Espectáculos
Ver día anteriorMiércoles 17 de junio de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Caetano Veloso y Gilberto Gil festejan medio siglo de amistad con gira por Europa

El sexo, conversar y cantar es lo que nos hace felices

Somos realmente muy diferentes; la bossa nova nos acercó, afirman estos monstruos de la música popular brasileña

En Brasil es más fácil que se legalice el uso de la mariguana que el aborto, aseguran los cantautores

El PT cambió la historia de su país, pero se ha agotado, señalan

Foto
Gilberto Gil, Caetano Veloso y Carlinhos Brown, en un concierto en Guadalajara, en febrero de 2011Foto Arturo Campos
 
Periódico La Jornada
Miércoles 17 de junio de 2015, p. 8

Río de Janeiro.

Uno es zen, el otro angustiado. Uno adora dormir, el otro lo detesta. Uno queda con las manos heladas cuando sube al escenario, el otro calmo. Ambos tienen 72 años y han hecho de la música su vida. Gilberto Gil y Caetano Veloso arrancan este mes una gira por Europa que conmemora medio siglo de amistad.

Estos dos monstruos sagrados de la música popular brasileña, que lideraron el movimiento tropicalista en 1968 y se exiliaron varios años en Londres durante la dictadura militar (1964-1985), tras encabezar un movimiento libertario que la enfrentó, esperan aún que un día Brasil legalice la mariguana y, tal vez, el aborto.

En una entrevista, Veloso y Gil conversaron largamente sobre religión y política en Brasil, país que consideran más racista hoy que en el pasado reciente, y donde aseguran que el ciclo de más de 12 años de gobierno del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda), que ambos apoyaron hasta las pasadas elecciones, se ha agotado.

En los comicios de octubre, los dos votaron por la ecologista Marina Silva en primera vuelta, y por la presidenta Dilma Rousseff en la segunda.

–¿Cómo ven la situación política actual?

Veloso: La creación del PT cambió la historia de Brasil, no hay vuelta. Es un partido victorioso en la historia. Ahora el ciclo parece que se agotó.

Gil: El PT tenderá a un ajuste, a una adecuación, un lugar de confluencia.

Vacunados contra el conservadurismo

–¿Hay una ola de conservadurismo que va in crescendo en Brasil?

Veloso: Lo acompañamos a veces con amargura, a veces con paciencia, desesperanza (...) Las primeras manifestaciones callejeras fueron una mezcla de actitudes libertarias y reaccionarias, eran descontroladas. Ahora lo que hay más conservador viene de áreas oficiales, del Congreso Nacional. Pero estamos vacunados, ya enfrentamos muchos reflujos conservadores.

Gil: Algo que atenúa un poco la tristeza es que no es sólo Brasil; tengo la impresión que el mundo está así. Es la sociedad humana.

–¿Creen posible que un día se legalice la mariguana o el aborto en Brasil?

Gil: “¡Creo que sí! ¿Cuánto tiempo más van a insistir en esta marginalidad, en quedar al margen de una tendencia natural?

Veloso: “Creo que es más fácil lo de la mariguana. El aborto es más difícil. El casamiento gay es más fácil que el aborto. Estoy en favor de este último, pero entiendo los sentimientos de inseguridad de quienes lo sienten como amenaza a la inviolabilidad de la vida.

Gil: “Hay una canción mía que me causó dudas a la hora de escribirla. Dice así: ‘y lo que la vida me trajo desde el día que nací’. Y me quedé pensando, ¿será que fue antes? (Risas) Pero acabé dejándolo así y eso me ayudó a creer que [el comienzo de la vida] es sólo después de que uno nace.

–Brasil, con más de la mitad de su población negra o mulata, ¿es menos racista hoy que en los años 70 y 80?

Veloso: “Tal vez un poco más racista, creo (...). Pero Brasil no es nada ‘racialista’. Me acuerdo que durante el Carnaval, en los años 70, yo iba, disfrutaba, había multitudes. Jamás me preguntaba si había más o menos negros. Ni siquiera lo pensábamos (...) y hoy mi cabeza ya comienza a hacer la estadística: allí hay negros, allá no hay negros. Con la influencia estadunidense de los años 70, para bien o mal, la cuestión política y racial fue ‘racializada’. Ahora hay más conciencia del aspecto racial, lo cual aumenta el racismo, pero también lo enfrenta.

–Si Gilberto fuera blanco y Caetano negro ¿cambiaría algo?

Veloso: “Tal vez, no sé. Hasta escribí un libro sobre mi experiencia en el tropicalismo y puse así: ‘Gil es un mulato suficientemente oscuro para ser llamado negro hasta en Bahía; yo soy un mulato suficientemente claro para ser llamado blanco hasta en Sao Paulo. Pero sus ojos son más claros que los míos’”.

Gil: La tendencia en Brasil es hacia una gran nación mestiza.

–¿El crecimiento de los evangélicos les preocupa? ¿Cómo ven la religión?

Veloso: “Soy hasta un poquito antirreligioso (...) pero la vida humana incluye la necesidad de religión. El crecimiento de los evangélicos en Brasil lo encuentro más positivo que negativo (...). Con nuestra formación católica nos acostumbramos a creer que prosperar está mal, y los evangélicos nos enseñan que no es así; eso es muy importante para Brasil. El catolicismo quedó cansado. Uno va a misa y escucha hablar al padre y la imaginación y el lenguaje no tienen energía; parece que hay un agotamiento de la energía histórica del catolicismo en Brasil. Y uno va a una iglesia evangélica –yo voy de vez en cuando para ver, porque hay personas muy cercanas a mí que se adhirieron– y veo la energía con la cual la gente habla y recibe lo que dicen.

–¿Le interesa la religión sin creer en ella? ¿Es agnóstico?

