Estados
Ver día anteriorMiércoles 21 de septiembre de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Después de 40 años, autoridades ofrecen alternativa productiva a campesinos de la sierra

Buscan sustituir narcocultivos en la Tarahumara por frutas y hortalizas

La siembra de mariguana dejó de ser rentable; los productores reciben sólo 300 pesos por kilo, según las autoridades

Reconocen riesgo de enfrentamiento con las bandas de narcotraficantes

Foto
Como alternativa para dejar de sembrar amapola y mariguana, campesinos de ocho municipios del estado están introduciendo árboles de aguacate y otras frutas en las regiones de microclima tropical en las barrancas de la sierra TarahumaraFoto Gabriel Valencia, semanario Norawa
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 21 de septiembre de 2011, p. 34

Morelos, Chih., 19 de septiembre. En la sierra Tarahumara la mariguana ya no es un cultivo rentable. A los campesinos pobres que han sembrado enervantes por 40 años se les está ofreciendo la alternativa de cultivar frutas y hortalizas en zonas donde aún se produce cannabis.

Tras un recorrido de 16 horas por un camino de terracería en mal estado, se llega a Morelos, municipio de poco más de 13 mil habitantes y alto índice de marginación, localizado en lo profundo de las barrancas de la sierra Tarahumara. Hasta hace dos meses, campesinos locales como Flavio encontraban en el cultivo de mariguana y amapola la única manera de subsistir.

Para llegar a los huertos de aguacates, limoneros y naranjos hay que pasar por vastos sembradíos de mariguana y atravesar zonas controladas por hombres armados que desde lo alto de los cerros siguen paso a paso los movimientos de los visitantes.

Hace algunas semanas Flavio decidió ingresar a un programa de apoyo que le permitió cambiar, junto con sus hijos y nietos, sus siembras de mariguana por huertos de aguacate y árboles frutales.

En julio, el gobernador César Duarte Jáquez impulsó por primera vez en el estado el programa de sustitución de cultivos para tratar de cambiar la narcoeconomía en la zona serrana.

Los campesinos beneficiados,habitantes de los municipios de Morelos, Chínipas, Guachochi, Urique, Batopilas, Guadalupe y Calvo, Guazapares y Moris, se les apoya con la dotación de 400 árboles de aguacate, cítricos u hortalizas por hectárea; alambre para cerca, mangueras, sistemas de riego por microaspersión, fertilizante orgánico. El costo de los insumos es de aproximadamente 55 mil pesos. La gente aporta la mano de obra y en este primer año se pretende incorporar 200 hectáreas.

En algunos municipios el apoyo incluye la construcción de presones para almacenar agua de lluvia y asegurar el riego en temporada de secas, cuando escasea el agua de manantial.

El alcalde de Morelos, Sergio Cruz Castillo, sostiene: El cultivo de mariguana ya no es costeable. A los campesinos de la región les pagan 300 pesos por kilo. Es un buen momento para mostrar a la gente que se puede recuperar la actividad agrícola en estas zonas.

Flavio, con las manos cuarteadas y cenizas, ataviado de sombrero, pantalón de mezclilla y camisa a cuadros, dice: Hace 40 años debió hacerse esto. Las cosas serían distintas ahora. En vez de mandar soldados, manden apoyo para hacer trabajar a la gente y enfrentar la vida de manera distinta.

Sin embargo, la gente que se ha incorporado al programa admite que el cambio de cultivos puede llevar a confrontaciones con el crimen organizado, con los intermediarios que compran la mariguana y la amapola, e incluso por el suministro de agua de riego.

“Aquí sobra agua y en nuestras tierras nadie entra. Nosotros sembramos mota, pero no recibimos dinero ni dejamos entrar a nadie a los predios. Entregamos el producto en los límites. Nada tiene que hacer gente extraña; es la que trae problemas”, dice Javier, joven de 30 años, padre de dos niñas y miembro de un numeroso clan de montañeses que dominan la zona, la vigilan y se mantienen comunicados por radio, día y noche. Todos tienen armas de grueso calibre para lo que se ofrezca.

César Duarte aseguró que los funcionarios de su gobierno deben conocer con exactitud la ubicación de predios sembrados de mariguana y que enfrentará los riesgos.

No soy un gobernante miedoso. La exclusión llevó a las zonas rurales a cruzar la línea de la ilegalidad. Ahora hay que traerlos a este lado, con apoyo e infraestructura.

Jóvenes y viejos de estas comunidades están contentos con la idea de obtener ingresos por otro medio que no sea la siembra y venta de mariguana.

Esto es para el futuro. Si esto de los aguacates funciona, lo que nosotros hemos tenido que hacer no lo van a hacer nuestros hijos, dice Edmundo, mientras coloca árboles frutales en un terreno recién desmontado, justo frente a otro cerco que resguarda un plantío de droga.

Los primeros aguacatales sembrados hace dos meses ya tienen árboles crecidos y están floreando. En dos años se espera cosechar los primeros frutos y consolidar la producción a más tardar en siete, para obtener hasta 100 kilogramos por árbol.

El aguacate es una buena alternativa. El precio internacional está subiendo por la demanda de China; hay mercado para que sea una opción económica para la población, explicó Martín Solís, encargado del programa de sustitución de cultivos.