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De la gloria a la cárcel

La empresa declinó un contrato para rediseñar su imagen y la de Mónica Arriola

En 2011, una consultora dijo que Gordillo era la ‘‘persona más odiada’’ de México

La hija de la lideresa del SNTE buscaba posicionarse como candidata del Panal al Senado

 
Periódico La Jornada
Lunes 4 de marzo de 2013, p. 7

Hace un año, el equipo de Mónica Arriola, hija de Elba Esther Gordillo, buscó a la Consultora Ves para encomendarle que resideñara su imagen pública y la de su madre, en busca de posicionarse como candidata a senadora, al tiempo de cambiar la percepción negativa que provocaba la entonces todopoderosa lideresa sindical. Enrique Ortega, dueño de esta empresa, hizo un sondeo y, al detectar que la profesora era la ‘‘persona más odiada’’ del país, ‘‘despidió al cliente’’, como se dice en ese medio cuando rechazan trabajar para alguien.

‘‘Hicimos la evaluación y sentimos que implicaba demasiado riesgo. Se requería mucho dinero y no había garantía real de alcanzar buenos resultados, porque implicaba cambiar la cultura de la gente. Necesitábamos lanzar una bomba atómica para que los mexicanos volvieran a nacer y vieran con buenos ojos a la profesora.’’

De acuerdo con aquel sondeo, Gordillo era mal vista por personas de distinto sexo, edades y niveles socioeconómicos. ‘‘La gente utilizaba todos los adjetivos negativos para definirla y ninguno positivo. Fue impresionante, no había tenido un caso así; por ejemplo, de algunos políticos se dice: ‘es transa, pero le sabe’, en este asunto mucha gente le echaba la culpa del atraso educativo’’.

Este experto en imagen pública agrega: ‘‘No me extraña que hayan buscado a las agencias top, como la de Gaby Vargas y Víctor Gordoa; me imagino que nadie se aventó, porque ya alguien hubiera sacado las manos del gremio y nadie ha hablado’’.

En siete años esta consultora ha trabajado para el Partido Acción Nacional, la Presidencia de la República y empresas como Televisa, Televisión Azteca y Hewlett Packard, según su página de Internet. Ha apostado, según Ortega, al diseño de imagen de ‘‘políticos jóvenes’’, entre ellos Mariana Moguel, la hija de Rosario Robles Berlanga, cuando compitió sin éxito para ser diputada local por el PRI-PVEM en el distrito 9 del Distrito Federal.

‘‘Nunca hemos hecho la imagen pública de un político de más de 35 años; queremos más garantías de que nuestro trabajo servirá para algo; no sólo se trata de sacar dinero. Un político joven no está viciado ni tiene los contactos con los que cuentan los antiguos. Por eso no nos animamos a trabajar con Gordillo’’, explica en entrevista con este diario.

Relata que en enero, colaboradores de Arriola lo contactaron a través de la Universidad Anáhuac, porque la ahora senadora estaba consciente del problema de imagen pública que tenía la lideresa sindical. ‘‘La intención era que ella fuera senadora y prepararla para convertirla en gobernadora. No sabíamos de quién se trataba y resultó que era la hija de Elba Esther Gordillo; no parecía tan complicado, pero después nos dijeron que querían un paquete con las dos’’.

Para prevenir enfrentar una crisis por trabajar la imagen de alguien tan polémico aplicaron una encuesta de cinco preguntas y concuyeron que (Elba Esther) era muy mal percibida por la población, por lo que decidieron no trabajar para ella.

Al preguntarle por qué se negaron a dar esa consultoría, si podían obtener buenos ingresos, responde: ‘‘Aplicamos la máxima de ‘nunca cambies tu reputación por utilidades a corto plazo’. Ahora estaríamos en una crisis tremenda si le hubiéramos hecho el trabajo. Dirían que está peor que nunca’’.

En sus pláticas no abordaron lo relativo al monto que podrían cobrar por su trabajo, pero Ortega dice que la profesora sí debía hacer una inversión elevada para mejorar su imagen, por ejemplo, aportar recursos propios para dar bonos a los maestros o equipar las escuelas.

‘‘Se tenía que demostrar que la maestra no era tan mala, pero iba a ser un gasto de dinero inútil, porque la gente se iba a preguntar de dónde provenía éste. Ya está en el inconsciente colectivo la idea de que la maestra es mala y eso no es fácil cambiarlo.’’

Un ejemplo similar –agrega– fue la campaña que el entonces presidente Felipe Calderón impulsó para intentar cambiar la imagen de México en el extranjero en un sexenio donde hubo mucha violencia. ‘‘Pasa lo mismo: necesitas mucho dinero y no hay garantía real, porque hay muchos factores externos que no se pueden controlar.’’

Para este consultor, ni la ostentosa ropa usada por Gordillo Morales ni sus casas eran temas conocidos por la mayoría de los mexicanos, sólo por un círculo más informado y, por tanto, no eran problemas graves. El de las cirugías plásticas sí, por las bromas que se hacían y los gastos que implicaban.

A partir de la detención de la profesora considera que mejorará la imagen del presidente Enrique Peña Nieto, aunque haya muchas personas que la conciben como una estrategia política para ganar legitimidad y respeto a su investidura.