Sociedad y Justicia
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El coordinador de Posgrado de la casa de estudios define por qué quiere ser rector

La UNAM debe plantearse metas para los próximos 50 años: Juan Pedro Laclette

La institución puede explotar sus capacidades para allegarse recursos, pero no a través de cuotas

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Juan Pedro Laclette, coordinador de Posgrado de la UNAM, durante la charla con La Jornada, el jueves pasadoFoto Yazmín Ortega Cortés
 
Periódico La Jornada
Sábado 26 de septiembre de 2015, p. 30

Para el coordinador de Posgrado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Juan Pedro Laclette, de 62 años, la casa de estudios debe ponerse metas a largo plazo. Le interesa ser rector y cree que se debe apostar al futuro y no sólo plantearse objetivos para los cuatro años que vienen. En su opinión es necesario que la institución defina los temas en que quiere ser la mejor del mundo y trabajar en ello.

Laclette, científico de formación, ha estado al frente de varias instancias de gestión de la ciencia: dirigió el Instituto de Investigaciones Biomédicas entre 1999 y 2007; presidió la Academia Mexicana de Ciencias de 2006 a 2008 y coordinó el Foro Consultivo Científico y Tecnológico de 2008 a 2012.

En años anteriores se ha mencionado su nombre para llegar a la rectoría, pero en entrevista en sus oficinas de Ciudad Universitaria, esta vez él es quien se apunta para relevar a José Narro Robles en el puesto que dejará en noviembre. Llevo 40 años en la UNAM, la tengo bajo la piel y quiero contribuir a su desarrollo. Este es mi momento, sostiene.

–¿Cuál es el eje de su proyecto para la rectoría 2015-2019?

–Estoy convencido del compromiso social de la universidad, ese es el título de mi proyecto. La UNAM tiene que volcarse hacia la sociedad. Hay muchos retos y oportunidades, pero pienso a la universidad más cerca de la sociedad que la sustenta. Recordemos que más de 80 por ciento de nuestros recursos vienen de subsidios federales.

–¿Cómo ve a la universidad que deja el rector Narro?

–Puedo decir que hemos transcurrido una etapa de estabilidad, pero, por muy bien que estemos, siempre hay tareas pendientes. La UNAM ha tenido 16 años de expansión impactante: la matrícula, los metros construidos, las nuevas dependencias. Por eso hay que reordenar. La UNAM es una auténtica universidad nacional. Aceptemos nuestro éxito y reordenemos el funcionamiento de la institución.

–¿Qué se necesita transformar en la universidad?

–Creo que la figura del rector tiene que evolucionar hacia un sistema más descentralizado, de toma de decisiones más colegiada. También hay que ver en qué temas la UNAM va a tratar de ser la mejor del mundo. Tenemos que definirlo y apostar al futuro. No se trata de pensar en los próximos cuatro años, sino en 50 y decidir qué nos corresponde hacer los próximos cuatro.

–¿Cómo puede la UNAM ampliar su matrícula?

–Se amplió el cupo en los últimos años y ahora estamos en 340 mil alumnos, pero no va a ser suficiente. La universidad a distancia o abierta son opciones a desarrollar. El problema de esos sistemas es que sus resultados no han sido del todo satisfactorios, pues hay un alto índice de deserción en ellos.

–¿Qué puede hacerse en la UNAM para cumplir sus metas en un contexto de limitaciones presupuestarias?

–Yo veo que la UNAM puede hacer ahorros en varios rubros y quizá más que pensar en crecer, deba entrar en una etapa de consolidación y reordenamiento. Pero también podemos explotar las capacidades de la universidad para hacerse de recursos propios. Tenemos que generar ingresos, pero no a través de cuotas.

–¿Cómo enfrentar la renovación de la planta docente?

–No vamos a lograr que el personal opte por el retiro si no le ofrecemos condiciones razonables, algo semejante a lo que se les ofrece en otros países. El personal de mayor antigüedad tiene mayores ingresos y si logramos jubilarlo, se nos desocupan recursos para contratar a gente más joven.

–¿Y los problemas de seguridad en las instalaciones?

–Cuando pensamos en la UNAM no sólo hay que pensar en CU, que es un lugar muy protegido. Si se visitan otros campus se percibe la inseguridad. Lo podemos ver en las sedes de Aragón, Zaragoza o Iztacala. La universidad tiene que recurrir a los gobiernos de las ciudades y de los estados para garantizar la seguridad.

–¿Por qué cree que usted debería ser designado rector?

–Tengo muy buen desarrollo académico, amplia experiencia administrativa y académica dentro y fuera de la universidad; tengo experiencia de cabildeo y creo haber demostrado que soy una persona prudente, que busca los consensos. La rectoría es una chamba de tiempo completo 365 días al año. Yo llevo la UNAM en el corazón y estoy dispuesto a hacerlo.