Ciencias
Ver día anteriorMartes 8 de diciembre de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Es una de las principales reservas de bosques húmedos tropicales del Canal de Panamá

Barro Colorado, laboratorio vivo del cambio climático

En la isla se llevan a cabo 350 proyectos de investigación; la pueblan 465 especies de vertebrados

Reportan presencia de sequía por el calentamiento; muchos árboles no lo soportan

 
Periódico La Jornada
Martes 8 de diciembre de 2015, p. 2

Barro Colorado, Panamá.

Una pequeña isla en la mitad del Canal de Panamá se ha convertido en La Meca de la comunidad científica internacional, que ve en este pequeño paraíso un laboratorio al aire libre para analizar los efectos del cambio climático.

Se trata de Barro Colorado, una isla de mil 564 hectáreas en el lago artificial de Gatún, creado a principios del siglo XX para dar funcionamiento al Canal de Panamá.

La isla, administrada por el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, alberga una de las principales reservas de bosques húmedos tropicales del mundo; en la actualidad, ahí se llevan a cabo unos 350 proyectos científicos.

Barro Colorado es probablemente el bosque tropical más estudiado del mundo y nos ha dado muchas ideas sobre cómo estos bosques trabajan en otras partes del mundo, dijo William Laurance, investigador asociado del instituto y profesor en la Universidad James Cook, de Australia.

Algunos científicos optan por vivir en el lugar, que cuenta con servicios de laboratorio, estación de investigación, casas de cultivo, insectario, así como sala de informática y de conferencias.

Si a uno le preguntan cuál es La Meca para investigar biología tropical, contesto Barro Colorado, dijo Camilo Zalamea, biólogo y botánico colombiano doctorado en Francia, quien estudia semillas.

Fauna tropical

En la isla habitan 465 especies de vertebrados, incluidas 72 de murciélagos, además de 500 de mariposas, 400 de hormigas, 384 de pájaros y cinco tipos de monos: araña, cariblanco, tití, aullador y nocturno.

También hay ñeques, tapires, coatíes, tortugas, cocodrilos, saínos y serpientes. Algunos científicos aseguran haber visto incluso venados, pumas y jaguares.

Por los senderos, el visitante se introduce en un tupido bosque donde hay al menos mil 200 especies de plantas y árboles, que en algunos casos acumulan cientos de años.

Los investigadores miden la humedad, la altura, el grosor y la respiración de los árboles y el suelo, mediante un analizador de gas infrarrojo, que se introduce en tubos de PVC colocados en el terreno y en la corteza de los árboles, con un dendrómetro, una especie de cinta metálica en el tronco.

Buscan determinar el crecimiento de los árboles y cuánto bióxido de carbono libera a la atmósfera este ecosistema.

Frente al cambio climático, estamos intentando entender cómo está reaccionando el bosque ante las temperaturas y cómo el flujo de carbono varía con la temperatura y la humedad del suelo, explicó la bióloga e ingeniera ambiental Vanesa Rubio.

Según los científicos, debido a la deforestación y a la contaminación ambiental, los bosques liberan una mayor cantidad de bióxido de carbono, gas causante del calentamiento global.

El ciclo de carbono ya cambió. Ahora enloqueció, lamentó Rubio.

Además, para conocer la evolución del bosque, en el centro de la isla hay 50 hectáreas con más de 200 mil árboles marcados y censados cada cinco años.

Con el cambio climático la sequía es más fuerte, la temperatura ha aumentando y parece que muchos de estos árboles no lo soportan, dijo Rolando Pérez, botánico panameño que lleva 25 años identificando árboles en la isla.

Pérez manifiesta que no ha disminuido enormemente el número de árboles, sino que ha variado la composición o las especies que no soportan o que sí han sido susceptibles al cambio climático.

Un grupo de 52 países con bosques tropicales exige que en el acuerdo mundial sobre cambio climático se reconozca el aporte de estos ecosistemas y que haya cooperación internacional para protegerlos.

Según los estudios, el cambio climático se ha notado particularmente en la elevación del crecimiento de árboles y lianas en los bosques tropicales, lo que ha reducido el almacenamiento de carbono y ha alterado la composición de las comunidades de plantas.