El dirigente nacional del PAN, Ricardo Anaya, aseguró que no asistió al tercer Informe de gobierno del presidente Enrique Peña Nieto en Palacio Nacional, porque el PAN está del lado de la inmensa mayoría de los mexicanos que están inconformes con los pobres y mediocres resultados de la administración peñista en materia económica, de seguridad y combate a la pobreza y la corrupción.

Tampoco asistió al acto el coordinador de los diputados del PAN, Marko Cortés, quien expuso que su bancada no acudió porque el informe republicano se presenta aquí, en la casa de todos los mexicanos: la Cámara de Diputados. Lo que ayer se realizó en Palacio Nacional fue un mensaje del Presidente y, por tanto, es una ceremonia organizada por el Poder Ejecutivo para el Poder Ejecutivo.

En entrevista por separado, ambos panistas coincidieron en que se presentaron verdades a medias y cifras que no cuadran. Parecía el informe de otro país, de un México distinto, en el que las cosas van muy bien, subrayó Anaya.

Anunció que solicitó a los grupos parlamentarios del PAN en la Cámara de Diputados y en el Senado citar a comparecer a los secretarios de Gobernación, Hacienda, Desarrollo Social, de la Función Pública y Educación, para que expliquen las cifras presentadas por el mandatario, pues, insistió, parecen las de otro país que no es México. Simplemente no cuadran o son verdades a medias.

Por su parte, Marko Cortés expuso que al PAN le interesa un diálogo de frente, claro, puntual, con el Poder Ejecutivo, no un monólogo. Además de exigir respeto al Poder Legislativo, rechazó que la ausencia del PAN en Palacio Nacional sea una descortesía, porque la bancada sí asistió al acto republicano, el del martes.

Tampoco se presentaron en Palacio Nacional los diputados de Morena ni Francisco Martínez Neri, coordinador del PRD, quien había anunciado que los perredistas fueron invitados, pero no acudirían a la cita.

El presidente de la mesa directiva de San Lázaro, Jesús Zambrano, mantuvo sus críticas contra el gobierno federal, en particular a Enrique Peña Nieto, y recriminó a los priístas que lo acusaron de traición.