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Deben pagar cuotas por protección de parcelas y transportes

Asuela el crimen organizado a aguacateros de Michoacán
 
Periódico La Jornada
Lunes 15 de agosto de 2011, p. 9

Productores de aguacate de 13 municipios de Michoacán enfrentan en su actividad diaria demandas de cuotas para poder trabajar, secuestros e imposición de días y horarios ordenados por la delincuencia organizada para que salgan los transportes con la carga para los mercados interno y externo.

La inseguridad ha orillado a varios pequeños y medianos productores a rentar y hasta rematar sus tierras, entre ellas las localizadas en los alrededores de Uruapan, Zitácuaro y Ziracuarétiro. Quienes se atreven a abrir tierras al cultivo del fruto son obligados a pagar mil pesos por planta a un determinado grupo, y cantidades indeterminadas a otros que llegan a vender seguridad. Los empacadores y transportistas son obligados a pagar cuotas de entre 40 a 60 por ciento de sus ingresos, refirieron en entrevista integrantes de organizaciones nacionales –que pidieron no ser identificados–, y que saben de las penalidades de productores y comercializadores de aguacate.

Pocos se atreven a comentar lo que pasa en Los Reyes, Uruapan, Salvador Escalante, Acuitzio, Tacámbaro, Ario, Teretán, Apatzingán, Tacíntaro, Nuevo Parangaricutiro, Peribán, Tingüindín, Zitácuaro. La situación está difícil; se vende el aguacate pero muchos han preferido dejar el cultivo, mencionaron productores que solicitaron el anonimato.

Se caen los pedidos

En Michoacán, conocido por la producción de aguacate tipo Hass –de cada diez frutos que se ofertan en los mercados nueve son de esa entidad–, los viveristas también registran altibajos en las ventas. Los clientes que llegan a realizar pedidos de varios cientos reducen o de plano cancelan sus compras por las extorsiones.

Sin dar detalles, mencionaron que algunas personas que sólo desean trabajar honestamente acudieron hace algunas semanas a hacer pedidos de dos mil plantas, definieron la fecha de entrega y no llegaron. Semanas después regresaron y sólo compraron 500 plantas, pues les habían exigido un pago de mil pesos por planta, si querían continuar con la instalación de su huerta.

Debido a la inseguridad, en los tres años pasados la venta de plantas se desplomó. Los compradores de Oaxaca, Puebla y Veracruz dejaron de acudir pues, según las versiones que empezaron a difundirse, la delincuencia les estaba exigiendo de 60 mil a 100 mil pesos por hectárea sembrada. Lo que llamó la atención de los viveristas es que algunas personas que, era evidente, no sabían del negocio, llegaron a comprar 40 mil plantas. Este año las ventas se están normalizando.

Antes de la exigencia de pagos por la delincuencia organizada, al cultivo del llamado oro verde se dedicaban unas 22 mil personas, de las cuales 51 por ciento eran pequeños productores. Ahora se ha vuelto una siembra para grupos selectos.

Un productor con menos de cinco hectáreas tiene dificultades para cubrir los altos cobros de electricidad, los cuales en un año pasaron de 200 a mil 500 pesos; los costos de los fertilizantes se incrementaron en 300 por ciento y a eso hay que sumar los pagos a los cortadores, limpias y podas, además del aumento del costo del agua, pues desde 1994 se suspendieron las concesiones para pozos y son escasos los apoyos gubernamentales para la construcción de ollas del líquido.

El costo de mantenimiento por hectárea en tierra de temporal es de 46 mil pesos, si el pequeño o mediano productor –que tiene de dos a 10 hectáreas máximo– quiere sumarse al grupo de los 6 mil 800 integrantes de la Asociación de Productores y Empacadores Exportadores de Aguacate de Michoacán (APEAM). Para lo anterior deberá cumplir con los requisitos tecnológicos y cubrir el pago de certificación de su huerta para poder acceder al mercado de Estados Unidos.

En este estado, donde tres de cada diez pobladores habitan en localidades rurales, se destinan 125 mil hectáreas al cultivo de aguacate –equivalente a 11.5 por ciento de su superficie agrícola en la entidad–, al cual se dedican actualmente 17 mil 500 agricultores, quienes el año pasado produjeron 1.2 millones de toneladas del fruto; de dicho volumen, 300 mil toneladas se exportaron a Estados Unidos, lo que dejó ingresos por 900 millones de dólares. Los productores que exportan prevén que por la recesión económica, el precio baje a no menos de un dólar por cada kilogramo.

Sí, es preocupante el clima de inseguridad en el estado, pero no hay de otra que continuar trabajando; preferimos luchar y arriesgar que no tener para comer, concluyeron aguacateros.