Ante empresarios del sector servicios, comercio y turismo –cuya dirigencia fue relecta– el presidente Enrique Peña Nieto sostuvo que las cifras de empleo, inflación y del mercado interno reflejan un país que, con estabilidad macroeconómica y favorecido por las reformas estructurales, mantiene el ritmo de crecimiento. La estabilidad es la condición básica para crecer y las reformas son el instrumento para acelerar ese crecimiento.

Sin embargo, aunque hizo gala de cuanta estadística tuvo a la mano para informar del rumbo económico del país, matizó: no se trata de regodearnos en las cifras. México es mucho más que estas cifras, que sólo proyectan lo que entre los mexicanos estamos construyendo.

Para entonces, ya había dicho que la inflación en febrero había sido la más baja en 46 años (2.83 por ciento); que en febrero se crearon 142 mil 291 empleos formales; que la venta de automóviles fue de 230 mil unidades, la mayor desde 1988; que en diciembre el consumo privado creció 5.2 por ciento a tasa anual, el mayor incremento en 11 años; que en febrero las tiendas departamentales reportaron un crecimiento anual de 9.6 por ciento, y las tiendas totales 12.5 por ciento; que el producto interno bruto se incrementó en 2.5 por ciento; que el PIB del sector servicios creció 3.3 por ciento; que el del sector comercial fue de 4.5 por ciento; que en 2015 hubo 32.7 millones de turistas, 37 por ciento más que en 2012.

A pesar del cúmulo de cifras, aseveró que no todo deriva de la acción de un gobierno, pues es reflejo de la actuación de la sociedad, y en esa lógica aseveró que los cambios se han producido con base en la apertura al diálogo para eliminar barreras al crecimiento. Y no es porque estemos reinventando al país año con año. México sigue su marcha, su curso, al amparo de las instituciones.

Sin embargo, señaló que las cifras reflejan una realidad: que México goza de estabilidad y cuenta con un mercado interno cada vez más fuerte y en crecimiento.

Para entonces el presidente había recibido gran cantidad de elogios y agradecimientos del relecto presidente de la Concanaco-Servytur, Enrique Solana Sentíes, quien entre tanto halago dejó entrever un par de preocupaciones fundamentales del sector empresarial: la lucha contra la corrupción y cómo reducir la informalidad en la que operan más de la mitad de sus afiliados.

“Un reclamo de la sociedad es consolidar el estado de derecho, con un combate frontal y decidido a la corrupción y la impunidad. Es un pendiente fundamental para el desarrollo de nuestro país. Es con este objetivo que todo el sector empresarial está apoyando y promoviendo la iniciativa ley 3de3. Esta ley tiene fuerza y legitimidad al provenir de los ciudadanos, que piden un cambio urgente y de fondo en la lucha contra la corrupción.”

Solana convocó a su gremio a incorporarse a esta iniciativa y a adoptarla, al tiempo que, aprovechando la presencia de legisladores y dirigentes partidistas en el encuentro, los llamó a que escuchen este clamor popular; siendo sensibles y responsables ante este importantísimo problema.

Su alusión no obtuvo ningún comentario de Peña Nieto.

El diriegnte empresarial también habló del proceso de transición de sus agremiados para abandonar la informalidad. Al anunciar un programa piloto dirigido a 130 mil empresas en la zona conurbada para masificar y diversificar los apoyos (gubernamentales) a los más de 5 millones de empresarios ubicados en nuestro sector, reconoció que muchos de ellos, 57.8 por ciento, para ser exactos, se encuentran en la informalidad.