Opinión
Ver día anteriorMiércoles 14 de septiembre de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
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México SA

Los Pinos: fiesta y olvidos

Presupuesto y pantalones

¿Impulso sin precedentes?

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s tal la fiesta que se traen en Los Pinos porque Ernesto Cordero, según dijo, ya se puso los pantalones de uso rudo, que las brillantes mentes de la residencia oficial olvidaron cacarear su espléndido paquete económico 2012 (cuestionado por prácticamente todos los otrora llamados factores de la producción y los partidos políticos, salvo el PAN, desde luego), que para efectos oficiales promueve la generación de más empleo, fortalece las finanzas públicas y pone énfasis en la seguridad de los mexicanos.

El paquete económico para el próximo año se entregó al Congreso el pasado 8 de septiembre. Esa fue la última actividad de Ernesto Cordero como secretario de Hacienda, porque al día siguiente el pintoresco personaje dio el ¡Fua! (como él mismo había amenazado), se puso los pantalones y Felipe Calderón comenzó la fiesta que tantos olvidos ha generado en la residencia oficial.

Pues bien, transcurrieron cinco días desde tal entrega, y en plena fiesta alguien registró, todavía con el gorrito puesto, que el paquete económico a nadie convenció por ser más de lo mismo, y que, de plano, murió en el intento, pues los partidos de oposición (así les llaman) ya anunciaron que lo modificarían estructuralmente. Entre melodía y melodía, otro estratega de Los Pinos recordó que nadie del equipo había cacareado la brillante oferta oficial para 2012, toda vez que Ernesto Cordero ahora se dedica a promover la industria textil (por aquello de los pantalones de uso rudo) y divulgar las enseñanzas de Miguel Angel Cornejo (sólo con valor, determinación y coraje, etcétera).

Por lo anterior, a las eminencias de la residencia oficial no se les ocurrió mejor idea que enviar a la todóloga Alejandra Sota (vocera de Los Pinos, vocera de seguridad y ahora vocera de finanzas públicas) a dar una conferencia de prensa para explicar las bondades del paquete económico 2012, por mucho que a su lado estuviera el flamante secretario de Hacienda, José Antonio Meade, quien se supone sabe algo más del tema que la susodicha y, oficialmente, es el encargado de defender las propuesta calderonista. Pero ella encabezó tal conferencia (en las instalaciones de Hacienda) y marcó la pauta, es decir, repitió las frases comunes que el de los pantalones ya había utilizado en su último día de chamba en la SHCP.

En fin. Nada nuevo bajo el sol. Así han transcurrido 57 meses y pico de calderonato. Choro y más choro; promesas y más promesas, fiesta y más fiesta, y para el país nada de nada. Entre las frases comunes relacionadas con el paquete económico (repetidas por Calderón, Cordero, y ahora por Sota y Meade) está la relativa a que el presupuesto de egresos 2012 contempla un impulso sin precedentes a la infraestructura, aunque, de entrada, en el documento entregado al Congreso el pasado 8 de septiembre (mismo que en medio de su fiesta cacarean los susodichos) queda claro que la inversión cae 3.2 por ciento en términos generales.

Sin embargo, a la hora del detalle tal presupuesto de egresos deja en claro que en energía la inversión desaparece; en agricultura, ganadería, desarrollo rural, pesca y alimentación se desploma 72.2 por ciento; en salud, 40.8 por ciento; en educación, 37 por ciento; en comunicaciones y transportes, 24 por ciento; en medio ambiente y recursos naturales, 23.3 por ciento; en trabajo y previsión social, 12.6 por ciento, por sólo citar algunos renglones, aunque todos ellos generadores de beneficios sociales, comenzando por empleo. ¿Así entienden en Los Pinos el impulso sin precedentes a la infraestructura?

De acuerdo con el discurso oficial, la enorme cereza que cubriría el pastel en el sexenio de la infraestructura sería la cinco veces anunciada construcción de una refinería, la Bicentenario, en Tula, Hidalgo. Se habló y habló de que si bien su consumación trascendería la administración calderonista, sería en ésta cuando se registraría el avance decisivo. Sería la primera obra de esta magnitud en más de 30 años, con lo que México dependería cada vez en menor proporción de la compra de combustible en el extranjero. Pero nada; sólo discurso, como siempre.

Así es. En el proyecto de presupuesto de egresos 2012, Calderón olvidó canalizar dineros públicos a la Bicentenario; esta magna obra del sexenio (como ha presumido en cinco ocasiones) no fue incluida en el impulso sin precedentes a la infraestructura. De hecho, ni siquiera han terminado la barda perimetral para delimitar el terreno donde, supuestamente, se construiría, ni el magro presupuesto autorizado para tal fin. El avance que en este renglón reconoce la Secretaría de Hacienda es apenas de 20 por ciento. Y tal barda es la parte más fácil del proyecto.

En el apartado programas y proyectos de inversión, se lee: Pemex Refinación en 2012 se podrán atender las prioridades de la cartera de proyectos de inversión de este organismo, siempre y cuando se cuente con los recursos presupuestales suficientes que permitan dar continuidad al Programa de Operación Anual de Pemex Refinación y atender la instrucción del Ejecutivo federal en el sentido de concluir los estudios necesarios para construir una nueva refinería e iniciar con la etapa de construcción (los subrayados son de México SA). Pues bien, no se consideraron tales recursos, ergo, la Bicentenario se mantiene en el limbo.

Lo único que aparece registrado (no como parte del presupuesto, sino como recursos propios de la paraestatal) es lo siguiente: clave: 0918T4M0048; nombre: cerca y barda perimetrales para el nuevo tren de refinación en Tula, Hidalgo; descripción: construcción de una cerca y barda perimetral en los terrenos donde se instalará la nueva refinería; costo total: 133 millones 849 mil 717 pesos; años anteriores (se gastó) 92 millones 450 mil 98 pesos; en 2012, 36 millones11 mil 440 pesos (de tal suerte que para 2013, se supone, quedaría un remanente de 5 millones 388 mil 179 pesos para, ¡¡¡por fin!!, terminar la ya famosa barda.

El 18 de marzo de 2008 Felipe Calderón anunció por primera vez la construcción de la Bicentenario. Pemex Refinación estimó (en 2010) que el programa de ejecución de tal refinería tendría el comportamiento que aparece en la gráfica que acompaña esta entrega. Oficialmente, el tiempo de desarrollo de la obra sería de siete años (agosto 2009-septiembre 2016) y el monto de inversión total de poco más de 129 mil millones de pesos. Pero nada: de la voluminosa inversión considerada sólo se ha ejercido 0.07 por ciento. He allí el sexenio de la infraestructura.

Las rebanadas del pastel

Instalado en la tesis del tío Lolo, Felipe Calderón afirma que punto por punto, indicador por indicador, México está mejor que hace 11 años.