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No reporta un departamento de lujo en una de las zonas más exclusivas de Moscú

Otra diputada de Rusia Unida, envuelta en escándalo por falsear declaración patrimonial
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 12 de marzo de 2013, p. 31

Moscú, 11 de marzo.

Tener un departamento de lujo en un edificio exclusivo del lugar más caro de Moscú no es delito; no incluirlo en la declaración patrimonial de un diputado podría ser penado con la cárcel; y cuando ambos supuestos concurren en la persona de una de las legisladoras oficialistas que arremeten con mayor vehemencia contra la oposición política, la presunta corrupta –a los ojos del Kremlin y la justicia rusa– está libre de toda sospecha.

El semanario The New Times (ruso y de signo opositor, aunque con cabecera en inglés, Tiempos Nuevos), en la edición que empezó a circular este lunes, publica un reportaje que revela que Irina Yarovaya, una de las diputadas más activas en la bancada de Rusia Unida, vive en un departamento del prestigiado complejo residencial Tverskaya Plaza, en pleno centro de la capital rusa, con un valor de mercado que llega casi a 3 millones de dólares.

Adquirido en 2006, el departamento costó 36 millones de rublos (un millón 170 mil dólares al tipo de cambio de hoy) y se registró a nombre de la hija de Yarovaya, Yekaterina, que a la sazón tenía 17 años.

Ahora que los miembros de la Duma deben incluir las propiedades registradas sólo a nombre de los hijos menores de edad, Yekaterina ya es mayor de 18 años y, en sentido estricto, no hace falta declarar el cuestionado departamento de lujo.

Yarovaya se valió de ese tipo de malabarismos legales para no declarar un departamento que ni su hija menor de edad ni ella, en 2006, hubieran podido comprar con el equivalente de 100 mil dólares que, sumando sus ingresos y los de su marido, obtiene la familia por año.

Además tendría que residir en el departamento de la calle Olof Palme que otorga la Duma a los diputados que no son originarios de Moscú y que ella aceptó gustosa.

De todo un insulto a la ética califican los adversarios de Yarovaya su comportamiento, una persona que –dicen– debería ser ejemplo para los demás: encabeza el Comité de la Duma de seguridad y lucha contra la corrupción, ni más ni menos.

Por ironía del destino, Yarovaya también es autora y/o promotora de drásticas enmiendas a leyes, entre ellas la que señala que los diputados tienen que elegir si residen en lujosos departamentos a nombre de sus hijos (menores de edad, se sobrentiende) o en las viviendas pertenecientes a la Cámara de Diputados.

En defensa de la legisladora, un vocero suyo declaró que se trata de acusaciones infundadas porque el departamento es propiedad de su hija Yekaterina, que lo recibió de regalo de su padre, el primer esposo de Yarovaya de quien se divorció. ¿Y de dónde sacó el dinero para tan espléndido regalo el ex marido?, parece una pregunta que nunca tendrá respuesta.

A querer o no, este escándalo recuerda el reciente de otra figura del partido oficialista Rusia Unida, Vladimir Pejtin, y las propiedades en Estados Unidos que se le atribuían.

Arropado por sus colegas, el ya dimitido presidente del Comité de Ética de la Duma pretendió lavarse las manos al argumentar que su conciencia está tranquila, pues nada hay de que acusarlo. El dueño de los departamentos de lujo en Florida y el terreno en California no es él, sino su hijo, según Pejtin.