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Con tales armas perecieron el fin de semana 184 personas, incluidos 43 yihadistas: OSDH

Inaceptables, los ataques del ejército sirio con bombas de racimo, acusa la ONU

Soldados de GB entrenan a efectivos de Irak y milicianos sirios que combaten al Estado Islámico

 
Periódico La Jornada
Lunes 1º de junio de 2015, p. 23

Beirut.

La Organización de Naciones Unidas (ONU) consideró este domingo inaceptables los nuevos bombardeos del ejército sirio con supuestos barriles de explosivos que durante este fin de semana causaron la muerte de 184 personas, incluidos 43 milicianos del Estado Islámico (EI) en sus bastiones en Alepo, de acuerdo con un reporte del Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH).

El mediador de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, denunció los ataques de las fuerzas del presidente Bashar Assad, que el sábado mataron a 84 civiles, incluidos niños, en zonas rebeldes de Alepo, la metrópolis del norte de Siria. El balance es uno de los más altos en esa región en lo que va del año. El bombardeo aéreo en Alepo merece la mayor condena internacional, afirmó De Mistura.

En total, 141 civiles murieron el sábado en distintos bombardeos de fuerzas leales a Assad contra presuntas posiciones de la oposición islamita armada en varias regiones, que con los 43 combatientes del EI caídos suman 184 muertos, precisó la OSDH, organismo opositor al gobierno de Assad con sede en Londres y que dice apoyarse en una red de informadores en todo el convulsionado país.

Algunos organismos internacionales suelen denunciar el uso de barriles de explosivos en Siria, que en lo que va del año han causado cientos de muertos entre los civiles. En recientes entrevistas concedidas a la BBC y a la televisión francesa, el presidente Assad dijo que su ejército no necesita utilizar barriles llenos de explosivos ya que dispone en sus arsenales de bombas clásicas mucho más eficaces.

En tanto, el Ministerio de Defensa de Gran Bretaña informó que unos 800 de sus soldados brindan entrenamiento a efectivos de Irak que combaten al EI, que le ha arrebatado un amplio territorio. La colaboración también se brinda a grupos armados opositores en Siria que operan desde Turquía.

A su vez, la organización Human Rights Watch (HRW) acusó de nuevo este domingo a la coalición encabezada por Arabia Saudita que bombardea presuntas posiciones de rebeles chiítas hutíes Yemen, de utilizar armas de racimo proporcionadas por Estados Unidos, que multiplican el riesgo de afectar a civiles, en particular a niños.

HRW, con sede en Nueva York, citó al menos dos casos de civiles víctimas de estas armas prohibidas por un tratado internacional. El 27 de abril, cerca de la localidad de Amar, en la región rebelde de Saada, norte de Yemen, al menos dos civiles resultaron heridos por una bomba de racimo lanzada desde un avión.

El 29 de abril en la localidad de Baqim, cerca de la frontera saudita, cuatro civiles, entre ellos un niño de 10 años, resultaron heridos por el estallido de una bomba de racimo. Estos artefactos explosivos tienen la particularidad de contener un dispositivo que, al abrirse, libera gran número de pequeñas bombas, indicó la organización en un comunicado.

El organismo menciona otros dos bombardeos el 23 de mayo, también en la región de Saada, donde se utilizaron este tipo de bombas, aunque no dejaron heridos. Las submuniciones no estallan inmediatamente y tienen la capacidad de herir y matar a los que las tocan accidentalmente, recordó HRW.

El 3 de mayo, HRW ya había denunciado el uso de bombas de racimo pr la coalición que combate a rebeldes chiítas en Yemen.

Arabia Saudita, Estados Unidos y Yemen no han ratificado la Convención Internacional sobre Armas de Racimo, adoptada en 2008 por 116 países.

Las decenas de municiones contenidas en estas bombas se convierten en minas susceptibles de matar o mutilar a civiles mucho tiempo después de su lanzamiento, aseguran las organizaciones de derechos humanos.

El gobierno libio instalado en Trípoli, no reconocido por Occidente, llamó a una movilización urgente para combatir al EI, después de que los yihadistas reivindicaron un atentado mortal contra una de sus milicias aliadas en Sirte.