Opinión
Ver día anteriorViernes 13 de diciembre de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
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México SA

Salario: la ilusión perdida

En 26 años, caída de 80%

Metrazo y poder adquisitivo

E

n sesión permanente desde el pasado primero de diciembre, el consejo de representantes de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (22 del combativo sector obrero oficial, 22 del patronal y el sempiterno presidente del organismo) se alista para hacer pública otra trascendental decisión, la cual, obviamente, también beneficiará al pueblo de México, es decir, aquella que especifica de a cómo será el aumento al mini ingreso en 2014, aunque en este sentido es previsible que tal incremento no pase, en el mejor de los casos, de 2.6 pesos por día.

El presidente de la citada comisión, Basilio González Núñez –en el cargo desde 1991– obtiene un sueldo de 173 mil 436 pesos (más prestaciones), o lo que es lo mismo 90 salarios mínimos diarios, es el representante del gobierno federal en el consejo de representantes, y aunque siempre gana el sector patronal, es el oficialmente encargado de defender la postura del inquilino de Los Pinos en turno, y lleva seis al hilo. Desde que ocupa el cargo, el salario mínimo promedio creció poco más de 415 por ciento (de 12.24 a 63.07 pesos por día), aunque en igual periodo la inflación general se incrementó 627.46 por ciento. Aun así es de los que opina, junto con los demás integrantes de dicho consejo, que el mini ingreso resulta más que suficiente para llevar una vida digna, como obliga la Constitución.

Pero bueno, más allá de los pésimos chistoretes del consejo de representantes, lo cierto es que desde la renovación moral de Miguel de la Madrid al México que todos queremos de Enrique Peña Nieto, el poder adquisitivo del salario se ha desplomado en cerca de 80 por ciento, es decir, actualmente los pesos valen, en términos reales, 20 centavos, si bien va, y falta el cierre de diciembre de 2013 (víspera de la cuesta de enero de 2014). Sería una ingratitud dejar fuera de este maravilloso resultado de política económica a la solidaridad de Carlos Salinas, el bienestar para la familia de Ernesto Zedillo, el cambio de Vicente Fox y, desde luego, el para vivir mejor de Felipe Calderón, todos ellos pertenecientes al circuito privatizador de las reformas estructurales que tanto bienestar ha generado a los mexicanos.

Por ello, el Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la UNAM documenta que de diciembre de 1987 a la fecha, el salario mínimo (sólo considera el de la región A, por ser el más elevado) registra un aumento ligeramente superior a 900 por ciento, mientras en igual lapso los precios de la canasta alimenticia recomendable (CAR, que incluye sólo los alimentos considerados por el Instituto Nacional de Nutrición y que deberían consumir las familias en México) se incrementó 4 mil 800 por ciento, es decir, una diferencia de cinco tantos favorable, desde luego, a los precios de la citada canasta.

Así, para que cumpliera cabalmente con el mandato constitucional (artículo 123, inciso VII, que a la letra establece: “los salarios mínimos generales deberán ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material, social y cultural, y para proveer la educación obligatoria de los hijos…”), a estas alturas del partido el salario mínimo debería ser cercano a 194 pesos por día, sólo para adquirir la CAR y sin considerar el aumento para 2014. En diciembre de 1987, el precio de la citada canasta era de 3.95 pesos y el salario mínimo de 6.47 pesos; 26 años después tal precio es de 193.52 y el mini ingreso nominal a duras penas llega a 64.76 pesos (zona A).

El CAM detalla que, en el recuento, a casi un año de la gestión de Enrique Peña Nieto la pérdida real del poder adquisitivo ha sido de 11.19 por ciento, lo que han resentido las familias mexicanas en sus niveles de vida y de consumo. Los trabajadores mexicanos no necesitan ser economistas para darse cuenta que el próximo año el nivel salarial tampoco les permitirá adquirir la canasta alimenticia recomendable. De enero al 6 de diciembre de 2013 el precio de la CAR se ha incrementado 21.66 pesos y el tiempo de trabajo necesario que requieren las familias trabajadoras mexicanas para adquirirla es ahora de 23.54 horas por día, pero como es imposible que una sola persona labore este tiempo, la gente recurre a buscar dos empleos o a integrar a otros miembros de la familia a un trabajo para obtener así más recursos. Como referencia, apunta el centro de análisis, 26 años atrás se requerían poco menos de cinco horas laborales para obtener el dinero necesario para adquirir la CAR.

Como se lee, la exitosa política económica y las maravillosas privatizaciones de seis gobiernos neoliberales al hilo han enriquecido a un grupúsculo y depauperado a millones de mexicanos a los que prometieron un futuro venturoso, con bienestar, mayor empleo, mejor ingreso y demás gracias, tantas que a estas alturas cada peso que un trabajador gana de manera nominal, en términos reales sólo vale 20 centavos. Pero ya viene el aumento al salario mínimo, más las glorias de la desnacionalización petrolera (lo viejo es nación y sociedad; lo moderno, mercado y consumidores).

El CAM subraya que “el gobierno mexicano continúa implementado políticas que afectan a los trabajadores y a la población en general. Unos meses atrás fue la reforma laboral, después la reforma educativa (que también es laboral), la hacendaria, y la energética, la más reciente. Pero también el aumento a la tarifa del Sistema Colectivo de Transporte (y viene el del predial), con lo que Miguel Ángel Mancera no se queda atrás de Peña Nieto: en abril de 2013 incrementó precios y tarifas de Metrobús, microbuses, autobuses, taxis y combis; ahora es el Metro. Si las personas sólo gastaran su salario mínimo nominal en boletos del Metro, tras el nuevo aumento sólo podrán comprar 13, contra 22 que adquirían antes de las ‘encuestas ciudadanas’. Las personas que laboren de lunes a sábado y utilicen dos transportes (Metro y autobús) ahora destinaran el equivalente a dos días de trabajo”.

Pero la trascendental decisión está a punto, y 2.6 pesos diarios como máximo serán, sin duda, un beneficio para el pueblo de México.

Las rebanadas del pastel

Consummatum est (léase atraco consumado). Cuídense los calzones, que si a los modernizadores les gustan, téngalo por seguro que se los privatizan… Por cierto, el CAM levanta una encuesta real, no como las de Mancera, para conocer la opinión de los usuarios sobre el incremento a la tarifa del Metro. Pueden participar en la siguiente dirección electrónica.

Twitter: @cafevega