A fin de exigir que se cancele el proyecto turístico de Cabo Cortés, que amenaza a la reserva marina de Cabo Pulmo, en Baja California, Greenpeace lanzó una campaña nacional de votación ciudadana en defensa de este ecosistema.

Para este fin se abrieron urnas en diferentes estados del país, a fin de que todos los interesados voten si están o no de acuerdo en el permiso que otorgó la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) a la empresa española Hansa Urbana para la construcción de un complejo turístico en Cabo Pulmo.

El objetivo es reunir miles de votos que se le hagan llegar al gobierno del presidente Felipe Calderón, para demandar la revocación de este permiso.

Del mismo modo podrá votarse de manera electrónica, en la página de Internet salvemoscabopulmo.org, y los votos que se recaben serán presentados a la Presidencia para demostrar la inconformidad de la población contra este proyecto, que acabaría con la reserva natural de Cabo Pulmo.

En conferencia de prensa en Casa Lamm, Patricia Arendar, directora ejecutiva de Greenpeace México, y el director de campañas de este organismo, Gustavo Ampugnani, informaron que este caso evidencia la falta de aplicación del derecho ambiental en este país y la mala actuación de las autoridades encargadas, al evaluar el impacto ambiental y el cambio de uso de suelo en zonas de reserva ecológica para permitir la construcción de proyectos turísticos.

Los documentos que sustentan las autorizaciones a Cabo Cortés y el estudio técnico están plagados de irregularidades, argumentó Arendar, y recordó que el permiso que dio la Semarnat a Hansa Urbana prevé la construcción en 3 mil 800 hectáreas, de una marina de 490 amarres instalada sobre las dunas costeras, 27 mil habitaciones y dos campos de golf, es decir, una capacidad habitacional casi igual a la de Cancún.

La campaña en defensa esta zona es apoyada por personalidades como las actrices Diana Bracho, Cecilia Suárez y Patricia Llaca, el productor Epigmenio Ibarra y músicos como Moyenei Valdés y Roco Pachukote, de la Maldita Vecindad, entre muchos otros. Este último preguntó: ¿quién decide el futuro de los sitios de gran valor ambiental, social y cultural del país, como Wirikuta, Cherán, o Cabo Pulmo? Y respondió: lo podemos hacer todos, al votar a favor de salvar este ecosistema.

Los riesgos para Cabo Pulmo son el arrastre de contaminantes, sedimentos de dragado de la marina, aceites de embarcaciones, salmueras de la desaladora, aguas residuales, entre otros, lo que se podría llamar turismo depredador que busca beneficios para los constructores sin considerar el impacto negativo tanto ambiental, social y económico, indicó el coordinador de la campaña de océanos y costas, Alejandro Olivera.