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Sí, fui cabrón en muchos sentidos, y ahora lo debo ser más para seguir trabajando

Tengo parálisis, estoy jodido, voy pa’ viejo y por la diabetes ya casi no veo: José José

Tuve mucho dinero, pero nadie me lo cuidó y ahora debo seguir cantando; no pienso en el retiro

El domingo en el Metropólitan siguen los festejos por sus primeros 50 años de trayectoria

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En los días que corren no se valora el trabajo de los compositores. En los años 60 y 70 había más conciencia sobre su valía. Yo les agradezco a todos, porque componer no es lo mío, dijo el cantanteFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Jueves 20 de marzo de 2014, p. 9

Tarde o temprano llega la hora del espejo: Sí, fui cabrón en muchos sentidos, y ahora lo debo ser más para seguir trabajando, a pesar de las enfermedades que padezco, como la diabetes, que me ha afectado la vista, y otros males que me tienen con dificultades de ventilación y un lado de mi cuerpo con parálisis. Tuve mucho dinero, pero nadie me lo cuidó y debo seguir cantando, expresó ayer en entrevista José José, quien presentó dos nuevos discos: Duetos volumen 1 y la redición aumentada del histórico Tributo, en el cual rockeros hicieron versiones de sus éxitos y a los cuales se ha sumado otro cedé, con voces de hoy. Así, le canta ya a cinco generciones.

En tres horas dio, primero, una conferencia y después entrevistas cara a cara, en un alarde de profesionalismo. Anunció su concierto del próximo domingo en el Teatro Metropólitan, con el cual continúa con los festejos por sus primeros 50 años de trayectoria. Cantaré 25 de mis consagradas y no habrá invitados especiales. Estaré yo solo en el escenario.

Comentó que hay quienes afirman que la única diabetes que no se cura es la del tipo dos, que es la que le aqueja. ¡Y la tenemos tantos! ¡Estamos jodidos, la verdad! ¡Estoy jodido y voy pa viejo!, dice el dicho. ¡Está bueno! ¡Jodido, pero estable! Ante la tragedia existe la defensa de tomar la vida como viene, seguir haciendo las cosas y de buena gana.

–Ha habido momentos en los cuales se ha quedado mudo. Beethoven sufrió sordera profunda. ¿Ahora lo entiende?

–¡Uh, cómo no! Ahora sé lo que es el tiempo, mi tiempo y el de los otros. Tuve una lesión en la pierna, me tuve que operar y me colocaron una prótesis. Eso me pasó a los 32 años y no podía bajar de los coches. Tenía que jalarme la carne y que se me acomodara el fémur para empezar a caminar. Pero ahora, con la diabetes, ya casi no puedo ver. ¡Traigo unos lentezotes y una lámpara! ¡Me digo que me voy a portar bien! El día que no puedo caminar saco la andadera. ¿Qué hago?

Beethoven no podía oír y me imagino su desesperación. En mi caso son 50 años de hablar y hablar, cantar y cantar. A mi edad y con tanta trayectoria ya es para que me hubiera ido a descansar, ¡pero no puedo! Debo dar conciertos de dos o tres horas, que es lo que duramos en los teatros.

–¿Ha pensado en el suicidio?

–Sólo de joven, porque estaba muy enamorado de una muchacha que no me hacía caso... pensé en suicidarme, pero algo me detuvo y luego, al cambiar el panorama de la vida, te das cuenta de que si no estás muerto es porque Dios todavía te quiere aquí para algo. En mi caso porque mi canto es único, sin presunción, y soy querido y respetado. Sigo en la Tierra hasta que Dios diga, porque mientras tanto alguien se te cruza y no te tira. La vida nos va modificando, ¡pero aquí estamos!

–Es ídolo. ¿La gente todo le perdona: el alcoholismo, que ya no cante como antes?

–La gente es mi cómplice. A veces las canciones no salen igual, pero ellos ahí están pidiendo su preferida, enamorándose como se enamoraron y, lo más bonito, se esperan al final para tomarse la foto para que se la firme. ¿Cómo puede uno pagar eso? Soy amigo y compañero de millones de personas, un confidente. ¡Y ahí va la gente a verlo a uno! Hay quien me va a ir a ver el domingo que entra en nombre de las borracheras, ¡pero de las que nos faltan, que son muchas!”

José José Duetos volumen 1 contiene rolazas como Desesperado, con Mijares; Almohada, con Daniela Romo; No me platiques más, con Gilberto Santa Rosa; Una mañana, con Natalia Lafourcade; Me basta, con Leonel García; Lo que no fue no será, con Pandora; ¿Y qué?, con Gianmarco; El amor acaba, con Edith Márquez; Cruz de olvido, con Marco Antonio Muñiz; Voy a llenarte toda, con Carlos Rivera; Sabor a mí, con Francisco Céspedes; 40 y 20, con María José, y Contigo en la distancia, con Carlos Cuevas.

En la conferencia se le entregaron dos placas porque los álbumes alcanzaron Disco de Oro por más de 30 mil copias vendidas.

Cría cuervos y te sacarán los ojos.

El pueblo que lo encumbró ahora lo perjudica. El éxito de los años de ayer lo hace uno de los intérpretes más pirateados y a pesar de que sigue vendiendo producto original cientos de miles han comprado acoplados apócrifos. Si hoy el público lo quisiera apoyar tendría que dejar de comprar piratería.

–¿Piensa en el retiro?

–No, porque a diferencia de Marco Antonio Muñiz y Vicente Fernández yo no tengo dinero guardado. No tuve la suerte de ellos de tener a alguien que ahorrara dinero para estos años. Ya a Hacienda le acabé de pagar, el año pasado. Luego del Metropólitan me seguiré presentando en provincia y, ¿por qué no?, en el Auditorio Nacional.

Para su concierto del próximo domingo descansará desde el viernes, casi no hablará, se meterá a la cámara hiperbárica, se inyectará insulina, comerá a sus horas. Entrará en un rélax imprescindible. Tendrá que beber un cáliz.

“Soy como los autos Fórmula 1, que ya los revisaron una y otra vez y en los pits los vuelven a ajustar para la carrera. Así estoy yo. Tengo problemas con mi pulmón, pero mis cuerdas vocales están bien.”

Lamentó que en los días que corren no se valore el trabajo de los compositores. “En los años 60 y 70 había más conciencia sobre su valía. Yo les agradezco a todos, porque componer no es lo mío. Sí he hecho algunas canciones, pero salen... no muy bien. Algo de lo que me han grabado ha estado en el lado B. Era algo somnífero. El romanticismo sigue vivo, pero lo que ocurre es que los jóvenes conocen las canciones adecuadas en medio del reggaetón o de la bachata, pero no imagino a un joven cantándole a su chica temas como La gasolina. Para acercarse a la mujer yo tengo varias piezas, que escucharán en el Metropólitan el domingo. Serán unas 25 en total. Ahí por la cuarta canción se me calentará la garganta. ¡Ya lo escucharán! Busco control de calidad”.