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Formalizan el ingreso del escritor Juan Villoro como nuevo consejero de la institución

Por primera vez, padre e hijo figuran entre los miembros de El Colegio Nacional

La muerte de JEP recuerda que la literatura es la más asombrosa manera de hablar con los difuntos

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Juan y Luis Villoro, la noche del martes, en El Colegio Nacional, donde el primero se refirió al poeta Ramón López Velarde en su discurso de ingreso a ese organismoFoto José Antonio López
 
Periódico La Jornada
Jueves 27 de febrero de 2014, p. 6

Se da una grata coincidencia que no puedo dejar de celebrar, que en esta misma casa oficia el inconmensurable Luis Villoro. Agradezco la generosidad de la vida para que ahora mi padre y yo podamos estar en El Colegio (Nacional), expresó el martes el escritor y periodista Juan Villoro (DF, 1956) en la ceremonia en la que se formalizó su ingreso a esa institución.

Es la primera vez que ese cuerpo colegiado alberga a padre e hijo, ya que Juan es descendiente del filósofo Luis Villoro, quien ingresó en 1978.

Después de evocar al poeta José Emilio Pacheco (JEP), fallecido recientemente, quien iba a presidir la ceremonia, el escritor expresó que la desaparición del autor de Las batallas en el desierto, nos ha obligado a recordar que la literatura es la más asombrosa manera de conversar con los difuntos.

Acompañado por integrantes de El Colegio Nacional, familiares y amigos, entre los que figuraban Hugo Gutiérrez Vega, Elena Poniatowska, Cuauhtémoc Cárdenas y Javier Garciadiego, el autor de El testigo ofreció un discurso en el que abordó la obra de Ramón López Velarde, el poeta más leído y discutido de México, del que aparentemente se ha dicho todo y sin embargo hay ciertos enigmas en su trayectoria como la repercusión que ha tenido en la prosa, que no está tan estudiada.

Alocución sobre López Velarde

En su discurso titulado Históricas pequeñeces: vertientes narrativas de Ramón López Velarde, Juan Villoro reivindicó que los narradores se alimentan de la poesía y a su manera también hacen poesía. Consideró que no hay manera de escribir buena narrativa, sin tener un sustrato poético, y creo que algunas de las mejores páginas de la prosa del siglo XX, son páginas hondamente poéticas si pensamos en Rulfo, Onetti, Faulkner y Joyce.

Al realizar un recorrido por la vida y obra del poeta jerezano, el nuevo consejero de El Colegio Nacional afirmó que López Velarde es un personaje central del relato de la modernidad mexicana, que vivió en crisis con su país, pero su destino fue similar al de José Guadalupe Posada, grabador que murió en el anonimato sin saber que era un artista.

Frente a un público que abarrotó el Aula Mayor de El Colegio Nacional, Villoro asoció el trabajo del poeta de la provincia mexicana de Jerez, con la literatura inglesa de James Joyce. Más allá de cruces y desvíos temáticos y anecdóticos, me interesa señalar que por caminos muy diversos Joyce y López Velarde emprenden una búsqueda parecida.

La exploración de las posibilidades naturales del habla, la mitologización de lo cotidiano y la libertad rítmica del lenguaje fueron algunas de las características que, según Villoro, emparentan a Joyce y López Velarde.

La respuesta al discurso de Juan Villoro estuvo a cargo del arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, quien hizo un recuento de la obra del escritor y aseguró: Juan es uno de los grandes exponentes de la literatura mexicana actual, que lo mismo nos dice del viento, de la tarde, de la tristeza y de la alegría. Su versatilidad es impresionante y ha transitado a través de la novela, el ensayo, el cuento, el cine, el teatro, que nada dentro del mundo de las palabras le es ajeno.

Tras la intervención de Matos Moctezuma, el presidente en turno Manuel Peimbert entregó a Villoro el diploma y el distintivo de El Colegio Nacional; en primera fila, muy atento, estaba el filósofo Luis Villoro, quien compartió que se sentía muy honrado y satisfecho con el ingreso de su hijo a la institución.