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Consideran la opera prima de Jayro Escalante como una joya del cine de corte indígena

Ixcanul, filme guatemalteco, se abre paso en disputa por el Oso de Oro

Es la primera ocasión que una película de Guatemala entra en competencia en la Berlinale

Victoria, de Sebastian Schipper, imprime nuevos aires al festival y cosecha los mayores elogios

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La actriz María Telón, el director Jayro Escalante y la protagonista María Mercedes Coroy durante la presentación del filme que narra la historia de dos indígeneas de KakchikelFoto Reuters
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 8 de febrero de 2015, p. 7

Berlín.

Por vez primera en los 65 años del Festival de Cine de Berlín, una cinta de Guatemala entra en la competencia por el Oso de Oro.

La opera prima del realizador guatemalteco Jayro Escalante, Ixcanul, fue considerada en la Berlinale como una joya del cine de corte indígena.

Escalante dijo que hace apenas siete años que su país cuenta con una incipiente industria cinematográfica.

La protagonista, María Mercedes Coroy, y María Telón –hija y madre en la cinta–, ataviadas con vestimenta propia de su lugar de origen, pusieron color y calidez a Berlín, que se debate entre gélidas temperaturas y un incesante cielo gris.

La historia de Ixcanul se desarrolla en torno de dos indígenas de Kakchikel, en la región centro occidental de Guatemala. La cinta está básicamente en kakchikel, lengua maya que actualmente es hablada por cerca de 400 indígenas de esa región.

Idealización del sueño americano

El matrimonio concertado por parte de la familia de María con un hombre que no ama, práctica común entre estos pueblos, y la relación madre-hija son el hilo narrativo de la cinta.

La idealización de los indígenas por salir del pueblo e ir a trabajar a Estados Unidos y la explotación de que son víctimas por parte de los dueños de la tierra que trabajan son temas que se exploran en Ixcanul, aunque quizá el aspecto más atractivo del filme para el espectador europeo sean los rituales espirituales y las costumbres y tradiciones de ese pueblo maya alrededor del volcán Ixcanul, que da nombre a la cinta.

Por otra parte, a los grandes maestros del cine alemán presentes en esta edición de la Berlinale, Werner Herzog y Wim Wenders, se unió este fin de semana el joven realizador Sebastian Schipper con Victoria, cuya cinta, centrada nuevamente en una figura femenina, cosechó los mayores elogios hasta ahora.

El riesgo y coraje que imprimen Schipper y su camarógrafo, el danés Sturla Brandht Grovlen, han traído nuevos aires al festival.

Victoria, protagonizada por la jóven actriz catalana Laia Costa, es considerada como fuerte candidata si no al Oso de Oro, a llevarse el premio a la mejor dirección y fotografía.

La cinta se desarrolla en un plano secuencia de 140 minutos, es decir, durante casi dos horas y media la cámara no para de grabar siguiendo paso a paso la figura de la protagonista.

El alto grado de dificultad técnica que este trabajo conlleva y la apertura para la improvisación –aspecto que aterra a la estructura de orden parte de la cultura alemana– sorprende al espectador, que durante toda la secuencia se mete prácticamente en la piel de Victoria.

Otro de los atractivos con que cuenta esta cinta es que se desarrolla en la casa del festival: Berlín, que aquí muchos ubican bajo elevados grados de idealización.

El popular barrio multicultural berlinés de Kreuzberg es el escenario donde se narra la historia de una chica española que se encuentra viviendo durante una corta temporada en la capital alemana.

Acción en tiempo real

Una noche, cuando se dispone a volver a su casa en bicicleta después de pasar varias horas en una discoteca, se topa con un grupo jóvenes alemanes que la invitan a seguir la fiesta.

Es ahí donde empieza la aventura en la que durante dos horas y media se suceden una serie de hechos inesperados, sorprendentes y violentos que cambian por completo la perspectiva de vida de la joven y mantienen al espectador al borde de la butaca. Victoria es una película de acción rodada en tiempo real.

La dificultad de este tipo de trabajo radica en que la cámara no se mantiene en una sola locación, se mueve por diversas partes siguiendo paso a paso cada movimiento de Victoria.

En conferencia de prensa, Schipper, a pregunta expresa de La Jornada, habló sobre sus propias vivencias en la gestación de la historia y los riesgos que conlleva el amplio margen de improvisación que requiere una cinta de este tipo.

“La vivencia de peligro debe experimentarse en el cine. Respecto a los personajes, quería mostrar un aspecto de la juventud de hoy en Alemania, la solidaridad que se da entre ellos ante situaciones extremas, la manera en que se rompen esquemas y reglas si se ven enfrentados a determinadas circunstancias; esperamos poder llevar Victoria fuera de Alemania”

En el tercer día de competencia por el Oso de Oro de la Berlinale se presentó la cinta Journal D’una Femme de Chambre (Diario de una camarera), de Benoit Jacquot, protagonizanda por la francesa Léa Seydoux.