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Presentes navideños
Y

a comienzan las vacaciones de fin de año: posadas, brindis, aguinaldos, la cena de Navidad y la despedida de 2014. Esto implica comer, beber y gastar, todo en abundancia.

No en balde se habla de la cuesta de enero, en la que hay que comenzar a pagar y tratar de recuperar el peso y la salud.

Pero no hablemos de eso porque hoy tenemos la preocupación del menú de la cena y ¡los regalos!... cómo pueden quitar el sueño. Alguna vez comentamos la dificultad que implica adquirir obsequios para personas de edades e intereses diversos y con distintos grados de afecto y cercanía.

Un presente adaptable a todas las edades son los libros, hay para todos los gustos y presupuestos. Hace unos días se presentó en la Casa de la Bola un libro que es un regalo para el alma: Tarahumara. Muestra de fotografías extraordinarias que Bob Schalkwijk ha tomado a lo largo de medio siglo. Él llegó de su natal Holanda en los años 50, se enamoró del país y este amor se avivó cuando conoció esa parte de México tan lejana, tan distinta. La pasión que le despertó lo ha llevado a realizar 11 viajes, en los que ha recogido el alma de ese sitio fascinante que en muchos sentidos se ha detenido en el tiempo, conservando impoluta gran parte de su cultura. Lo cautivaron los paisajes impresionantes de la Tarahumara, la gente, sus fiestas y rituales, su relación con la naturaleza, con el tiempo. De todo ello nos brinda imágenes extraordinarias llenas de belleza y emoción.

El libro lo diseñó la talentosa María Calderón y tiene un excelente prólogo de Ana Paula Pintado, igualmente enamorada de la Tarahumara, donde ha vivido largas temporadas. El libro se puede adquirir directamente en el estudio de Bob, con el teléfono: 5554-0434.

El libro nos trajo a la mente la artesanía tarahumara que sin ser extensa, tiene algunas expresiones notables. Elaboran piezas de cestería finamente tejidas, con diseños geométricos de una estética abstracta de gran refinamiento y elegancia. Lo mismo se advierte en algunas ollas y vasijas de barro. Hay textiles e instrumentos musicales y graciosos juguetes; todo esto es también un lindo regalo. Con seguridad va a encontrarlas en Artes Populares Mexicanas Víctor, que ocupa un espacio en la parte alta de la Casa de la Acequia. Situada en Isabel la Católica 97, esquina San Jerónimo, la bella casona, de la que hemos escrito con anterioridad, alberga en la planta baja la Antigua Librería Madero.

Ambos establecimientos estaban en la avenida Madero desde hace décadas, pero al volverse peatonal, los miles de paseante que hoy la invaden buscan una oferta light. Ello llevó a estos comercios de gran tradición a emigrar a esta zona del Centro Histórico más tranquila.

Ya que estamos con las artesanías, para el regalito de viaje hay que llevar algo ligero y a la vez bonito. ¿Qué les parecen unos manteles de papel picado? Vamos al vital barrio de La Merced, a la tlapalería La Zamorana, situada en el número 112-A de la calle de Jesús María. Desde hace más de 150 años es el reino del papel picado: manteles, flores, frutas, vestidos y toda clase de adornos de temporada, como navideños, fiestas patrias, día del amor o la primavera.

Ya con las compras concluidas nos hemos ganado una buena comida. A unas cuadras, en el número 37 de la calle de Roldán, se encuentra un grato restaurante que lleva ese nombre. Ocupa una hermosa casona donde la familia Fragoso tenía un expendio de chiles en la planta baja y vivía en la parte de arriba. Hace un par de años el joven chef Rómulo Mendoza y su socio y tío César Fragoso, decidieron restaurar la casa y abrir un restaurante de cocina mexicana. Preparan recetas antiguas con ingredientes frescos de La Merced y productos de mar, que les mandan de Veracruz los padres de Rómulo que viven en el puerto.

La casona con balcones a la calle, ofrece novedosos platillos y muy sabrosos, les menciono algunos: sopa de calabaza tatemada, tacos del puerto rellenos de camarón, el chile Acequia Real y mole de metate.