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Penuria económica

L

a economía zacatecana está sin rumbo, nadando en penuria y pobreza. Con un mercado interno poco dinámico desde el lado de la producción, el renglón de la economía agrícola y pecuaria continúa con un enorme peso en el producto interno bruto de la entidad, que oscila en 25 por ciento del valor total, lo cual contrasta con las medias nacionales.

La producción de este sector está entre ciertos extremos donde ninguno fortalece el dinamismo del mercado interno: sobrevivencia y exportación. Los productos que se quedan en el consumo doméstico no llegan a constituir mercado, y los sistemas-producto con alta rentabilidad son destinados al mercado externo.

Baja productividad y altos costos provocan que no sean esquemas competitivos: 90 por ciento de las 146 mil hectáreas es cultivado bajo un riego de altos costos y prácticas de distribución parcelaria obsoletas. El incipiente desarrollo agroindustrial es caracterizado por pequeñas empresas que no cuentan con ingeniería de procesos; además, la capacidad crediticia limita acceder a los adelantos tecnológicos.

La producción pecuaria es también desoladora. De las cinco millones de hectáreas destinadas a ésta, se logra una producción extensiva que puede llegar a 300 por ciento de sobrepastoreo. No tenemos un mercado interno agropecuario dinámico y saludable; es necesaria una planeación de la economía agrícola con enfoque de seguridad y soberanía alimentaria.

Así, se produciría bajo los criterios de rentabilidad que ofrecen los mercados nacionales e internacionales, y de cobertura de requerimientos de las canastas alimentarias locales. Empero, eso demanda un Estado proactivo, inteligente y determinado en la planeación de la economía endógena, lo cual no tenemos.

La innovación de políticas para crear una estructura productiva destinada al mercado interno significaría un salto poco probable con las características de la actual clase política zacatecana. ¿Acaso el estado de Zacatecas está destinado a la penuria económica secula seculorum?