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Ricardo Armando Patiño fue el mejor alumno de su generación en la Unidad Iztapalapa

La UAM reconoce como egresado distinguido al canciller de Ecuador

En la ceremonia estuvieron el titular de la SRE, el rector de la universidad, los embajadores de Venezuela y Brasil y la subsecretaria para América Latina

 
Periódico La Jornada
Martes 2 de junio de 2015, p. 13

El canciller de Ecuador, Ricardo Armando Patiño Aroca, fue reconocido este lunes como egresado distinguido de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), donde hace 40 años inició su formación como economista en la unidad Iztapalapa, concluyendo 12 trimestres después como el mejor alumno de su generación.

En el auditorio de la rectoría general de la UAM, acompañado por los embajadores en México de Venezuela y Brasil, así como por el secretario de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade, y la subsecretaria para América Latina, Vanessa Rubio, se reconoció su dedicación y desempeño sobresaliente que le valió en su momento la posibilidad de desempeñarse como ayudante de profesor y en el ejercicio profesional tomar parte en la conducción gubernamental de su país, aplicando sus conocimientos a la resolución de las carencias y problemáticas que las realidades latinoamericanas tienen.

De compromiso político e ideas de izquierda, Patiño Aroca inició su intervención con un llamado a vivir la vida, a vivir con alegría, tras recordar que participó en la creación del sindicato de la UAM, aprendió a jugar futbol americano, deporte que no se practica en Ecuador y pasó a jugar básquetbol, a pesar de mi estatura.

El canciller ecuatoriano agregó que no pocas veces he visitado México, físicamente o montado en la nostalgia. Y cada vez he sentido que volvía a nacer, que volvía a casa, al enumerar una serie de vivencias en una anticipada alegría de ver rostros familiares que me acompañaron en los años de estudiante. Desde las aulas de la universidad luchamos contra la mediocridad, contra la injusticia, por la solidaridad, aprendimos a desaprender muchas mentiras, especialmente en historia, cuántas falsedades nos enseñan en la época colegial que resuelve la universidad, dijo.

La formación de economista me ha servido, no tanto para cumplir con las funciones de un cargo político, sino para entender la realidad, no era la típica construcción de conocimientos para no entender nada, sino que era una comprensión integral de la economía como una actividad social, dijo para revivir aquel 19 de julio de 1979, cuando aterrizó en el aeropuerto de Managua con la decisión de actuar, de tomar las cosas, enfrentar las realidades y no dejarlas pasar, armado con mis cientos de libros y fotocopias de cuatro años de estudio, tras la caída de la familia Somoza.

Yo era un experto en las más avanzados debates de la teoría del valor, que en la realidad no parecían muy útiles, al menos en ese momento. Nadie quería saber de esos sesudos debates después de 50 años de dictadura. En la universidad no había aprendido a cabalgar, pasando por ríos y valles, arreando cientos de cabezas de ganado. Ahí me di cuenta de que la realidad no se correspondía con la teoría, apuntó.