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Salvar vidas es demasiada responsabilidad, dice el actor; se presenta en el Foro Lucerna

Puras cosas maravillosas reflexiona en torno al suicidio, pero no es de autoayuda: Perroni
 
Periódico La Jornada
Miércoles 2 de marzo de 2016, p. 8

Si usted escribiera y enumerara cada día los hechos personales que le son importantes, ¿cuántos sumaría, digamos, en 10, 20 o 30 años? Tal es la premisa de la obra Puras cosas maravillosas, actuada por Pablo Perroni, con dirección de Sebastián Sánchez Amunategui, que se presenta los martes a las 20:45 horas en el Foro Lucerna (Lucerna 64, colonia Juárez), y concluirá el 26 de abril.

De manera general, plantea la vida de una persona que a los siete años tiene a su mamá en el hospital; su papá le dice que su madre hizo algo estúpido. A ella le cuesta trabajo ser feliz. Entonces él empieza a hacer una lista de todas las cosas maravillosas que hay en el mundo, todo por lo que vale la pena vivir. Pronto, la lista tendrá vida propia en una obra sobre lo que somos capaces de hacer por los que amamos.

Puras cosas maravillosas es de la autoría de Duncan Macmillan y Johnny Donahoe.

El Foro Lucerna permite apreciar a corta distancia el trabajo actoral, los gestos, oír la respiración, cimbrarse ante gritos o situaciones tensas. Esto ocurre con Perroni, cuyo personaje va citando a lo largo de la obra los detalles que van conformando la educación sentimental, las dudas, las fuerzas y debilidades.

Después de una función para prensa, Perroni habló sobre el trabajo escénico, durante el cual la interactividad convierte a algunos asistentes en parte de la historia.

Muchos se sentirán identificados con algo o todo de esta obra, que es la primera vez que se escenifica fuera de Inglaterra.

Por medio de la imaginación, una bolsa de mano puede ser el perro del niño de siete años. Una persona lo acaricia, lo calma.

Se trata el tema del suicidio, desenlace que puede ser producto de un proceso de búsqueda o bien un arrebato.

Perroni dijo que este trabajo no busca ser solución ni salvación para quienes quieren suicidarse, pues es algo muy delicado. Lo que sí hay en esta obra es algo de lo cual agarrarse a la vida. A mí me ayudó a encontrar algo para que la vida no sea tan pesada. Es complejo.

El tópico de la depresión ocupa un lugar especial. Perroni estuvo de acuerdo en que lo peor que se le puede hacer a una persona en dicho estado es aconsejarle que le eche ganas, pues es absurdo. La mayoría de las ocasiones los optimistas deberían quedarse callados. La depresión es un problema que como viene se va.

Perroni precisó que esta obra no es de autoayuda, a la manera de tantos libros de las mesas de novedades de librerías.

No es la intención, definitivamente; no estoy aquí para salvar vidas. Es demasiada responsabilidad.