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Aplazan reporte de resultados de los comicios presidenciales egipcios, sin dar nueva fecha

Mubarak está en coma, no clínicamente muerto, insiste una fuente médica
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Participantes en protestas duermen en la plaza Tahrir, en El Cairo, donde denunciaron el golpe de Estado constitucional de la junta militarFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Jueves 21 de junio de 2012, p. 27

El Cairo, 20 de junio. El ex presidente egipcio Hosni Mubarak se encontraba este miércoles en estado de coma, en medio de tensiones en el país en torno al próximo jefe del Estado, tras una elección cuyo resultado es aún incierto, y entre intentos de los militares para reafirmar su poder.

El derrocado presidente, de 84 años, que el martes en la noche fue llevado desde una prisión al hospital militar del sur de El Cairo, se encuentra en coma y tuvo que ser colocado bajo asistencia respiratoria. No está clínicamente muerto, como había anuncido la agencia oficial Mena, declaró una fuente médica. La televisión estatal indicó anoche (martes) que pronto sería difundido un comunicado oficial sobre la salud del ex presidente, pero cerca de este mediodía aún no había sido publicado.

Mubarak fue trasladado de un sector con instalaciones médicas en la prisión de Tora, en el sur de El Cairo, al hospital militar de Maadi, luego de un ataque cerebral, según Mena.

Numerosos egipcios, en tanto, sospechan que el asunto sea usado para suscitar la compasión hacia el ex dirigente. Otros, sin embargo, consideran que el ex presidente es un escombro del pasado.

Esas informaciones se dan en un clima de tensión e incertidumbre sobre el próximo jefe del Estado, luego de los comicios presidenciales del domingo. Tanto el candidato de la Hermandad Musulmana, Mohamed Mursi, como su rival, el último primer ministro de Mubarak, Ahmed Shafik, reivindican la victoria.

Los resultados oficiales iban a ser informados este jueves, pero hoy la comisión electoral aplazó el anuncio. Explicó por la televisión estatal que analiza unas 400 denuncias de presuntas violaciones de campaña, que fueron presentadas tanto por Mursi como por Shafik.

La comisión no fijó una nueva fecha para difundir los resultados de los comicios celebrados el fin de semana pasado, que son esperados con expectativa.

Un grupo de jueces independientes, dirigido por el ex presidente de la Unión de Jueces, Zakaria Abdel Aziz, que supervisó las operaciones de voto, atribuyó la victoria a Mursi.

Revisan quejas

La comisión electoral examinaba este miércoles los recursos interpuestos por los abogados de los dos candidatos sobre violación de las reglas que rigen la campaña y el recuento de los votos. Pero el próximo presidente, sea quien sea, estará lejos de tener el poder casi absoluto que tuvo Mubarak durante las tres décadas en que dirigió Egipto.

Una declaración constitucional complementaria promulgada el domingo por el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA), que dirige el país desde hace 16 meses, da al ejército importantes prerrogativas, lo cual reduce considerablemente el margen de maniobra del futuro presidente.

El CSFA confirmó el lunes su voluntad de entregar el Ejecutivo al futuro presidente antes de finales de junio.

Por el contrario, las fuerzas armadas recuperan para sí el Poder Legislativo, después de la disolución la semana pasada de la Asamblea dominada por los islamitas, aludiendo un vicio legal en el modo de escrutinio.

Las fuerzas armadas se reservan también el derecho de intervenir en el proceso de redacción de la futura Constitución, piedra angular de un futuro equilibrio de poderes.

Los militares también conservan amplias prerrogativas en materia de justicia y de policía, denunciadas por sus adversarios como una manera de mantener de hecho la ley sobre el estado de urgencia vigente durante el régimen de Mubarak, en principio derogada hace unas semanas.

Unas 15 mil personas, entre ellas numerosos islamitas, se reunieron el martes en la noche en la célebre plaza Tahrir, en el centro de El Cairo, para denunciar el golpe de Estado constitucional de la junta militar.

Los manifestantes denunciaron la disolución de la cámara de diputados, y celebraron la victoria en la presidencial que según ellos obtuvo Mursi.