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En un libro, la catedrática analiza culturas mesoamericanas a partir de sus expresiones artísticas

Existe el arte prehispánico, no es un mero registro de la época: Uriarte

La diferencia está en la intención de quien realiza la obra; en este caso, la sacralidad del objeto, explica la investigadora de la UNAM

Hoy presenta el volumen en el Castillo de Chapultepec

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“La intención de Arte y arqueología en el Altiplano central de México: una visión a través del arte es poner al alcance del mayor número posible de personas el conocimiento”, señaló Uriarte en entrevistaFoto Cristina Rodríguez
 
Periódico La Jornada
Martes 27 de agosto de 2013, p. 4

Son más de 30 años los que María Teresa Uriarte ha invertido en tratar de entender a las culturas mesoamericanas, lo que le ha valido convertirse en una de las principales autoridades en México y el resto del orbe en el tema de las expresiones artísticas prehispánicas.

De allí la trascendencia de que la historiadora de arte critique ahora la falta de libros de divulgación académica sobre arte prehispánico que prevalece en el país, no obstante que representa uno de los mayores baluartes culturales e históricos.

Frente a tal circunstancia, la también investigadora y catedrática universitaria, actual titular de Difusión Cultural de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), da a conocer su libro Arte y arqueología en el Altiplano central de México: una visión a través del arte.

Se trata de una coedición UNAM-Siglo XXI en la que la especialista analiza con detalle las diversas culturas que se establecieron en esa región fundamental de Mesoamérica, a partir de sus expresiones artísticas.

El volumen, cuya presentación tendrá lugar hoy, a las 18 horas, en el Castillo de Chapultepec, es resultado de los más recientes 10 años de Uriarte como titular de la cátedra Arte prehispánico en Mesoamérica, que ha impartido en la máxima casa de estudios, dentro de la cual se ha desempeñado como directora del Instituto de Investigaciones Estéticas e integrante de la Junta de Gobierno.

Este es un libro académico, pero no sólo para académicos, sino que está destinado al público en general. Su intención es poner al alcance del mayor número posible de personas el conocimiento, información bien fundamentada, sustentada, sobre las expresiones artísticas en el Altiplano central de México, explica en entrevista.

Estoy convencida de que el conocimiento solamente avanza en la medida que se comparte. Por esa razón, también publicaremos pronto una versión electrónica del mismo, la cual será de acceso gratuito e ilimitado.

De acuerdo con María Teresa Uriarte, las expresiones artísticas realizadas por las culturas prehispánicas cuentan con todos los elementos para ser consideradas tales, por encima de significar sólo registros culturales de una época.

La anterior aclaración es en respuesta a la interrogante de si pueden ser asumidas como arte aquellas expresiones que se elaboran no con tal finalidad ni con esa conciencia específica.

“¿Acaso Giotto hizo arte? Pues no, como tampoco lo hizo Leonardo Da Vinci. Ellos obedecen a un momento en el que el arte per se no existía. Éste es un concepto muy tardío en el desarrollo humano”, indica.

De hecho, el artista griego tampoco lo tuvo. Por eso dediqué un capítulo del libro a explicar qué es el arte y a qué reglas obedece. ¿Son casuales la armonía, la proporción, la simetría, el ritmo o el hombre las busca de manera intuitiva? Lo que hace que una obra sea artística es el conocimiento que relaciona todos esos elementos

La investigadora precisa que, aunque esos elementos se cumplan, no todo es arte, y subraya que la diferencia está marcada por la intención de quien realiza la obra. En el caso específico del arte prehispánico, destaca, esa intención radica en la sacralidad del objeto o del espacio físico.

Otro de los aspectos que María Teresa Uriarte pone sobre la mesa en su libro es la serie de correspondencias que existen entre las diversas culturas antiguas no sólo de México, sino de otras latitudes.

En su opinión, ello responde a que los seres humanos somos iguales, y comparte su convicción de que entre los sacerdotes teotihuacanos podían encontrarse algunos cachondos o sinvergüenzas o transas. Fueron gente como nosotros, ¿por qué queremos verlos diferentes?

Para remarcar su posición, menciona como ejemplo que la representación de seres alados en diversos pueblos ancestrales, entre ellos el de Mesopotamia o el judío, tiene que ver más con el afán humano por volar que el hecho sin sustento de que haya existido un vínculo o una conexión entre esas culturas.

¿Ese tipo de correspondencias significa que esos pueblos se comunicaron? No. Significa que los seres humanos llegaron a respuestas similares. Sin embargo, hay quienes se disparan, incluso supuestos especialistas, hablando de vínculos entre culturas ancestrales e influencia extraterrestre, indica.

Para mí, en eso hay una devaluación de lo que fueron las culturas prehispánicas, al no creer que hayan sido capaces de todo ese grado de desarrollo y perfección. Y pues allí es donde aparecen las tesis de que fueron los de la Atlántida o incluso extraterrestres.

Rubrica: ¿Por qué no habrían sido capaces los mayas de construir Chichén Itzá, si su cerebro era igual al de nosotros? Para ellos era importante hacer algo de esas dimensiones y encontraron la manera de hacerlo. Buscar otro tipo de explicaciones, evidencia profundo desprecio hacia las culturas prehispánicas.