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Rosalba Vicente exige justicia por negligencia que atribuye a hospital de Juchitán

Sangré, vi a mi bebé moverse y escuché el latido de su corazón por última vez
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La joven zapoteca Rosalba Vicente Morales, quien hace una semana perdió a su bebé en el hospital General Macedonio Benítez Fuentes de Juchitán, Oaxaca, se recupera en su casa, en XadaniFoto Diana Manzo
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 14 de junio de 2014, p. 32

Santa María Xadani, Oax., 13 de junio.

Una semana después de que perdiera su niña y le extirparan la matriz en el hospital General Macedonio Benítez Fuentes de la ciudad de Juchitán, la zapoteca Rosalba Vicente Morales exigió justicia por la negligencia médica de que fue víctima, acusa.

Afuera de una pequeña choza de palma, recostada en una hamaca, en Xadani –su lugar de origen–, la mujer expresó que no pretende lucrar con la pérdida de su hija, sino que sean castigados los médicos y enfermeras que no la atendieron a tiempo.

Informó que trabajadores del Instituto Nacional de Arbitraje Médico la han visitado para tomarle la queja, pero que les cree poco porque, dice, parecen más cómplices de los médicos que de los afectados.

“El jueves 5 de junio pasado –recordó Rosalba–, llegué a las 9:30 al hospital con mi hermana y mi cuñada. Me internaron, me asignaron una habitación y prácticamente me dejaron tirada ahí. Las doctoras me revisaban y me decían que aún no había mucha dilatación. Las horas transcurrieron, los dolores aumentaban y cuando mi hermana les pedía atención, decían que me faltaba más dilatación, pero como a las nueve de la noche comencé a sangrar. En ese momento vi a mi bebé moverse y escuché su corazoncito por última vez”.

Se seca las lágrimas con un pañuelo, calla, toma aire y añade que gritaba muy fuerte cuando la subieron a una camilla para intervenirla. Al llegar al quirófano, agrega, le dieron anestesia oral y se durmió; luego no supo más.

Cuando desperté, el doctor me dijo que mi nena había muerto y que me habían quitado la matriz, porque supuestamente la bebé me lastimó con su fuerza el útero y se rompió. Lloré muy fuerte y le reclamé por qué lo hicieron; les dije que no podría ser cierto, que ambas llegamos bien al hospital: no lo podía creer, y a pesar de que han transcurrido una semana todavía no lo creo.

Recordó que antes de salir, el director del hospital, Jerónimo Ramírez Luis, le pidió que se arreglaran, pero ella y su esposo rechazaron la propuesta y exigen castigo y justicia.

Martha Morales, madre de Rosalba, expresó: Es una de mis hijas que más se cuida. Acude a las unidades móviles cada año a hacerse sus estudios de Papanicolaou; mentira que su matriz no servía. Ahora le han desgraciado la vida, se fue de Xadani con la esperanza de conocer a su hija y después de cuatro días regresó sólo para darle sepultura a mi nieta y sin matriz. Esos médicos son unos desgraciados.