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Me estás dando a tu hijo y lo cuidaré mucho, dijo Rafael Tovar al pintor y mecenas

Toledo culmina donación del Iago; multiplicarlo, deber del INBA

Es el vástago más preciado por mi padre, en el que puso una atención muy especial, dijo la poeta zapoteca Natalia Toledo, en Oaxaca

Foto
Francisco Toledo, ayer, en la sede de la instancia cultural que fundó hace 26 años en la capital de Oaxaca. Rafael Tovar y de Teresa, titular del Conaculta, y Sara López Ellitsgaard, presidenta de la Asociación Civil Amigos del Iago, flanquean al pintorFoto Jorge A. Pérez Alfonso
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 21 de enero de 2015, p. 3

Oaxaca, Oax., 20 de enero.

La entrega del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (Iago) al Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) es un testimonio de amor, de compartir el trabajo de muchos, muchos años, dijo la poeta zapoteca Natalia Toledo –hija del pintor Francisco Toledo–, quien este martes cedió de manera oficial esa institución creada por el artista hace 26 años.

El Iago, afirmó Natalia Toledo, es el hijo más preciado (del artista), el hijo que se hace con el tiempo. Claro, a todos nos hizo con mucho amor, pero a este hijo le puso un cuidado muy especial.

El acto se desarrolló en el patio del Iago, donde el presidente del Consejo Nacional para las Culturas y Artes (Conaculta), Rafael Tovar y de Teresa, dijo: Presenciamos uno de los actos de mayor generosidad que se han dado en nuestro país... un gesto que es absolutamente ejemplar, pues ha entregado al pueblo de México una colección de más de 125 mil objetos diversos que a través de los años fueron conformando la colección José F. Gómez y el Iago.

“Creo –prosiguió el funcionario federal– que solamente su generosidad es tan grande como su talento y que es un mexicano ejemplar.”

La donación incluye dos inmuebles

Rafael Tovar recordó que cuando él fungía como director del INBA se signó uno de los primeros convenios de trabajo con el Iago.

Ahora, manifestó, el compromiso del Conaculta es cuidarlo, conservarlo y multiplicarlo, ya que se tiene un deber ético y moral con el pintor.

Por su parte, la directora general del INBA, María Cristina García Cepeda, destacó la actividad de Francisco Toledo, de quien enfatizó el compromiso y amor por Oaxaca.

Esa aportación se observa en su incansable labor por la creación de espacios, como el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca, el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo, el Centro de las Artes de San Agustín (CaSa) y el Patronato Pro Defensa y Conservación del Patrimonio Cultural y Natural del Estado de Oaxaca (Pro-Oax), entre otras instituciones.

La donación, explicó García Cepeda, incluye los dos inmuebles en los que se ubica el Iago y en el que se resguarda la colección José F. Gómez.

“Para el Instituto Nacional de Bellas Artes –señaló la funcionaria federal– es un privilegio que el maestro Toledo haya decidido entregar a México este legado.”

García Cepeda afirmó que el instituto que dirige buscará preservar el espíritu con el cual nació el Iago.

Por seguir el trabajo del maestro

Natalia Toledo dirigió un mensaje breve. En nombre de la familia Toledo hacemos entrega del acervo del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca del maestro Francisco Toledo al Instituto Nacional de Bellas Artes para que lo guarden, lo cuiden y si es posible lo multipliquen.

Sara López, también hija de Toledo, dijo: Todos los hijos queremos seguir el trabajo del maestro, y añadió que estarán muy al pendiente de la gestión del INBA.

Es un día de fiesta; no reclamaré a Cué

Jorge A. Pérez Alfonso , corresponsal

Oaxaca, Oax., 20 de enero.

Me estás dando a tu hijo y lo voy a cuidar mucho, dijo Rafael Tovar y de Teresa –presidente del Consejo Nacional para las Culturas y Artes (Conaculta)– al oído de Francisco Toledo.

El medio día de este martes, el artista y promotor cultural entregó una de sus más grandes obras, el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (Iago), que fundó hace 26 años, así como la colección de arte José F. Gómez.

Toledo arribó a la sede del Iago unos 20 minutos antes de las 12 horas; al entrar fue saludado por los que a lo largo de los años han sido usuarios o trabajadores del instituto.

Luego de una serie de entrevistas en las que se le cuestionó sobre la presencia del gobernador de Oaxaca, Gabino Cué, el pintor señaló, entre risas, esto es una fiesta, no vamos a reclamarle nada; al día siguiente sí.

Salió del instituto, junto con María Cristina García Cepeda, directora del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), para esperar al titular del Conaculta, tras lo cual se inició el acto que duró 16 minutos, pues así lo requirió el maestro.

Participaron, además de los funcionarios, Natalia Toledo –quien habló en nombre de la familia– y Sara López Ellitsgaard, presidenta del la Asociación Civil Amigos del Iago y del Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo.

Estuvieron presentes María Isabel Grañén Porrúa, quien dirigió el instituto, y su actual director, Alonso Aguilar Orihuela, además de Lourdes Báez, directora del Centro de las Artes de San Agustín, así como amigos del pintor.

Caras tristes

El Iago recibió a todos los visitantes que llegaron, algunos para ser testigos del acto que propició lágrimas de los hijos de Toledo: Natalia, Laureana, Jerónimo (Dr. Lakra) y Sara. Otros hicieron uso de las instalaciones y consultaron libros.

Toledo, con buen humor, hacía muecas cuando los funcionarios destacaban su quehacer en favor de la cultura.

El artista compartía puntos de vista con su hija Sara y con Rafael Tovar, quienes lo flanquearon en el presídium.

Cuando fue el turno del funcionario federal, Toledo y Cué quedaron uno al lado del otro, las cámaras captaron el momento. El pintor comenzó a juntar las plumas que previamente fueron utilizadas para la firma del acuerdo de cesión y pidió la suya al gobernador, quien entre risas la entregó. Entre el público, se escuchó: no se las vaya a quitar también, lo que ocasionó la seriedad de Cué.

Al concluir el acto, el maestro (como todos se refirieron a Francisco Toledo) departió con los presentes, bebió una cerveza y comió los tradicionales platillos del Istmo de Tehuantepec, como las garnachas o molotes de plátano. ¿Qué gana usted con la cesión del Iago?, inquirieron algunos periodistas a Toledo. Con tono jocoso, dijo: Un peso, un peso y no es deducible de impuestos. Este peso es efectivo y me lo voy a gastar yo solito, no tengo que pagar impuestos de ese peso.

Toledo siempre estuvo rodeado de su familia y colaboradores, quienes se mostraron tristes.

Sin embargo, el pintor confió en que el INBA conduzca por buen rumbo al Iago y que sus familiares se mantengan al pendiente. Además, el pintor dijo que mientras él viva seguirá en el Iago.