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Ciudad Perdida

Programas sociales del GDF

En lo alto, la imagen de Mancera

Un bono para no desperdiciar

L

as mediciones de la casa encuestadora Parametría, en las que la gente cuestionada advierte que el trabajo de Miguel Ángel Mancera es bueno para la ciudad de México, no son producto de interrogatorios mañosos que busquen beneficiarlo, sino de los programas que en beneficio de la gente del Distrito Federal (DF) tiene operando el propio jefe de Gobierno.

Parece, según la empresa, que los motivos que hicieron que durante 2013 las opiniones sobre el trabajo de Mancera bajaran considerablemente han sido rebasadas por calificaciones de mayor peso positivo, que tienen que ver con acciones concretas que ejerce el gobierno de la ciudad de México.

Son muchos los beneficiarios de los programas del Gobierno del DF. Los de mayor peso, como el de adultos mayores, de la Secretaría de Desarrollo Social, o el de Médico en tu casa, de la Secretaría de Salud, no los puede obviar la población, y pesan en el ánimo de la gente cuando se le pregunta sobre el desempeño del gobernante.

2014, suponemos, es un año en el que Mancera logró mantener una opinión favorable que en mucho tiene que ver con otro rasgo de las formas con que ha ido manejando su mandato: la reivindicación del salario mínimo de los trabajadores.

Esta, la de los salarios, puede ser sin duda la acción más importante del gobierno actual. Llevar un poco más allá de la línea de pobreza el salario de los trabajadores de la ciudad de México es entender algo más que dos más dos; es, sin duda, una acción de quien se preocupa por encontrar las formas para poner a rodar al DF en el carril de la prosperidad, cosa que las constantes crisis habían hecho olvidar.

Una tras otra, las líneas de gobierno parecen haber obligado a la gente a distinguir entre lo que les ha beneficiado y lo que podría ir en su contra. El resultado lo da Parametría, que advierte otro dato curioso: el trabajo del jefe de Gobierno en el interior del país se aprecia mucho más, 15 por ciento por encima de la opinión en el DF.

Se advierte en la medición que ese resultado –las diferencias de opinión entre el DF y el resto del país– es producto de que en la capital la gente suele ser más crítica con sus gobernantes, pero cabe hacer notar que, más allá del DF, la situación en los estados es cuando menos preocupante, y sus políticos no merecen la confianza de sus gobernados.

No hay en el espacio de quienes ejercen el poder en el país un nombre sobresaliente por sus acciones en favor de sus gobernados, como es el caso de Miguel Ángel Mancera. A la gente de los estados sólo les hace falta comparar para decidirse a dar su visto bueno al jefe de Gobierno de la ciudad de México, y ese, ese es un bono que no debe tirar a la basura Miguel Ángel Mancera, quien en unos días más cumplirá dos años al frente de una de las entidades más pobladas del mundo.

Salir bien librado de la convivencia con la problemática que significa gobernar el DF convierte a los políticos en algo más que administradores de las diferencias. Por más que algunas acciones parecieran indicar que Mancera, junto con la clase política mexicana, se ha alejado de la gente, la opinión de los gobernados señala con claridad que no ha perdido el rumbo.

De pasadita

Las calles de la ciudad de México se llenaron ayer de reproches y reclamos. Validas o no, las protestas tienen un porqué y más vale escucharlas. Las voces, más allá de los medios de comunicación, algunas veces pueden ser correctas, que no se nos olvide.