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Cada persona posee un aroma que atrae al otro: Alonso Fernández Guasti

El amor entra por la nariz, revela reciente estudio

Al percibir el olor característico de la pareja el cerebro actúa y trae a la mente al ser amado, a esto se suman una serie de reacciones del organismo, como mayor irrigación sanguínea, explica el investigador del IPN

 
Periódico La Jornada
Jueves 14 de febrero de 2013, p. 7

Los resutados de nuevas investigaciones rechazan las frases de la vista nace el amor o amor a primera vista y han colocado al olfato como la fuente del enamoramiento, por lo que decir amor a primer olfato sería científicamente más correcto.

Alonso Fernández Guasti, adscrito al departamento de Farmacobiología del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), del Instituto Politécnico Nacional, explicó que si bien la vista es fundamental para sentirse atraído por una persona, el olfato resulta esencial en el enamoramiento.

Al igual que ocurrió con el corazón al que durante siglos se le atribuyó el enamoramiento, la vista puede llegar a ser uno más de los mitos en relación con el amor.

“Como si se tratara de huellas digitales, cada persona posee un aroma que la caracteriza, cuya función es atraer al otro; sin embargo, es disfrazado y hasta cierto punto modificado por perfumes y desodorantes“, detalló el investigador del Cinvestav.

En un comunicado, señaló que aunque se ha tratado de reprimir el aroma corporal, debido a que el sudor es socialmente mal visto, los humanos al igual que los animales reaccionan a ciertos olores para identificar a su pareja, tanto en lo sentimental como en lo sexual.

Explicó que cada vez que la persona percibe el aroma de su pareja, su cerebro reacciona y trae a la mente al ser amado, incluso cambia el estado de ánimo.

El especialista precisó que los humanos, al igual que los animales, poseen memoria olfativa, la cual permite reconocer las prendas o de persona amada por medio del aroma.

El científico del Cinvestav señaló que en el enamoramiento se dilatan las pupilas, aumenta la fuerza y frecuencia cardiacas, disminuyen las contracciones estomacales y , en muchas ocasiones, sse presenta falta de apetito.

Fernández Guasti explicó que con mucha frecuencia una persona enamorada ve el mundo de otra manera, lo cual no es un asunto mágico, sino se debe a que el amor altera el sistema simpático, es decir, parte del sistema nervioso.

Cuando uno está enmorado ve a la persona amada de diferente manera, debido a que aumenta la irrigación sanguínea, y se alteran algunas funciones como el tamaño de las pupilas, lo cual muestra un rostro feliz.

A mayor irrigación sanguínea, agregó el investigador, la gente se sonroja, se sube la presión cardiaca, se puede sentir opresión en el pecho o incluso experimentar hormigueo o mariposas en el estómago.

Aunque las manifestaciones del amor suelen cambiar de cada persona en persona, por lo general los enamorados presentan algún cambio en su comportamiento y en el organismo.

Cuanto más intenso es el sentimiento amoroso, menos racionalidad se tiene, y mientras más irracional, la ceguera es mayor. Esto depende de la magnitud del grado de enamoramiento, pues cuando alcanza altos niveles de pasión, la racionalidad disminuye, y cuando esto ocurre, la persona no ve muchas cosas que los si alcanzan pueden ver, concluyó.