Barcelona, 10 de abril.

Barcelona se clasificó a su sexta semifinal consecutiva en la Liga de Campeones, tras empatar 1-1 ante el París Saint-Germain (global 3-3) con un gol salvador de Pedro y el efecto Messi, mientras el Bayern Munich no tuvo problemas y repitió el 2-0 a Juventus, para un contundente 4-0.

Un día después de los pases del Real Madrid y Borussia Dortmund, las semifinales de la Champions se convirtieron en un duelo entre el futbol español y el alemán. El sorteo será este viernes, en la ciudad suiza de Nyon.

El cuadro azulgrana sufrió mucho, sobre todo con la anotación de Javier Pastore, al minuto 50, que le daba el boleto al PSG, pero la entrada de Lionel Messi, al 62, cambió la cara de su equipo, que tradujo su mejoría en un tanto de Pedro Rodríguez que hizo bueno el valor doble de los goles en el empate 2-2 de la ida.

No fue el mejor Barça, pero siempre podrá argumentar su enorme número de bajas, comenzando por los centrales.

Finalmente se resolvió la incógnita de la reciente semana y Leo se quedó en la banca, ya que no se recuperó totalmente, pero de nuevo se comprobó que el cuadro culé es abordable sin el argentino.

Barcelona se fue al descanso sin una sola oportunidad de peligro. Más aun, su mejor jugador fue el arquero Víctor Valdés, quien impidió que el PSG tomara ventaja antes del intermedio.

El equipo francés jugó cómodo. No le costó demasiado recuperar ni llegar al área de los azulgranas, donde hizo valer la calidad de puntas como Ezequiel Lavezzi, Zlatan Ibrahimovic y sobre todo de Lucas Moura.

La escuadra española no encontró ritmo, tuvo muchas pérdidas y vivió dependiente del talento de Andrés Iniesta, el único local que se atrevió a inventar cosas cerca del área rival. Su equipo echó de menos un mayor aporte de Xavi Hernández y las subidas de los laterales, más preocupados por defender que por atacar.

Al minuto 50 marcó el PSG. en un magnífico contrataque, con Ibrahimovic lanzando hacia la irrupción de Pastore, quien marcó ante la salida de Valdés.

Tres minutos después llegó el momento esperado por toda la hinchada local. Messi salió a calentar y el Camp Nou estalló en la primera ovación de la noche.

Sin embargo, la anotación no fue la única noticia negativa para el Barcelona en ese lapso, porque Adriano volvió a lesionarse y se retiró pasada la hora de juego.

Su salida también coincidió con la entrada de Leo por Fábregas. El ingreso de la Pulga provocó efectos inmediatos. El primero, de índole sicológica, pues el público se metió en el partido.

Luego se apreciaron las consecuencias en el campo. El PSG pasó a defender 10 metros más atrás y Barcelona encontró un hombre con el talento que faltaba.

El empate, que volvía a poner al Barcelona en la semifinal, llegó al minuto 71 y nació precisamente de las botas de Messi. El atacante filtró un pase sobre Villa y éste cedió atrás para que Pedro marcara con un violento zurdazo.

Tenemos que dar las gracias a Messi. Entró y el equipo dio un vuelco. Hizo un gran esfuerzo para estar con nosotros y es un jugador muy importante, definió Pedro, mientras el director deportivo azulgrana, Andoni Zubizarreta, expresó: A veces los artistas también sufren.

Menos emoción hubo en el estadio de Turín, donde Juventus no pudo remontar el 2-0 adverso e incluso cayó de nuevo por el mismo resultado ante sus tifosi.

El croata Mario Mandzukic anotó el primer gol, al minuto 64 y el peruano Claudio Pizarro cerró el marcador en tiempo de reposición (91).