cobertura de los servicios públicos gratuitos en la materia); 8 por ciento paga por dichos cuidados (a personas o instituciones); y 15 por ciento de los menores se quedan solos. Cuando estos últimos datos se analizan por deciles, resulta que en los dos deciles más altos quienes pagan por estos servicios son 20 por ciento y 4.5 por ciento deja solos a los menores. En agudo contraste, en los deciles V, VI y VII la proporción de menores que se quedan solos supera 20 por ciento y quienes pagan por servicios es de sólo el 3%. No hay arranque parejo en la vida.