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La izquierda, tras mayoría en la Asamblea Nacional para darle apoyo a François Hollande

Hoy, decisivas elecciones legislativas en Francia
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El presidente francés asiste a una ceremonia por 99 personas ejecutadas en 1944 por los nazis en TulleFoto Reuters
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Domingo 10 de junio de 2012, p. 23

Burdeos, 9 de junio. Este domingo se disputa el penúltimo round de las elecciones francesas. Seis mil 603 candidatos entre los cuales se elegirán, por voto uninominal directo, los 577 diputados que compondrán la Asamblea Nacional durante los próximos cinco años. Las elecciones legislativas se dan en dos vueltas, separadas por una semana. En caso de que ningún candidato consiga la mayoría absoluta, podrán participar en la segunda vuelta los que alcancen un mínimo de 12.5 por ciento de votos de los inscritos en el padrón electoral.

Hace casi un mes, el presidente electo François Hollande tomaba posesión de sus oficinas del palacio del Elíseo, nombraba primer ministro a Jean-Marc Ayrault, antes de iniciar una serie de contactos internacionales y dar a los franceses anheladas señales de cambio.

Desde el 15 de mayo, Francia vive en un clima de esperanzas moderadas. La desaparición del escenario público de Nicolas Sarkozy ha provocado una distención general. Ya no se ha escuchado la palabra clave del gobierno anterior, inseguridad, ni palabras de división u odio, y la política ha dejado de ser espectáculo.

François Hollande no tenía mucho qué proponer hasta tener una nueva Asamblea Nacional con mayoría de izquierda. Sin embargo, se esperaban algunas medidas, promesas de la campaña electoral, cuyo objetivo era mostrar la nueva orientación de la política social y laboral: flexibilización del texto sobre los estudiantes extranjeros que, después de titularse en Francia, encuentran trabajo en el país, ligera alza del salario mínimo, regreso a la jubilación a los 60 años para los que entraron temprano a trabajar, compromiso de creación inmediata de mil empleos en la educación primaria, aumento de la ayuda a las familias modestas para el próximo regreso a clase, encuentros con los partidos y los sindicatos, anuncio de una gran conferencia social en julio, promesa de retirar a las fuerzas combatientes francesas de Afganistán.

Con sólo regresar a la normalidad, tomando la contraria de Nicolas Sarkozy en todo, el nuevo presidente sabía que podía contentar a sus electores sin ofrecer posibilidad de críticas serias a sus opositores. Pero este domingo empieza lo más importante. François Hollande, apoyado por el Partido Socialista y los ecologistas –que presentan candidaturas conjuntas–, necesita conseguir una fuerte mayoría para llevar a cabo su política. Si pierde, tendrá que asumir un gobierno de cohabitación, nombrando a un premier de derecha.

La quinta república conoció tres cohabitaciones. Con François Mitterrand, en 1986, que tuvo que nombrar a Jacques Chirac, ganador de las elecciones legislativas. Con François Mitterrand otra vez, de 1993 a 1995, en su segundo mandato, con Édouard Balladur. De 1997 a 2002, fue al revés. Jacques Chirac, entonces presidente, nombró al socialista Lionel Jospin después de perder las legislativas.

Se esperan elecciones bastante cerradas. Aunque la mayor parte de los observadores políticos no creen en una derrota del Partido Socialista, o por lo menos de la izquierda, tampoco la descartan. La correlación de fuerzas dentro de la misma izquierda, entre socialistas/ecologistas por una parte y los candidatos del Frente de Izquierda por otra, será la que definirá la política de los próximos años. Sin mayoría absoluta, todas las reformas tendrán que negociarse con el Frente de Izquierda, lo que quisiera evitar el presidente Hollande.

La noche de este domingo habrá pocos resultados definitivos y la segunda vuelta quedará probablemente muy abierta. Tradicionalmente el candidato de izquierda mejor ubicado se beneficia de los votos de los demás candidatos de izquierda. En el caso de la derecha, siempre es más complicado. En la actual Asamblea, el Frente Nacional no tiene diputados por el sistema de escrutinio. Quizá logre entrar en esta elección. Hasta la fecha han sido pocos los de la derechista UMP que se han retirado para apoyar a un candidato de extrema derecha pero hoy es la incógnita. Oficialmente, la UMP no favorecerá al Frente Nacional aunque, localmente, hay divergencias. Francia tendrá los ojos dirigidos hacia el norte del país, hacia Hénin-Beaumont en donde se enfrentan Marine Le Pen (Frente Nacional), Jean-Luc Mélenchon (Frente de Izquierda) y el actual diputado socialista cuyo partido político se encuentra debilitado por acusaciones de corrupción.

El reto de esas elecciones legislativas es ver el debate político de regreso en el parlamento con una mayoría de izquierda equilibrada entre sus diversos componentes. Tanto por el sistema de voto como por el peso del sistema presidencial, la Asamblea Nacional de la quinta república se ha vuelto una sencilla cámara de registro de las decisiones presidenciales y del partido en el poder. Si la izquierda no socialista y los ecologistas logran suficientes escaños (20 diputados) para tener un grupo parlamentario, quizá, por fin, los ecos de la calle y de las manifestaciones populares lleguen a la Asamblea.

En tela de fondo de las elecciones, Grecia y España. El próximo día 17, también votarán, por segunda vez, los griegos, y Syriza, el frente de izquierda griego, podría ser la sorpresa. Lamentablemente, cuando Alexis Tsipras visitó Francia hace unos días, François Hollande no lo recibió y los ministros de Economía y Relaciones Exteriores siguen apoyando más austeridad en Grecia.