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Dinosaur Jr. desempolvó sus instrumentos y llevó al público 30 años atrás

Amplia gama de tendencias y altibajos en el Corona Capital

Ice Age comenzó la jornada; dejó calientito el templete para The Black Angels, que elevó los ánimos

Miles Kane también entusiasmó al público con una playera de la selección mexicana de futbol

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Miles de personas, en su mayoría jóvenes, colmaron el Autódromo Hermanos RodríguezFoto Víctor Camacho
 
Periódico La Jornada
Lunes 14 de octubre de 2013, p. a11

Con amplia gama de tendencias, carácter, estilos y actitudes culminó la primera jornada de la cuarta entrega del festival Corona Capital, que tuvo varios protagonistas la noche del sábado. Sin embargo, por cuestiones afectivas, históricas y de calidad el grupo neoyorquino Blondie llevó a la fascinación al saturado escenario del Bizco Club, en el Autódromo Hermanos Rodríguez.

Con una actitud muy punk rock Debbie Harry, de 68 años, y el resto de los integrantes no desanimaron ni por un momento al público, pues fue uno de los grupos más esperados de la maratónica jornada. Con canciones como: One way or another, Call me, María y Sunday girl acompañadas por un inmenso coro que resultó exactamente la cereza del pastel. Los asistentes salieron satisfechos cuando las manecillas del reloj ya pasaban de la media noche.

Antes, hubo varias agrupaciones que también se rifaron, como M.I.A que con un enorme despliegue de teatralidad, bailes en todo el escenario y color superó las expectativas fincadas en su anterior presentación en México.

El que sí le puso color a su actuación fue J. Mascis, conocido como Dinosaur Jr., pues desempolvó sus instrumentos del underground ochentero y transportó al público a esos sonidos que salieron de sus amplificadores al igual que hace 30 años, un concierto anacrónico, pero ampliamente disfrutable, y una vez más se puso muy punk rock el ambiente.

XX, otra de las sorpresas

Otra de las sorpresas de la noche fue XX. Para algunos el sonido del grupo se prestaba para un escenario más chico y no para el principal. Lo mismo sucedió con Deadmaus, quien convocó la gran mayoría de los asistentes, pero en realidad por momentos pareció una broma mal hecha con su luminoso espectáculo y su máscara de ratón; su música muy bien se pudo haber elaborado con un Pianosaurio y unas buenos amplificadores.

Los que si contagiaron de una vibra muy emotiva que rozó lo bonito fueron los escoceses de Travis, que con su delicado y fino sonido en canciones como Closer y Sing fue de lo más celebrado en la noche. Contrastando con el exaltado ritmo The Crystal Method, que puso a todos a bailar y a mover las piernas desarticuladamente.

En contraste, los franceses de Phoenix envolvieron también el Capital con su música. El frontman de la banda, Thomas Mars, se aventó un clavado hacia el público, que lo cargó, y mostró una bandera de México, despertando el patrioterismo del respetable, un exceso ya que sus canciones como Love like a sunset, Armistice y Rome, lograron la autosuficiencia musical, ante varias decenas de miles.

Una pesadilla para los asistentes ha resultado los sanitarios, pues han sido insuficientes, las largas filas son interminables. Y ni qué decir de la limpieza. Así que algunos de los asistentes prefirieron buscar un paraje para orinar; ya se sabe que la necesidad no entiende de reglas y más en un festival con actitud punk rock

Un flujo de emociones, bajonas y melódicas buenaondita, fue la constante del comienzo de la segunda jornada del Corona Capital, que desde las 13:50 horas del domingo tuvo atisbos y muestras altamente emocionales de un público plagado de jóvenes, que celebraba el desfile de los grupos.

La fiesta de la tarde comenzó en el escenario principal con Ice Age, que dejó calientito el templete para The Black Angels, que elevó los ánimos, logrando un lleno impresionante con su sonoridad melancólica, que por momentos frisó lo lóbrego.

Después llegó Capital Cities. El dúo indie angelino integrado por Ryan Merchand y Sebu Simonian se emocionó más que el público que reunió. Aunque no fue una actuación memorable, el público retribuyó el esfuerzo.

No fue el caso del Miles Kane, quien con su pop suave festivo puso a bailar a todos. El vocalista de la banda, Miles Kane, lució una playera de la selección mexicana con el número 7 en los dorsales, lo que influyó en el ánimo del respetable, pero estuvo infinitamente mejor que Jimmy Eat World, a quien sólo le celebraron en la rola con la que concluyó su actuación. No obstante, su presentación lució mejor que la de Gary Clark Jr. Sin embargo, por ganas no quedó; todos festejaban y bailaban sin prestar mucha atención.

Mientras tanto, en el escenario Capital volvió la intensidad con Deap Valley, seguido por Jake Bugg y Portugal The Man, hasta Matt and Kim, dúo que rescató algunos sonidos electrodomésticos y de la música de Nintendo ochentero; le puso muchas ganas e ímpetu y al final convenció. Todo hubiera estado muy bien, pero llegaron los Stereophonics, que pulverizaron a las propuestas anteriores.

Más amable, para otra sensibilidad, fue DJ Harvey, que se presentó en el escenario Bizco Club. Le siguió una ocurrencia divertida llamada Mueran Humanos, que puso en trance al respetable.

Al cierre de esta edición faltaban por salir Vampire Weekend, The Breeders, Queens of the Stone Age, Sigur Rós, Artctic Monkeys y el influyente y seminal productor Giorgio Moroder, quienes de presentaría como músico.