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Ver día anteriorViernes 19 de julio de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Penultimátum

Rusia: leyes draconianas

S

eguramente el patriarca Kirill de la Iglesia Ortodoxa rusa no ha leído la primera parte de la trilogía Millenium, en la que el escritor Stieg Larsson se pregunta por qué los hombres no aman a las mujeres. Pero el guía religioso de la mayoría de los creyentes rusos tiene una forma muy especial de amarlas: considera que el feminismo es muy peligroso porque proclama una seudo libertad de las mujeres para que determinados papeles estén por encima del matrimonio y la familia. “No es casualidad –dice–, que la mayoría de las feministas sean solteras”.

El patriarca asegura que mientras el hombre se dedica a trabajar y ganar dinero, la mujer debe hacerlo adentro de la casa, donde están los niños. Así demuestra que es buena esposa y madre. De lo contrario, el fiel partidario del presidente Putin pronostica que la patria rusa puede quedar destruida.

Las feministas tampoco quieren a Kirill. Hace un año, Yana Zhdanova, activista del grupo Femen, intentó arrojarse contra él desnuda de cintura para arriba. Sobre su cuerpo llevaba escrito: “Kill Kirill (“matar a Kirill’)”.

Tampoco el patriarca ortodoxo ama a los homosexuales. Por eso su complacencia con la nueva ley que sanciona todo acto de propaganda homosexual y con otra que castiga con cárcel las ofensas a los sentimientos religiosos de los creyentes.

Para evitar polémicas, los diputados no se refieren en su ley a la homosexualidad. Hablan de relaciones sexuales no tradicionales. Las sanciones por hacer propaganda a esas relaciones van de 150 dólares para una persona física hasta 24 mil si la propaganda se efectúa, por ejemplo, vía un servidor de Internet, mismo que será clausurado. Los extranjeros pueden ser multados hasta con 32 mil dólares, detenidos 15 días y expulsados.

Hasta 1993 la homosexualidad se consideró un crimen en Rusia y como una enfermedad mental hasta 1999. En una encuesta del instituto Vtsiom, 88 por ciento de los rusos apoyan la prohibición de la propaganda homosexual. Y 54 por ciento cree que hay que castigar la homosexualidad.

En cuanto a la ley que sanciona con hasta tres años de cárcel las ofensas a los sentimientos religiosos de los creyentes, se elaboró después del caso de las Pussy Riot, el grupo musical que cantó contra Putin en la catedral de Moscú. Por esa osadía dos de sus integrantes cumplen dos años de prisión. El grupo es hoy símbolo de las protestas contra Putin, ahora en su tercer mandato presidencial.

Grupos defensores de los derechos humanos y las libertades religiosas acusan a Putin de atentar contra las libertades. Todas estas leyes draconianas se adoptan para ser aplicadas exclusivamente en contra de todos aquellos a los que el poder considera indeseables, estima la ex disidente soviética Liudmila Alexeeva.