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Persiste su lógica privatizadora con megaproyectos depredadores: Coalición Mexicana

Habrá en Los Cabos una Cumbre de los Pueblos, paralela a la oficial del G-20

Participarán en diversas actividades organizaciones civiles nacionales y extranjeras

 
Periódico La Jornada
Lunes 14 de mayo de 2012, p. 14

Las orientaciones y criterios que el Grupo de los 20 (G-20) pretende negociar en la cumbre de jefes de Estado y de gobierno en Los Cabos, que tendrá lugar en junio, mantienen la lógica privatizadora a partir de grandes inversiones en infraestructura con carácter ecocida, promueven la dependencia alimentaria y venden la idea del crecimiento verde para encubrir la lógica de un crecimiento acelerado a costa de la destrucción del medio ambiente, advierten organizaciones no gubernamentales, nacionales y extranjeras, las cuales celebrarán, en paralelo a la reunión oficial, una Cumbre de los Pueblos, con organizaciones civiles frente al G-20.

Fundado como respuesta a la crisis financiera en economías emergentes a finales de 1990, el G-20 –integrado por 19 países, entre ellos los ocho más desarrollados, naciones emergentes y en desarrollo, además de la Comunidad Europea– tiene como propósitos coordinar políticas entre sus miembros para lograr estabilidad económica y crecimiento sostenible; promoción de regulaciones financieras que permitan disminuir el riesgo de nuevas crisis y la reingeniería de la arquitectura financiera internacional. El G-20 tiene una presidencia rotatoria que este año recae en México, que negocia un documento en el que se incluye el crecimiento verde y la lucha contra el cambio climático.

Sin embargo, más de un centenar de sindicatos, grupos de investigadores y académicos, advierten que la prioridad de las naciones hegemónicas en el G-20 no es la de países emergentes, además de que son los que se han alejado de las políticas establecidas por ese agrupamiento las que han registrado un crecimiento importante, como Brasil e India, entre otros.

La idea de infraestructura que promueve el gobierno de México, señala Andrés Peñaloza, asesor e investigador de la Coalición Mexicana frente al G-20, tienen como fin último abrir nuevos negocios para las multinacionales con la lógica de megaproyectos de carácter ecocida y vulneran el tejido social en las áreas donde se llevan a cabo.

Caso similar en otro de los temas que impulsa la presidencia mexicana, como el de la seguridad alimentaria, que no tiene que ver con soberanía y autosuficiencia alimentaria, sino que el tema de los alimentos se ubica en la lógica mercantilista de éstos los mercados bursátiles. Eso ahonda la dependencia, y más aún si se da, como se pretende, a partir de la promoción de los cultivos genéticamente modificados, en vez de apostar a políticas que tiendan a la soberanía y autosuficiencia, agrega Peñaloza.

Respecto del tema ecológico, el drama y las alarmas de la destrucción ambiental y el agotamiento de recursos naturales, lo tratan de amortiguar ofreciendo el recurso ideológico de la economía verde, así como en los años 70 el gobierno de Estados Unidos se opuso al concepto de ecodesarrollo y ofreció el desarrollo sostenible, que se modificó por el de desarrollo sustentable. Estos conceptos se han desgastando en la medida que reflejan lo que buscan ocultar, que es el crecimiento acelerado y destructivo del medio ambiente. Por eso, a 20 años de la cumbre mundial de medio ambiente en Río, el retroceso es dramático, señala a manera de ejemplo.

Mirando hacia América Latina, al igual que muestran los indicadores de China e India, países que han tomado distancia de los preceptos del G-20, “vemos que son las naciones a las que les ha ido bien. Son los países que en la última década han ido rompiendo con las leyes del neoliberalismo.

“Brasil mismo, que sigue arrastrando algunos fundamentos del neoliberalismo, tiene una gran recuperación en materia de salarios, lo que ha generado mayor empleo y una mayor dinámica del mercado interno.

Bolivia es otro ejemplo. Durante los 80 era, después de Haití, la nación más pobre del planeta, y cuando se distancia de las políticas del G-20 empieza a crecer, sostuvo el investigador.