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Puede contribuir a amplificar fluctuaciones de ciclos económicos, advierte la Cepal

La inversión extranjera en AL produce fugas financieras al repatriar utilidades

Las ganancias representan más de la mitad de los capitales que ingresaron a la región desde los 90

 
Periódico La Jornada
Domingo 5 de abril de 2015, p. 21

Motivada por beneficios económicos a corto plazo más que por proyectos de desarrollo sostenible que ayuden a reducir la pobreza o combatan el cambio climático, la inversión extranjera directa (IED) se ha convertido en la principal fuente de financiamiento de los países latinoamericanos, pero no es tan estable como se creía y tiende a ser procíclica, lo que puede contribuir a amplificar las fluctuaciones de los ciclos económicos, advierte la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en un reciente análisis sobre el financiamiento para el desarrollo de la región.

La IED, destaca, también produce considerables fugas financieras a través de la repatriación de utilidades, misma que representa más de la mitad de los capitales que ingresaron a la región desde los 90, con lo que se convierte en uno de los principales factores causantes del déficit de cuenta corriente.

La Cepal critica también que este tipo de inversión se concentre en algunas zonas y sectores de América Latina y el Caribe, pues cinco naciones acaparan 85 por ciento de la IED: y de 2008 a 2013 Brasil acaparó 35.5 por ciento, México 16.6 por ciento, Chile 13.1 por ciento, Colombia 7.9 y Argentina 6.4 por ciento. En cambio, apenas 5 por ciento de estos capitales llega a los países centroamericanos.

En cuanto a sectores, la IED se canaliza a las industrias extractivas, como la minería y el petróleo (26 por ciento), la manufactura (36 por ciento) y los servicios que van desde los financieros, hasta electricidad, agua, gas, transporte y comunicaciones (38 por ciento).

Contra lo que se pregona, el organismo regional sostiene que la IED tiene un impacto limitado en la innovación, porque no necesariamente promueve la transferencia de tecnología y conocimientos ni impulsa la capacidad de las empresas nacionales. La región, subraya, apenas recibe 4 por ciento de los capitales que en el mundo se destinan a investigación y desarrollo.

La Cepal explica que la IED ha cobrado importancia como fuente de financiamiento para los países emergentes junto con otras formas de capital privado como bonos, acciones, deuda, préstamos no concesionarios, instrumentos de mitigación de riesgo, garantías e incluso las remesas de los trabajadores migrantes en la medida que disminuyeron los flujos oficiales.

La IED y las remesas no han dejado de crecer en las últimas tres décadas en la región, pero la primera lo ha hecho en mayor proporción, pues, de concentrar 36 por ciento de todos los flujos de financiamiento en los 80 para 2013 acaparó 54 por ciento.

El monto de la IED en la región se incrementó 25 veces o 2 mil 400 por ciento al pasar de 6 mil 200 millones de dólares en los 80 al máximo histórico de 155 mil millones de dólares en 2013, último año del que se tienen cifras comparables. Las remesas, a su vez, aumentaron su participación de 16.4 a 34.4 por ciento en los flujos de financiamiento en el mismo periodo para llegar a 63 mil millones de dólares hace dos años, menos de la mitad respecto al monto de la IED.

La Cepal puntualiza que para encauzar los capitales privados al desarrollo sostenible se deben crear incentivos de la mano de marcos normativos apropiados que equilibren las estrategias de negocios y los objetivos de desarrollo de los países receptores de capitales extranjeros, con políticas públicas e intervenciones gubernamentales eficientes.

El estudio de la Cepal, coordinado por su propia secretaria ejecutiva, Alicia Bárcena, se presentó en la consulta regional sobre el financiamiento del desarrollo, realizada el mes pasado en preparación de la tercera conferencia Internacional sobre la financiación para el desarrollo que se llevará a cabo en julio de 2015 en Addis Abeba.