En el contexto del Día Mundial de la Salud, la solución a la epidemia de obesidad en México no se encuentra simplemente en la condena aislada a ciertas conductas, ni en la recomendación de cambiar nuestro estilo de vida.

Así lo aseguraron Éricka Escalante Izeta, Pedro Arroyo Acevedo, César Hernández Guerrero, Teresa Ochoa Rivera y Alicia Parra Carriedo, investigadores y especialistas en materia de economía y salud de la Universidad Iberoamericana (Uia), encargados del capítulo Factores determinantes de la obesidad: un enfoque interdisciplinario, contenido en el libro Pobreza y desigualdad: un enfoque multidisciplinario, publicado en 2014 por esa universidad.

Basados en un estudio sobre la transición nutricional en México, realizado por el investigador Juan Rivera Dommarco y sus colaboradores en 2011, los investigadores de la Uia afirmaron que para 2017, si las medidas actuales tomadas por el gobierno (para la prevención de la obesidad y el sobrepeso) no dieran resultado, el costo directo será de unos 85 mil millones de pesos.

Las medidas de salud pública actuales se han encaminado a lograr cambios en el estilo de vida, pero se requiere tomar en cuenta aspectos culturales, sociológicos, sicológicos y económicos: El énfasis que el médico y las autoridades de salud ponen en el control y el manejo de la obesidad reside en las recomendaciones para consumir una alimentación menos energética y en el fomento de la actividad física. En general, estas recomendaciones tienen resultados magros, señalaron los académicos.

Destacaron que, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos en los Hogares, el costo de mil kilocalorías ha disminuido desde 1992. Los hogares con menos ingresos consumen más alimentos como grasas, azúcares y bebidas edulcoradas, que tienen el menor costo por caloría, que los de altos ingresos. Estos últimos consumen más alimentos con mayor costo por caloría, como verduras y frutas.

El estilo de vida como concepto, aclararon, se ha popularizado para explicar la constelación de factores que dan origen a la obesidad. Más aún, se señala que los cambios ocurridos en épocas recientes están en la raíz del problema. Sin embargo, aseguraron que el uso simplista de este concepto oscurece la complejidad del problema, la dificultad de su solución y sus raíces en las condiciones sociales y económicas prevalentes.