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Hace 400 años notó lo grande que parece Venus a simple vista en comparación con Júpiter

Hallan explicación a ilusión óptica planteada por Galileo

Mostraron que el efecto es causado por la forma en que las células sensibles a la luz del ojo responden a las imágenes de diferente intensidad, ubicadas contra un fondo oscuro, dicen expertos

The Independent
Periódico La Jornada
Miércoles 12 de febrero de 2014, p. 2

Científicos han encontrado al fin una explicación de la ilusión óptica que fue identificada por primera vez en el siglo XVI por Galileo Galilei, quien notó lo grande que aparece Venus a simple vista en comparación con Júpiter, exactamente al revés de lo que ocurre cuando son observados al telescopio.

Venus está más cerca de la Tierra que Júpiter, por lo cual aparece más brillante en el cielo nocturno, pero ese solo hecho no explica su apariencia más grande que la real. Debía de haber otra razón de la forma en que el ojo percibe su luz más brillante en comparación con la realidad óptica de un telescopio, señalan investigadores.

A simple vista, Venus parece tener una corona radiante que lo hace aparecer 10 veces mayor que Júpiter aun cuando éste es cuatro veces más grande visto desde la Tierra. Galileo fue el primero en darse cuenta de que esa corona radiante tenía que ver con la percepción humana o, como lo describió, con un impedimento de nuestros ojos que el telescopio eliminaba. Lo atribuyó a alguna especie de interferencia óptica a la luz de los planetas cuando entraba en el ojo humano.

Ahora los científicos han mostrado que el efecto es causado por la forma en que las células sensibles a la luz del fondo del ojo responden a las imágenes de diferente intensidad ubicadas contra un fondo oscuro.

Venus aparece más grande porque su imagen, más brillante que la de Júpiter, es exagerada por los centros visuales del cerebro para crear una corona radiante más grande que la de éste, según el estudio publicado por la revista Proceedings, de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.

Los científicos creen que este efecto influye en la forma en que vemos todo, porque la retina y el cerebro humanos están afinados para responder al contraste de los objetos luminosos en un fondo oscuro. Por eso aparecen más grandes que otros objetos luminosos del mismo tamaño, señaló Jose-Manuel Alonso, del Colegio de Optometría de la Universidad del Estado de Nueva York.

Galileo fue el primero en decir que nuestro ojo distorsionaba la realidad. Podía ver que Venus parecía mucho mayor que Júpiter a simple vista, mientras al mirarlo al telescopio se veía lo contrario, comentó Alonso.

Galileo creía que el efecto era una ilusión de tamaño creada por los ojos. Ya sea porque la luz se refracta en la humedad que cubre la pupila, o porque es reflejada desde los bordes de las pestañas y estos rayos reflejados se difunden sobre la pupila, o por alguna otra razón, escribió el célebre científico.

En el siglo XIX, el físico alemán Hermann von Helmholtz se acercó más a la verdad cuando dijo que la ilusión de irradiación, como la llamó, era causada por nuestra sensación del objeto y no por la óptica del ojo.

“La investigación más reciente demuestra que la sensación que Helmholtz usó para explicar la ilusión de irradiación es una respuesta ‘no lineal’ del sistema visual cuando los objetos se presentan en fondos oscuros”, explicó el doctor Alonso.

Los contornos de un objeto luminoso aparecen borrosos; el cerebro magnifica este efecto de modo que todo el objeto aparece más grande de lo que debiera. Venus, más cercano a la Tierra, es más brillante que Júpiter y por eso aparece más grande contra el fondo oscuro del cielo nocturno, añadió.

Este efecto causa la forma en que vemos todo, como las texturas y los rostros –con base en sus partes oscuras ante la luz brillante–, y explica por qué es más fácil leer páginas con textos negros sobre blanco que al revés, fenómeno que era bien conocido pero no tenía explicación, señaló.

Al rastrear la forma en que estos efectos se relacionan con la manera en que se interconectan las neuronas del cerebro y el ojo, los científicos descubrieron que el efecto deriva potencialmente de las células sensibles a la luz de la retina.

Los coautores del estudio fueron Jens Kremkow y Qasim Zaidi, del Colegio de Optometría de la Universidad del Estado de Nueva York.

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya