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Dinamarca recuerda a víctimas
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El gobierno de Dinamarca recordó ayer, en medio de estrictas medidas de seguridad, el primer aniversario de los atentados en Copenhague perpetrados por un joven danés radicalizado que mató a un cineasta y a un hombre de origen judío. El primer ministro Lars Lokke Rasmussen colocó una corona de flores frente al centro cultural y la sinagoga, blancos del agresor, que fue ultimado por la policía. La población civil organizó una vigilia entre los dos lugares atacados, unidos por una cadena de velasFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Lunes 15 de febrero de 2016, p. 24

Copenhague.

Dinamarca conmemoró este domingo, bajo estrictas medidas de seguridad, el primer aniversario de los atentados perpetrados aquí por un joven danés radicalizado que mató a un cineasta y a un hombre de origen judío antes de ser abatido por la policía. El primer ministro, Lars Løkke Rasmussen, colocó por la mañana una corona de flores frente al centro cultural y a la sinagoga, blancos de los ataques.

Los daneses quieren vivir en paz. Es el mensaje más importante que podemos dar hoy. No cederemos, no renunciaremos, dijo el primer ministro ante la prensa congregada frente el centro cultural.

Siempre ha habido amenazas serias contra Dinamarca. Esto no ha cambiado. Pero de nuestro lado hemos actuado... hemos reforzado nuestros servicios de inteligencia y nuestra policía, aseguró.

El jefe del gobierno participó luego en un evento organizado por la asociación Finn Nørgaard, que lleva el nombre del cineasta que perdió la vida en uno de los atentados. Esta asociación brinda apoyo a los jóvenes inmigrantes.

Queremos trabajar para que este acto injustificable que nos quitó a Finn no se vuelva a reproducir, explicó a la Afp el fundador de esta asociación, Jesper Lynghus. Copenhague es hoy una ciudad diferente de la que era hace un año, afirma.

Una vigilia fue organizada por la noche, entre los dos lugares atacados, unidos por una cadena que alumbró mil 800 velas. Todo esto con una importante presencia policial.

El 14 de febrero de 2015, Omar El Hussein, un danés de origen palestino, de 22 años, atacó con un arma automática un centro cultural en donde tenía lugar un debate sobre la libertad de expresión.

En esta conferencia participaba el caricaturista sueco Larsk Vilks, blanco de los islamitas desde que en 2007 dibujó al profeta Mahoma con cuerpo de perro.

En este ataque murió el cineasta danés Finn Nørgaard, de 55 años, y tres policías resultaron heridos. El agresor, que logró huir, mató ese mismo día por la noche a Dan Uzan, un judío de 37 años, frente a una sinagoga.

Un lugar en el paraíso

Fue abatido unas horas después en un tiroteo con la policía. El hombre había salido hacía poco de la cárcel donde cumpliera una condena por agresión con arma blanca.

La investigación ha avanzado desde hace un año. Se sabe ahora que Omar El Hussein juró lealtad, en Facebook, al grupo yihadista Estado Islámico (EI).

Poco antes de su muerte, escribió un mensaje a sus hermanos, jactándose de haber ganado su lugar en el paraíso.

Una radio afirmó hace unos días que el atacante llevaba en su bolsillo un Corán cuando fue abatido.

No obstante, la policía nunca ha comentado públicamente las motivaciones del ataque.

Esto puede explicarse por el hecho de que no se quiera relacionar al islam con el terrorismo, explicó Hans Jørgen Bonnichsen, un ex alto funcionario de los servicios de seguridad, citado por el agencia Ritzau.

Durante el año transcurrido, el tono del debate sobre la integración de los musulmanes en Dinamarca se ha endurecido considerablemente, y se vio mezclado con el de la política migratoria del país.

Dinamarca registró 21 mil solicitudes de asilo en 2015, lo que lo convierte -en proporción a su población- en uno de los países europeos que alberga el mayor número de refugiados, junto a Alemania, Suecia, Austria y Finlandia.

Pero el pequeño reino, ex campeón de los derechos de los refugiados, ha dado un giro en este aspecto bajo la influencia del Partido Popular danés (DF por sus siglas en danés, anti-inmigración).