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Ver día anteriorLunes 11 de junio de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Balance de la Jornada

La anunciada MX, garabato de la Liga Premier

L

a más importante modificación de la liga mexicana radica en su fulgurante denominación: MX, lanzada junto a un torneo de Copa –que bien podría llamarse Copa ML (abreviación de molera)–, que salió de la chistera plagada de incógnitas, las cuales se irán resolviendo con prestancia sobre el camino, gracias al desbocado ingenio de Decio de María.

Antes, hubo momentos claves. En la final Tigres-Santos, del torneo Apertura 2011, y en medio de los festejos regiomontanos, De María y Justino Compeán digieren silenciosos, de pie, cigarrillo en mano y en un oculto pasillo, el pésimo arbitraje de Chiquimarco y, principalmente, la regañiza que les acababa de propinar un descompuesto Alejandro Irarragorri, cara visible del poderoso patrocinador Grupo Modelo.

La cervecera había realizado una magna inversión en el fastuoso Territorio Santos Modelo, que sobrevivió a las bajas entradas, en gran parte a causa de la inseguridad, la balacera durante el juego Santos-Morelia, y a cambio, ¿qué recibía?: ¡Una puñalada arbitral! El episodio fue más allá de las cinco fechas de castigo a Marco Rodríguez. Hoy se pregona tajante: cero protagonismos.

Otro instante: el anuncio de llevar ante la FIFA la propuesta de cambiar la puntuación de los partidos y castigar los empates a cero, asesinos del espectáculo y únicos responsables de la palpable falta de interés. Un resultado abominable que apareció insistente en el Clausura 2012. Esa disparatada iniciativa –que fue rechazada en Suiza– dejó entrever la desesperación de los federativos.

Conmovedora resultó aquella conferencia en la sede de la Federación Mexicana de Futbol, donde a De María se le quebró la voz, contuvo el llanto, y enmudeció al intentar anunciar su salida de la secretaría general para encabezar el garabato de Liga Premier. Hubo un silencio incómodo y al quite saltó Irarragorri con un abrazo emotivo. Imagen inolvidable de la reconciliación.

El lunes en Cancún, Decio no se cansó de dar entrevistas –en algunas acompañado de Irarragorri– habló de sus innovaciones y recalcó que se hicieron pensando en la afición, que sin duda agradecerá las próximas butacas. Eludió algunas dudas y dijo que todo es perfectible. Los cómo no fueron explicados, pero las metas sí están claras: aumentar el rating y llenar los estadios al 50 por ciento, por lo menos.

¿Y cómo vender un remedo de Copa, donde los mejores equipos estarán ausentes por hallarse enrolados en la Concachampions? ¿En la liga de ascenso acudirá la gente sabiendo que los equipos de la MX enviarán suplentes? ¡Ni siquiera los del máximo circuito llenan sus estadios! Pero todo indica que el futbol acentuará su camino hacia la televisión de cable.

El sueño anhelado es imponer el modelo regiomontano –urbe con un fuerte sector empresarial–, donde la afición compra un bono anual que le da acceso a los juegos de Tigres o Monterrey, cuyos partidos se transmiten por circuito cerrado.

Para que los patrocinadores hagan fila por anunciarse, habrá que llevar jugadores de renombre a las sedes de la liga de ascenso MX. En este panorama, lo sacrificable, así parece, sería la Copa Libertadores, cuyos derechos de transmisión no pertenecen al duopolio televisivo que, ante la aparición inminente de una tercera cadena, busca apropiarse de una vez por todas de este deporte.

Ex federativos como Rafael Lebrija y José Antonio García se ríen de los anuncios de De María. ¡No hay nada nuevo!, la MX es el equivalente a la primera división, dice Lebrija. El torneo de Copa lo implementé yo, porque los de la segunda división se quejaban de que no les hacíamos caso, explica Toño, quien afirma que en el draft ya no pasa nada, por eso dejé de asistir.

El anacrónico tianguis de piernas enmarcó el anuncio de la liga MX, cuyo nombre, irónicamente, se eligió por ser moderno. Los traspasos principales ya estaban aterrizados, lo novedoso resultó ser la adquisición de Luis Pérez por el Guadalajara. Pero ni Chivas, ni América con Sambueza o Pachuca con el Pentapichichi han causado tanta expectación como los Pumas, armados hasta los dientes.

La administración del estadio Azteca no tuvo empacho en transferir o vender miles de boletos al PRI-Peña Nieto que fueron destinados a provocadores y rijosos sin medir consecuencias. Gracias a la civilidad y sentido común de miles de anónimos aficionados no hubo tragedia que lamentar en el desabrido juego México-Guyana.