Sociedad y Justicia
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Los comestibles insalubres causan más de 200 padecimientos

Alerta la OMS sobre las nuevas formas de comer

Académica sugiere reducir el consumo de azúcares, grasas, gluten y otros

 
Periódico La Jornada
Martes 7 de abril de 2015, p. 32

El alto consumo de alimentos con gluten, abundantes azúcares y grasas, así como de carnes y productos industrializados, altera la estructura celular de los seres humanos, proceso asociado a enfermedades como la obesidad, la diabetes y el cáncer.

Por ello, Sofía Sánchez Piña, académica de la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia (ENEO) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), recomendó ser consciente de lo que se come y cambiar los hábitos de consumo, es decir, reducir la ingesta de los alimentos descritos. Una buena alimentación natural será preventiva de la oxidación y el envejecimiento celular, incluso del cáncer.

Con motivo del Día Mundial de la Salud –que se conmemora este 7 de abril y que este año está dedicado a la inocuidad de los alimentos–, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dio a conocer hace unos días que 2 millones de personas en el mundo, la mayoría niños, mueren anualmente por el consumo de alimentos insalubres.

La comida con bacterias, virus, parásitos o sustancias químicas nocivas causa más de 200 enfermedades, desde diarreas hasta cáncer. Esto ha llevado a esta organización internacional a considerar la forma en que se come como un asunto de salud pública de impacto global.

En entrevista, la especialista universitaria destacó que existen varios nexos entre lo que se ingiere y las enfermedades. Uno relacionado con la insalubridad y transmisión de infecciones, y el otro, más complejo, asociado a las nuevas formas de comer, a la industrialización y al mercado de estos suministros.

Explicó que cuando se consumen alimentos con gluten –como pan, pastas, harinas refinadas y arroz blanco– y abundantes en azúcares y grasas se genera una impermeabilidad en la capa superficial de las células, lo que impide que los nutrientes se metabolicen.

Esto provocará en primer lugar alteraciones bioquímicas, como acidez o malestar en el estómago tras el consumo de comida, pero si esto se repite se vuelve crónico, hasta ocasionar colitis o gastritis, por ejemplo.

Sánchez Piña aseveró que si bien todo puede probarse, lo mejor es consumir alimentos con nutrientes como frutas, verduras, semillas y granos, pues son los que realmente alimentan al cuerpo humano.

Detalló que en el desayuno se debe apostar por las frutas, sobre todo por su contenido de glucosa, pues, tras varias horas de ayuno, al despertar el cerebro requiere de ese elemento, por lo que las frutas frescas o jugos naturales son la opción.

Para la comida, dijo, granos y semillas como frijoles, lentejas, garbanzos, chícharos y verduras (no hervidas) son el mejor alimento, los cuales pueden ser acompañados por porciones pequeñas de pescado, pollo o alguna carne magra (res o cerdo con poca grasa y con el menor número posible de conservadores). En la cena se puede consumir una ensalada acompañada de semillas, avena o granola.

La especialista pidió estar atentos a productos como el pollo, pues en ocasiones, debido a procesos para modificar sus estructuras, sospechosamente tienen pechugas muy grandes; a los procesos de almacenaje, manipulación y conservación de la carne roja, la cual –agregó– es difícil de procesar por el intestino humano, por lo que al consumirla quedarán residuos que puedan causar alteración molecular.

También aconsejó moderar el consumo de lácteos, en especial yogur, crema, queso y diversos tipos de leche; el de pan, galletas y postres cuya base de elaboración sea leche y harina. Además, evitar los productos refinados como azúcar y sal.

Lo recomendable es consumir 70 por ciento de proteína vegetal y 30 por ciento de proteína animal, así como beber mucha agua natural.