La violencia y agresividad de una persona, adolescente en particular, se exacerba cuando está en grupo, y en esta condición también es más fácil hacer a un lado los valores y ser impulsivo para golpear, agredir y ejercer poder sobre otros. Más aún cuando, como sociedad, estamos expuestos a escenas ya cotidianas de violencia, afirmó José Aguilar Gil, especialista en sicoterapia.

Esto es lo que, en parte, explica el bullying (acoso escolar), aunque también debería ser una llamada de atención sobre la necesidad de que México cuente con estrategias para combatirlo y, sobre todo, para hacer conciencia entre los jóvenes sobre el impacto que la violencia tiene en sus vidas en el presente y el futuro, advierte.

El especialista se refirió al tema con motivo de las historias que cada vez con mayor frecuencia se conocen en el país sobre agresiones contra niños y jóvenes en las escuelas.

En entrevista, Aguilar Gil comentó que algunos individuos son agresivos, impulsivos y violentos por naturaleza, pero estando solos no causan daño. En cambio, como parte de un grupo, disminuye lo que en sicología se conoce como el superyo, es decir, los valores morales y la razón, y atacan a otros.

Entre los adolescentes, explicó, este escenario se agudiza porque es la edad en que el grupo de amigos tiene mucho peso, es el que les da identidad y sentido de pertenencia. Por eso, con uno que promueva las agresiones, el resto lo sigue.

A esto se suma un contexto de violencia social que en todo momento se transmite en los medios de comunicación, con mensajes en los cuales también se plasma la corrupción e impunidad que prevalecen en el país.

Entonces, agregó, lo que se transmite es que en este mundo hay que sobrevivir como sea. A esto se suman problemas de desintegración y violencia intrafamiliar que tampoco favorecen el sano desarrollo de los jóvenes.

Aguilar Gil comentó que para enfrentar el bullying, en otros países han instaurado estrategias de apoyo sicológico y rehabilitación para los agresores, los cuales también son víctimas de una cultura de la violencia.

Además hay experiencias de capacitación a profesores para identificar, prevenir y, en su caso, controlar las situaciones de ataques.