Zamora, Mich., 20 de julio.

La insistencia de una mujer de oficio albañil por recuperar a su hijo llevó a un organismo no gubernamental de derechos humanos a acompañarla hasta lograr la liberación del menor, que permaneció cuatro años con Mamá Rosa.

La mujer se vio obligada, por recomendación del DIF de una entidad vecina de Michoacán, a dejar a su hijo de dos años con Rosa Verduzco, porque el padrastro lo golpeaba y le rompió un brazo.

Luisa Hernández, integrante del organismo, sostuvo que no hay por qué responsabilizar del abandono de los niños a todas las mujeres. En cinco años, la madre albañil tocó puertas de dependencias estatales y federales y de organismos gubernamentales y no gubernamentales. Fue rechazada infinidad de veces, hasta que encontró eco en su demanda de recuperar a su hijo.

Ante las denuncias y pese a obstáculos de instancias federales y estatales, la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (Seido) logró entrar y tomar el caso.

La madre, violentada por su pareja, vio como única salida la casa hogar, donde su hijo estudiaría primaria y secundaria. “Desde las primeras veces que vino de visita se dio cuenta de que el niño no estaba bien y pidió a Mamá Rosa que se lo entregara”. Rosa Verduzo se negó, y sin apoyo de nadie la mujer se acercó al DIF y a la procuraduría de su estado, luego a la televisión y a varias ONG. Luego conoció a otra mujer que también quería recuperar a su niño.

Al hijo de la mamá albañil lo logramos sacar; obviamente pedían dinero y todo lo que se ha visto reflejado en los medios informativos, dijo Hernández, tras señalar que ante el escándalo Mamá Rosa dejó salir al menor, después de más de cuatro años. No obstante, la madre albañil siguió apoyando a la otra, y después se sumaron otras tres que también denunciaron ante la Seido.

La imagen de Mamá Rosa es como la que se ha visto en otros albergues: una persona linda, buena, que socialmente vende mucho, que tiene un coro, y todo lo que como sociedad queremos ver. Pero no vemos más allá. No tengo idea de cómo se llegó a estas dimensiones, pero son reales todas las observaciones.

Dijo que para poder intervenir, la Seido argumentó delitos del fuero federal, como trata de personas y derivados, como obligar a menores a pedir limosna. Lo peor se sabrá en mes y medio, cuando los niños comiencen a hablar.