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La sinfonía de barrio, escrita por José Pulido, documenta la vida del director de orquesta

Publican en Venezuela la primera biografía del joven prodigio Gustavo Dudamel

Verlo ensayar o dirigir es como estar en un túnel del tiempo, señala el autor del volumen

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Gustavo Dudamel durante una entrevista con La Jornada, en Monterrey, en octubre de 2007Foto Pablo Espinosa
 
Periódico La Jornada
Sábado 19 de noviembre de 2011, p. 4

Caracas, 18 de noviembre. Desde su infancia en la que tomaba la batuta y pedía a su mejor amigo que hiciera de público de mil personas, hasta su presente como uno de los directores de orquesta más aplaudidos, la primera biografía de Gustavo Dudamel revela la vida del prodigio venezolano de 30 años.

Para Dudamel, los mayores escenarios mundiales en los que es aclamado hoy, y los cacharros con los que jugaba de niño a ser músico en el apartamentico de 60 metros cuadrados en el que creció junto a sus padres y abuelos paternos en Barquisimeto, forman parte del mismo mundo.

Ahí yo hacía viajes interestelares: me iba de Mahler y Beethoven a Héctor Lavoe y Tito Rodríguez y saltaba a Bach, recordó el actual director musical de la Filarmónica de Los Ángeles en la presentación el martes por la noche en Caracas de su biografía Gustavo Dudamel: la sinfonía del barrio.

De repente podía estar agarrando unas latas rojas, unos cascos de construcción de mi tío y unos palos de los ganchos para la ropa y me ponía a tocar. Ese era mi mundo, y lo sigue siendo, continuó Dudamel, junto a su esposa, la ex bailarina Eloísa Maturén, con quien tuvo su primer hijo en abril.

Su biógrafo, el escritor venezolano José Pulido, corroboró esa fusión de etapas que se percibe en el carácter y el trabajo de Dudamel: Verlo ensayar o dirigir es como estar en un túnel del tiempo; en sus gestos se mezclan el niño, el adolescente y el adulto, subrayó.

A partir de entrevistas, Pulido pone al descubierto con estilo ameno y tono entrañable a un niño cautivado por los ensayos diarios de su padre con el trombón y extremadamente permeable a los consejos de su abuelo, Honorio.

“Él fue quien se dio cuenta del genio que tenía. Le decía a Gustavo: ‘Tú vas a ser grande en lo que hagas y lo único que te pido es que seas humilde”’, dijo Pulido, quien se encerró durante dos meses de invierno en Albania para escribir la biografía, por ahora disponible en Venezuela, donde el director es un icono mediático y un símbolo de orgullo nacional.

Descubrí el libro casi ya al final. Yo nunca escucho mis grabaciones, me da miedo, y me da cosa leer algo que ha sido escrito sobre mí, explicó Dudamel.

La gente cree que me encerraron en un cuarto y me pusieron a escuchar música, agregó el director, estandarte del Sistema de orquestas juveniles fundado en 1975 por el director y economista venezolano José Antonio Abreu y dirigido a menores de clases marginales para alejarlos de la violencia o la droga.

Abreu lo descubrió a los 12 años, pero la carrera meteórica de Dudamel ya había empezado a los seis, cuando “ponía un disco y le decía a su mejor amigo, Israel: ‘Siéntate allí, que hoy vas a ser un público de mil personas para mí’, y él empezaba a dirigir”, relató Pulido.

Gustavo Dudamel, a quien su padre, Óscar, describe en la biografía como un director de música académica extremadamente latino, ha sido reconocido como el mejor artista de 2011 por la revista británica Gramophone y arranca ovaciones entre el público más exigente y el menos conocedor.

Pulido dijo: ¡Tan joven, y ya mueve el mundo!