Veloso: Soy. Soy agnóstico. Ya fui ateo casi combativo, pero quise ser más pragmático.

Gil: Yo hice un camino inverso. La precisé (necesité) un tiempo y después me di cuenta de que ya no.

Los músicos afirmaron que hacer un show a los 70 años es muy diferente que hacerlo a los 30.

Del 25 de junio al 2 de agosto llevarán su música a 10 países de Europa (incluidas ciudades, como Madrid, Barcelona, Bruselas y Londres) y a Israel. La gira Dos amigos, un siglo de música arrancará en Ámsterdam.

–¿Aún sienten ansiedad antes de subir al escenario?

Gil: Yo me siento más nervioso hoy que antes, puedo asegurarlo con certeza.

Veloso: Me hace reír, porque para mí es todo lo contrario. No me siento nervioso.

Gil: Mis manos se enfrían, y en algunos casos hasta tengo un poco de taquicardia. Pero es más fácil con él al lado. De todos los músicos, con quien me siento más tranquilo en escena es con Caetano.

–Se les considera casi hermanos. ¿En qué son más parecidos y en qué son más diferentes?

Gil: Somos realmente muy diferentes. Los gustos son parecidos, tenemos un estilo musical marcado por influencias parecidas (...) Él es Leo y yo soy Cáncer. La bossa nova nos aproximó.

Veloso: (Risas). Yo no hago yoga, no creo en la astrología. Creo que somos más diferentes que parecidos. Pero somos muy unidos por la vida y por la música. Nos conocimos en 1963. La primera vez que lo vi él cantaba en la televisión en Bahía y un amigo en común nos presentó.

–Ustedes son de la generación sexo-drogas-rocanrol. ¿Extrañan todo eso?

Veloso: Extraño la juventud y ser joven. Ser joven es una ventaja inmediata. Es una alegría del cuerpo joven...

Gil: Que el viejo ya no tiene más (Risas).

Veloso: (Risas) Pero soy una persona, y ésta atraviesa la infancia, la adolescencia, la madurez, la vejez. Y por todo siento una gran curiosidad.

Gil: La edad avanzada me ha dado la posibilidad de no avanzar más en relación con expectativas y voluntades, cosas marcadas por el futuro, por el horizonte. Yo estoy tranquilo aquí.

Veloso: Al contrario de ti [hablando a Gil], tengo ansiedad en relación con el futuro, aún quiero hacer mi vida. Yo no soy como tú.

Gil: Entendí, entendí. Yo no. Yo soy conformidad según la edad.

–¿Qué no han hecho hasta ahora, que les gustaría mucho realizar?

Veloso: Gil ha realizado cosas musicales maravillosas, yo no. Yo quiero hacer algo que encuentre realmente genial. Tengo ganas de hacer películas, pero para eso se necesita más juventud que para hacer canciones.

Gil: ¡Exactamente! (Risas).

Veloso: Gracias a Dios existen esas cosas inútiles, como son los productos de la creación artística.

Gil: Adoro la pintura, la literatura, el cine, pero no podría hacer nada de eso [si no fuera músico]. Tal vez poesía o filosofía. Podría dedicarme a pensar, en el sentido filosófico.

La música es realmente fácil; sólo es quererla...

–Gil, usted fue ministro de Cultura del ex presidente Lula da Silva cinco años. ¿Es más fácil ser músico o ministro?

Gil: La música es realmente fácil. Sólo es quererla y listo. Sale. Las otras cosas son difíciles.

–¿Cuáles son las tres cosas que más les gustan en la vida? ¿Cuándo se sienten realmente felices?

Veloso: Creo que el sexo, conversar y cantar.

–¿En ese orden?

Veloso: Bien, probablemente.

Gil: A mí me gustan esas tres cosas, pero yo diría que acostarme a dormir, para mí, es lo mejor de todo.

Veloso: Ya ves, ¡para mí eso es el infierno! (Risas). Yo me duermo tardísimo, vivo luchando contra ese momento en que me acuesto y apago la luz, no lo soporto (...) Hago un esfuerzo, me quedo leyendo, mirando televisión, comedias estadunidenses antiguas, sólo me gusta eso. Apago, vuelvo a leer, me acuesto en la oscuridad y no lo consigo (...). No hablo con nadie, no salgo del cuarto. Vivo solo, con mi hijo del medio, pero duermo solo desde hace años.

Gil: Yo no. Cuando me levanto, ya estoy pensando en la hora de volver a dormir.

–Caetano, ¿usted sigue haciendo sicoanálisis?

Veloso: Hago. Regresé.

Gil: Nunca lo hice, nunca he pensado que debía hacerlo.

–¿No tiene nada que reparar?

Gil: ¡No! Estoy muy conforme con lo que tengo torcido.

Veloso: “Yo soy muy occidental. Es más la necesidad de conocimiento y de tolerarme, que de reparar. De ser capaz de tolerar lo que soy, lo que tengo. Me parecía que estaba llegando a lo intolerable. También siempre he tenido gran curiosidad por el pensamiento de [Sigmund] Freud, porque en la infancia tuve una intuición de eso. Era preadolescente, tenía unos 10 años y estaba angustiado y no tenía con quién hablar. Había en Santo Amaro [su ciudad natal, en Bahía] un médico que cuidaba de mi garganta, que me gustaba mucho, yo confiaba en él. Y yo pensaba que debería existir un médico también para cuando la gente está con miedo, con angustia. Cuando supe que existía...

Gil: ¡Quedaste con mucha curiosidad!

Veloso: Sí, yo lo había imaginado.

–¿Cuál sería su consejo para un joven?

Veloso: Ya estoy en edad de repetir el consejo de [el gran dramaturgo brasileño] Nelson Rodrigues. ¡Envejezcan! (Risas).