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Penultimátum

Pier Paolo Pasolini: 38 aniversario luctuoso del poeta

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añana se cumplen 38 años de que en una playa cercana a Roma un joven homosexual, Giuseppe Pelosi, asesinó a Pier Paolo Pasolini. Sentenciado a nueve años de prisión, en 2005 confesó a los medios que hubo otros participantes en la brutal paliza que terminó con la vida del poeta para castigarlo por homosexual y comunista, por exhibir la hipocresía de la Iglesia católica y los poderosos de Italia.

Pelosi dijo revelar finalmente la verdad por no tener ya miedo a las amenazas que los otros atacantes profirieron contra él y su familia, pues sus padres habían muerto. Cabe advertir que si en 1975 hubiese aceptado la participación de otras personas en el asesinato, habría sido juzgado por un tribunal normal en lugar de uno de menores, y ser condenado hasta con 30 años de cárcel.

Desde siempre se sospechó que el crimen fue una venganza por lo que amigos del cineasta y los abogados que intervinieron en el proceso pidieron reabrir el sumario, que marcha a paso de tortuga. Así lo registra la magnífica exposición Pasolini-Roma, en la Cinemateca Francesa, donde se cuenta la vida del poeta, escritor, dramaturgo, autor de letras de canciones y director cinematográfico durante los 25 años que vivió en esa ciudad, los últimos de su existencia.

Llegó a Roma en 1950 cuando tenía 28 años y la describe con gran amor en sus escritos y películas. La exposición sigue puntualmente los sitios donde habitó, sus amistades más cercanas, como Alberto Moravia, Elsa Morante, Federico Fellini, Bernardo Bertolucci o María Callas; sus entrevistas en la televisión. Hasta los numerosos juicios que enfrentó por sus libros y películas, que intentaron prohibirlos por atentar contra la moral. De todos salió triunfante la libertad de expresión, de crítica.

No falta el sumario por el cual el Partido Comunista de su ciudad natal lo expulsa por atentar contra la moral de la juventud cuando era maestro; ni el demoledor poema en que describe crudamente a Pío XII, el pontífice que simpatizó con los nazis, calló sus crímenes y protegió a varios de ellos en su huida de Europa.

También integran la muestra fragmentos de sus películas, cartas, libros, las entrevistas donde critica al poder de la época, los partidos políticos y a la televisión por envenenar y distraer con sus programas basura la conciencia de la gente.

El uso que Pasolini hizo del erotismo, la violencia y la depravación humana en obras como Porcile, El Decameron y Saló, le ganaron más odio de los dirigentes de la Iglesia católica y los grupos conservadores de Italia. Por denunciar en su último libro a las trasnacionales petroleras. Y por describir y defender en sus novelas a los marginados de todo tipo.

Nunca será tarde para conocer a los autores intelectuales del crimen que terminó con la vida de quien reinventó el cine.