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La renovación está llena de rumores y deben aclararse, señala Everardo González

El CNCA debe transparentar las obras de los Estudios Churubusco

En varias ocasiones, guardias impidieron que el director de Los ladrones viejos fotografiara el proceso

Preocupa a la comunidad si terminarán antes de concluir la administración actual, temor con antecedentes en la Biblioteca Vasconcelos, y ahora en la Estela de Luz, explicó

Foto
Una de las fotografías que el realizador Everardo González logró captar de la demolición del edificio Tin Tan
 
Periódico La Jornada
Sábado 14 de enero de 2012, p. 8

Para el cinerrealizador Everardo González, hace falta más transparencia en los trabajos de renovación tecnológica y arquitectónica de los Estudios Churubusco: “No ha sido posible que nos enteremos de la ruta crítica de la obra, de los equipos que se van a adquirir. Las obras en los Estudios Churubusco están llenas de rumores, y deben ser aclarados por Consuelo Sáizar, titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA).

Aún no entiendo por qué no está permitido fotografiar el proceso. Espero que la obra se termine en tiempo, de lo contrario el daño es, en este momento, irreversible.

Esta reflexión la hizo Everardo después de que el miércoles 4 de enero encontré que ya había comenzado la demolición del edificio Tin Tan, y tomé una serie de fotografías. Alrededor de la obra de los Estudios Churubusco hay guardias de seguridad de manera permanente, mismos que se acercaron para pedirme que no tomara fotografías, porque la dirección dio órdenes de que nadie podía fotografiar el proceso de demolición.

En entrevista, el director de El cielo abierto agregó: “Para el lunes 9 de enero la obra ya había avanzado y me acerqué a grabar el momento de la demolición, entonces otro guardia se acercó a decirme que no estaba permitido grabar y que debía borrar lo que tenía, por órdenes de la dirección. Dos días después platiqué con uno de los guardias para preguntarle las razones, y me dijo que la dirección de los Estudios Churubusco les había girado instrucciones de que no permitieran que nadie fotografiara ni tomara notas del proceso de demolición.

“No podría decir que esto es un acto de censura, porque lo que estoy fotografiando no intenta ser publicado, pero no encuentro justificación para prohibir el registro visual de una obra pública, la cual –se supone– pretende ser transparente.”

A consideración de Everardo González, una parte de la comunidad cinematográfica está inconforme con la transformación de los estudios. Algunos simplemente se han mantenido al margen, pero hay un sector amplio, incluso la Academia de Cine, la Sociedad de Directores y la Asociación Mexicana de Cinefotógrafos que ha manifestado su preocupación por la obra y su molestia por no haber sido tomados en cuenta en el proyecto, el cual, además, afecta un espacio que ha tenido que ser defendido cada sexenio por el gremio de cineastas.

El también director de Los ladrones viejos percibe que el malestar de la comunidad “no es por la necesidad de mejorar las instalaciones y los servicios que los Estudios Churubusco ofrecen –todos estamos de acuerdo en que es necesario mejorarlas–, sino porque se presentó el proyecto en el último año de este gobierno. La preocupación principal tiene sus antecedentes en obras como el Centro Nacional de las Artes, la Biblioteca José Vasconcelos, el Archivo General de la Nación y ahora, por supuesto, la Estela de Luz.

“El anuncio y la puesta en marcha de una obra en los estudios en el último año preocupan, por temor a que no se termine a tiempo. Los funcionarios se van, pero nosotros nos quedamos y nadie asegura que de no terminarse la obra en tiempos, la siguiente administración se haga cargo de su conclusión. Además existen muchas dudas en cuanto a las decisiones que se han tomado para la renovación tecnológica. Un presupuesto que asigna 60 millones de pesos para la ampliación de un estacionamiento y 30 millones para renovación tecnológica no corresponde a la premisa de modernización.

Por otro lado, no han hablado de modificar las estructuras sindicales y los aparatos burocráticos de los estudios, que son también causa de su atraso, ni de la capacitación que los empleados requieren para el manejo de los nuevos equipos.

Otra de las preocupaciones que ha percibido Everardo González es que con el inicio de las obras los funcionarios de los Estudios Churubusco y del CNCA cumplen su compromiso. “Es una duda más que se sembró a partir de la respuesta del director de los Estudios Churubusco, Manuel Gameros, a la serie de cuestionamientos que desde la Academia de Cine se le hicieron. Específicamente a la pregunta de ¿qué compromisos y obligaciones asume la actual administración en caso de no concluir la obra en 2012?, la respuesta fue que la actual administración se compromete a la ‘puesta en marcha’ de la obra al ciento por ciento. En mi opinión, la puesta en marcha puede significar sólo la cimentación de la obra”.

González opinó que “‘el tiempo dirá” lo que se perderá y ganará con la transformación de los Estudios Churubusco, pero como comunidad estamos obligados a opinar y a cuestionar las decisiones gubernamentales que nos afectan. Los funcionarios se van, pero nosotros nos quedamos, y espacios como los Estudios Churubusco o el Instituto Mexicano de Cinematografía han sido logros de esta comunidad, no de los funcionarios en turno, por tanto, debemos cuidarlos.

Por otro lado, el documental de Everardo González, El cielo abierto, se exhibió en la Cineteca Nacional: Me enteré por los periódicos que la película fue parte de un ciclo de documental mexicano en la Cineteca.

El cielo abierto, estrenada en el pasado Festival Internacional de Cine de Guadalajara, no ha encontrado distribuidor comercial: La hemos proyectado en Centroamérica; es increíble, pero no existe un aparato de distribución para el cine mexicano allá. Ahora nuestros esfuerzos están concentrados en lograr un estreno comercial en Guatemala, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Costa Rica y Panamá, ya que el tema de la guerra civil en El Salvador es un tema que interesa a toda esa región; después intentaremos en México.

Mientras encuentra distribuidor para El cielo abierto, Everardo González ya concluyó Cuates de Australia, otro documental que se estrenará en febrero próximo en el festival Ambulante. “Cuates de Australia es la historia de un éxodo causado por problemas de sequía, que hizo una comunidad al noreste de México. La historia, que se desarrolla en un pequeño rancho en la sierra de Coahuila, la encontré en 2004, mientras hacía un programa de televisión”.

Cuates de Australia fue proyectada en IDFA, en Amsterdam, y en próximos meses irá al Festival de Cartagena, Colombia, después no sé.