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En Mártir de Cuilapan, Guerrero, prueba piloto de la cruzada contra el hambre

Comunidad donde repartirán galletas nutritivas, rica en productos agrícolas

Existen en ese poblado 7 variedades de maíz, 9 de frijol, 21 de verduras y 30 de frutas: ONG

 
Periódico La Jornada
Martes 23 de abril de 2013, p. 11

En la comunidad Mártir de Cuilapan –en la región centro de Guerrero–, donde se aplica la prueba piloto de la Cruzada Nacional contra el Hambre y se llevarán las galletas nutritivas de Quaker, existen al menos 82 productos agrícolas que los habitantes pueden consumir, entre ellos siete variedades de maíz, nueve de frijol, 21 de verduras y 30 de frutas, señaló Catarina Illsley, de la asociación civil Grupo de Estudios Ambientales.

En esa zona, reconocida como la cuna del pozole, hay desnutrición porque los productos tradicionales de alto valor nutritivo están devaluados: los pobladores los ven como alimentos de pobres, y tomar refrescos les da prestigio porque refleja que tienen capacidad de compra, indicó en conferencia de prensa.

En esa situación, agregó, empresas como PepsiCo y Nestlé han jugado un papel central con las permanentes campañas de publicidad.

El gobierno debería impulsar una campaña de educación sobre el valor de los alimentos y fomentar el cultivo de los productos locales, apuntó la bióloga.

Agregó que la cruzada contra el hambre es un programa asistencialista que plantea llevar alimentos a zonas marginadas, como si las poblaciones no tuvieran manera de producir sus alimentos. Conciben a los pobres como meros objetos de caridad, deploró.

Consideró que más bien se debería poner acento en el aumento sustentable de la producción y en el desarrollo de los mercados para productos locales en cada región.

Como ejemplo del abandono de los productos por la población, dijo que en Mártir de Cuilapan el amaranto ya sólo se encuentra en pocos solares y sus recetas se están olvidando.

El gobierno parte, añadió, de que en el campo sólo hay ignorancia y falta de capacidad, por lo que también los conocimientos agronómicos hay que llevarlos de fuera. Los campesinos saben elaborar gran diversidad de productos.

Julieta Ponce, del Centro de Orientación Alimentaria, sostuvo que si la cruzada se quiere parecer al programa Hambre Cero de Brasil, tendrá que definir claramente sus políticas –ya que hasta ahora sólo se han visto convenios con las empresas y se anunció la creación de un centro nacional de alimentación y nutrición–, además de hacer una auditoría sobre muertes infantiles.

Ponce indicó que hasta ahora en la cruzada no se han planteado acciones para promover la lactancia materna ni existe una lista de alimentos saludables que se produzcan en el país.

El combate a la pobreza hasta ahora ha tenido resultados reprobatorios, aseveró.

Alejandro Calvillo, de El Poder del Consumidor, sostuvo que mientras el programa Hambre Cero tenía una política articulada con los ejes de acceso a alimentos, fortalecimiento de la agricultura familiar, generación de ingresos y articulación, movilización y control social, la actual cruzada fue improvisada y hecha al vapor.

Relató el caso del municipio de Tenexatlajco, Guerrero, donde se logró disminuir la desnutrición entre niños y jóvenes con la olla escolar.

Señaló que los adolescentes de telesecundaria tenían problemas de desnutrición y gastaban en comida chatarra entre 10 y 15 pesos diarios. Sus recursos provenían del programa Oportunidades o remesas de Estados Unidos. Después empezaron a depositar ese dinero en la olla, y con una cantidad de estos fondos preparaban un almuerzo con maíz, frijol, huevos y quelites, y con otra parte les alcanzó para la construcción de dos aulas.