i querido yeneka, nos encontramos Chucho López y éste, su enkobio, en el lugar al que acostumbro ir a merecer mis sagrados alimentos, como diría don Beto Cortés (RIP), al que extraño (con co...). Aparte de compartir el pan y la sal, platicamos largo y tendido. La coincidencia fue para obsequiarme su más reciente grabación, la cual está de aquellita. Aunque no soy músico, y mucho menos maestro, no me gustó, me encantó en grado superlativo. Se llama Melting pot y los Jazz TKZ y Chucho López interpretan a Miguel Blanco.

La sencillez y modestia de Chucho están presentes en la carátula, ya que los créditos ponen a su orquesta en primer término, cosa que desde mi muy particular punto de vista no sólo lo enaltece, lo presenta tal cual como son los de verdura.

La trayectoria de este señor de todos mis respetos y, por supuesto, mi admiración, es realmente sorprendente y meritoria. ¡Ah!, hago mi admiración extensiva a toda la big band y re diez, por supuesto, a don Miguel Blanco al que no tengo el gusto de conocer, pero como dicen en Borinquen, vuelvo y repito, de aquellita.

Mi querido nagüeriero, procure conseguir este disco compacto porque se va a llevar una sorpresa. Melting pot está a la altura de cualquier circunstancia. Lo mismo puedo decir de su primer obsequio, Chucho López. Gracias a mis amigos.

Aquí va el contenido: Zalamera para abrir boca con un guajeo en su punto; Mozambique mantiene el mismo encanto, prosigue Dos + Uno, estos tres de Miguel Blanco. Aparece –no faltaba más– La Negra Tomasa, de Guillermo Rodríguez Fiffe, como para avergonzar, perdón por mi franqueza, a Caifanes, cuyo verdadero nombre es Bilongo.

Después sigue algo que le va a llevar a la nostalgia con El día que me quieras, cuya música es de Carlos Gardel. Seguimos con el saoco y el jícamo aunque me niego a llamarle como su título, Salsa for Norman, y luego, Montuno Nights. En el contenido de este agasajo no podía faltar algo para apantallar a villamelones, por ser Dizzy Gillespie el autor. Se llama Things to come, en que el bajo dice aquí estoy. ¡Wow y rewow! Continuamos con Radio bemba y, ya entrados en gastos, Rumba y consecuencia, para terminar con el bonus track, Fly of the bumble bee.

Aquí la lista de músicos: Jako González, sax alto y flauta; Alejandro Díaz, trombón; Alberto García, piano; Ottis Ganceda, sax tenor; Francisco López Jr., trompeta y bugle; Giovanni Figueroa, batería; Marcos Milagres, bajo, y Armando Montiel, tambores. El pianista Mayito Patrón es el invitado especial en El día que me quieras. Por supuesto, dirección, trompeta y bugle, de Chucho López.

En estos tiempos de etiquetas, aquí va la mía, una producción para mi gusto ¡sensacional! Se la comieron con todo y peluca.

Se mueren los buenos. Desde aquí mi más sentido pésame para los familiares de Peret, cantor español de extraordinarias maneras, fallecido en fechas recientes.

Y ahora, mi asere, a comienzos de la década de los 50 del siglo pasado, llegó procedente de Tampico el Son Yumurí. Tuve la oportunidad de admirar su calidad a primera oreja, es decir, desde un principio hice amistad con ellos y no perdía la ocasión de escucharlos, pues su repertorio lo sentía novedoso y atractivo. Su director Daniel Revueltas se encargaba de transcribir lo que llegaba por onda corta a jaibolandia (léase Tampico) vía la Sonora Matancera.

Hicieron bastante ruido durante su estancia en este DF de mis pecados, al actuar en el teatro Tívoli y en el cabaret Latino, en la calle de Rosales. Grabaron y se internacionalizaron con una gira por Centro América. La verdad sonaban, como dijo Benny Moré, bonito y sabroso. Esto sirve, monina, para agradecer una llamada que me regaló mi colega y compadre Raúl Jasso desde Monterrey, donde ahora reside y sigue activo.

No cabe duda que he tenido a través de mi larga trayectoria sonera cosas que valen un potosí a pesar de mis detractores a los cuales les deseo muchos parabienes. ¡Gracias, Jasso! ¡Vale!

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