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Espectáculo que mezcla equitación, cine y teatro; se presenta en la Carpa Santa Fe

“En Calacas le quité la vida a los hombres y se la di a los caballos”: Bartabas

La inspiración fue Posada; su obra es una revelación para mí, comenta el creador del show

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Bartabas lleva más de 40 años innovando el teatro, el cine y la equitación, haciendo de estas disciplinas una sola manifestación artística. Creó este espectáculo con el pretexto del aniversario luctuoso del grabador mexicanoFoto Cristina Rodríguez
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Sábado 15 de febrero de 2014, p. 9

París, 14 de febrero.

Con la participación de músicos, jinetes disfrazados y 27 caballos, se realiza en la carpa Santa Fe el espectáculo Calacas, de Clement Marty, mejor conocido como Bartabas, artista, escritor y cineasta que recientemente puso a bailar a La Catrina en París, quien se define como amante de los caballos, cuya presentación marca un parteaguas en la escena ecuestre contemporánea.

Bartabas, quien lleva más de cuatro décadas innovando el teatro, el cine y la equitación, haciendo de estas disciplinas una sola manifestación artística, creó este espectáculo con el pretexto del aniversario luctuoso de José Guadalupe Posada, grabador mexicano que desde hace un centenar de años impacta la obra de numerosos creadores alrededor del mundo, y lo presenta con su propia compañía de teatro ecuestre Zingaro.

Calacas es un espectáculo que desde 2011 ha tenido más de 300 mil espectadores dentro y fuera de la capital francesa, por lo que es necesario preguntar a su creador cuál fue su inspiración: El México que tiene larga tradición de honrar a la muerte de manera festiva.

–¿Qué es Calacas?

–En el espectáculo expreso la manera de ver la muerte en la tradición mexicana. Sin embargo, el origen del trabajo no tenía la intención de ser de México; fue después de una investigación sobre el tema de la muerte que llegué a la cultura mexicana, y el amplio repertorio musical del país me inspiró para hacer este espectáculo.

Tránsito musical

–¿Cómo concretó la idea de montar un espectáculo ecuestre inspirado en México?

–No conozco México, por eso este espectáculo está basado en testimonios alternos como el arte plástico, la pintura, el dibujo… la inspiración primera fue el trabajo del maestro Posada. Para mí, su obra es una revelación; en cuanto vi su trabajo me interesó concretar el proyecto. Posada es muy famoso en Francia gracias a sus caricaturas de índole social y político, y quería llevar su mundo a la vida real y con personas de carne y hueso.

“Hay todo un trabajo detrás de la escenografía y los disfraces que respetan las proporciones de las máscaras que él dibujaba en sus caricaturas. Es un espectáculo muy visual. En cuanto a la música, hay un espectro muy largo que va desde la música precolombina hasta banda, pasando por canciones famosas que se mezclan con música en vivo durante el show.”

–¿La personificación de la muerte en un espectáculo causa inquietud en el público?

–No, porque el espectáculo busca reflejar la alegría de la vida mediante la danza de la muerte con música, humor y texturas que transporten al público a ese México colorido. En este espectáculo le quité vida a los hombres y le di vida a los caballos. El caballo es el intermediario entre el cielo y la tierra, y es el que hace danzar a las almas de calacas y las lleva de un mundo a otro como si fuera la celebración de un carnaval. La visión de los mexicanos sobre la muerte como una celebración es la que me interesó, la gente disfruta y se adentra a la cultura que les muestro y crean su propia experiencia.

Calacas se presenta por primera vez en México como parte de las actividades del centenario luctuoso de José Guadalupe Posada. Son 36 funciones en la carpa Santa Fe (hasta el 22 de marzo) en la que se muestran 27 caballos, con la participación de ocho músicos, para ofrecer al público un gran cuadro de colores y jinetes cadavéricos cabalgando al ritmo de tambores y chinchineros.

En Calacas aparecen personajes a caballo y otros afrancesados vestidos con pieles y joyas caras, pero también hay revolucionarios. Aparece, asimismo, La Garbancera, la más famosa de ellas, que con su sangre de indígena –pretendiendo ser europea– viste un sombrero de plumas y fue bautizada como La Catrina.

Y quizás es eso lo que nos deja el humor de José Guadalupe Posada, quien fue famoso mientras tuvo vida, pero murió tan pobre como llegó a ella. Grabador y caricaturista mexicano, su influencia artística podría equipararse a la de cualquier creador vanguardista de principios de siglo, por ser pionero de un movimiento nacionalista dentro del arte moderno mexicano. Su extensa producción en litografías, estampas y caricaturas cambió la manera de hacer periodismo y prensa gráfica en México: cuentos, historietas, cancioneros, periódicos y bocetos difundieron su trabajo durante su vida y circulan aún todavía a 101 años después de su muerte. Consagró su obra a publicaciones de temática popular e imágenes de carácter progresista en pleno México porfirista y su trabajo es testimonio histórico de la vida mexicana de toda una época.