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Enrico Chapela recuerda que la relación entre el arte sonoro y las matemáticas es antiguo

Una vez que cualquier música aterriza en números puede hablar el mismo idioma

El compositor estrenará Tetraktys: interpretado por el Cuarteto Latinoamericano en el Cenart

 
Periódico La Jornada
Sábado 13 de septiembre de 2014, p. 6

Hay quien dice que la música es matemática puesta en sonido, como el compositor Enrico Chapela, uno de los responsables de la publicación del disco Tetraktys: interpretado por el Cuarteto Latinoamericano, álbum que será presentado en concierto con el estreno mundial de las 10 piezas de jóvenes compositores latinoamericanos, la noche del 20 de septiembre en la sala Blas Galindo, del Centro Nacional de las Artes (Cenart).

Las matemáticas dictan parte del espíritu de la colección de obras de alumnos del taller que se imparte en el Núcleo Integral de Composición (Nico), escuela que dirige Chapela. La relación entre las matemáticas y la música es muy antigua. Pitágoras fue de los primeros, expone.

Cualquier tipo de música, sin importar su estética, puede ser traducida a números. Por ejemplo, sin ser un profesional, es posible reconocer un blues. Eso sucede porque hay un patrón armónico y nuestro cerebro lo reconoce. Claramente tiene características que se repiten y esos patrones se traducen a números.

Fibonacci on the beach abre el álbum. La sucesión de números de este matemático italiano de la Edad Media, muy útil para traducir la proporción áurea a música, fue enviada de vacaciones por el compositor Eugenio Casillas, en un giro de humor y un guiño a Philip Glass, con una obra que estimule el seso y erice la piel.

En Tetraktys los números hechos corcheas y silencios emergen desde un mundo onírico de los Chandrian y una fuerza de gran maldad, como plasma Mateo Nossa. En cambio, Eduardo Palacio, memorioso que recuerda 90 por cierto de sus sueños, eligió las frecuencias cerebrales como punto de partida y su intuición fue moldeando la pieza musical.

Singularidad fue escrita en memoria del poeta Mariano Flores Castro, desde las partituras de su hijo Antonio. Ciudades suspendidas, por Jean Angelus Pichardo, se inspira en la catástrofe nuclear en Chernobil, donde petrificadas en radiación quedaron la rueda de la fortuna recién inaugurada y los platos sobre la mesa. Compuse la pieza tomando como base el número y la masa atómica, el número de valencia, los protones y electrones de cada uno de los cinco elementos que contaminaron la ciudad: yodo 131, cesio 137, telurio 132, xenón 133 y plutonio 239.

La bipolaridad, un cuadro del pintor estadunidense Jackson Pollock, la Gran Fuga de Ludwig van Beethoven con citas a Jean Sibelius o el punto en el que la materia transita de un estado a otro con la variación de la temperatura y presión, ya sea sólido, líquido o gaseoso, alimentan esta decena de singular y reciente música para cuarteto de cuerdas.

Tetraktys, que da nombre al álbum, es una figura triangular de 10 puntos ordenados en cuatro filas. El título se nos ocurrió porque son 10 puntos, igual que el número de compositores; tienen cuatro filas, como el Cuarteto Latinoamericano, expone en entrevista Chapela. El conjunto encargado de dar vida a las cuerdas fue fundado en 1982; cuenta con una amplia discografía y ganó el Grammy Latino en 2012 por su álbum Brasileiro.

Todas las piezas tienen una estética muy diferente. Chapela afirma que como maestro de composición parte de la filosofía es ayudar a encontrar una voz personal y que los alumnos pongan a su servicio todas las corrientes estéticas existentes. Para organizarla, usamos las matemáticas como lenguaje, así describe Chapela las 10 obras producto del taller de composición para cuarteto de cuerdas que se impartió en el Nico.

El resultado de este taller es el primero que se materializa en disco. En septiembre se impartirá un taller de percusiones con obras que serán grabadas por la agrupación Tambuco y en enero próximo, otro con el flautista Alejandro Escuer. Me he dedicado a buscar la manera de inventar electrodomésticos para la composición que destilen datos duros de fenómenos variopintos y hacer música, afirma Chapela.

Sin embargo, como compositor del siglo XX siento que la manera más poderosa para permitir que la influencia de diferentes estilos pueda encontrar una armonía y organización es mediante las matemáticas. Un blues, la música clásica, de India la contemporánea, todo eso, una vez que aterrizan en números, pueden hablar el mismo idioma.