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Presentan el primer bombón rubio del mundo, combinación del postre negro, blanco y con leche

Para el chocolate no hay crisis, señalan artesanos reunidos en feria de París
 
Periódico La Jornada
Viernes 2 de noviembre de 2012, p. a11

París, 1º de noviembre. Para el chocolate no hay crisis, asegura sin un resquicio de duda el maestro chocolatero Denis Daubos desde detrás de una gran montaña de aromática y dulce masa de cacao. Justo cuando las cosas no van bien económicamente, nadie quiere renunciar a ese pequeño placer del día.

Y ese optimismo de Daubos es compartido por la mayoría de sus colegas, que desde el miércoles participan en la mayor feria de chocolate del mundo en París, donde conviven tradiciones con nuevas tendencias. Las fiestas de Navidad, una de las épocas comercialmente más provechosas, están a la vuelta de la esquina, pero nadie cree que la sombría situación económica en Europa vaya a tener un impacto negativo en el consumo.

El chocolate es un producto anticrisis, señala Diane Lefrançois, del área de fabricantes de Valrhona. Esta casa fundada en 1922 por un pastelero del valle del Ródano presenta en la feria el primer chocolate rubio del mundo. Al parecer está compuesto del postre negro, con leche y blanco.

La masiva afluencia de visitantes y, sobre todo, las estadísticas corroboran las declaraciones de los maestros en la materia. En Alemania, uno de los países que junto con Reino Unido y Suiza figuran a la cabeza de las naciones del mundo que más chocolate consumen, se ingieren anualmente una media de 45.51 euros.

En países como Rusia, India, Japón y China la demanda aumenta constantemente cada año a una tasa de 20 o 30 por ciento. Algunos expertos del sector temen que en 10 años la demanda sobre todo en China pueda superar la oferta.

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La modelo luce una creación del Cecile Fremy y Decluzeau en el Salon du ChocolatFoto Reuters

Mientras los expertos en París observan con atención las prometedoras tendencias de la muestra, muchos visitantes se detienen en los módulos para darle gusto al paladar probando muchos de los productos. Se ofrecen imaginativas propuestas, como chocolate con wasabi o curiosas confecciones como un ramo de flores o un desfile con modelos enfundados en tentadores diseños hechos de esta golosina.

Tras dar una vuelta y haber degustado todo tipo del producto, el visitante puede lavarse las manos con un jabón especial que, no podía ser de otra forma, huele a chocolate.

Y a los que no les dé vergüenza mostrar la piel están también invitados al Salon du Chocolat a depilarse con una cera de chocolate. Entre nuestros clientes más asiduos figuran muchos hombres, comentó un trabajador de esa empresa.

Y el precio parece no importarle a muchos de los fans de esta dulce tentación. A pesar de que la entrada cuesta 13 euros (16.8 dólares) hasta el domingo se espera a unas 130 mil personas.

Muchos golosos no se resisten y aunque 100 gramos de chocolate les cuesten ocho euros o más, los compran.

Lo único que de momento va de capa caída son los bombones con alcohol, señala Daubos, quien, sin embargo, tiene en su paleta de productos el chocolate zen, que, aseguró, va muy bien para relajarse.