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Bajo la lupa

Pekín fustiga que Obama crea un segundo Medio Oriente en el Mar del Sur de China

M

ientras reciben en Pekín a Henry Kissinger y a Christine Lagarde, directora del FMI, en el Foro de Desarrollo de China 2016 (http://goo.gl/im8BHW), los dirigentes chinos, mediante sus estrategas militares, se dan el tiempo de advertir el inicio de un conflicto interminable, al estilo de un segundo Medio Oriente, si Obama persiste en sus provocaciones contra China en el Mar del Sur de China (http://goo.gl/GDiZie), donde Filipinas acaba de permitir el acceso a las fuerzas militares de Estados Unidos (EU) en las áreas en disputa.

Llama la atención que a sus 92 años de edad, Kissinger –polémico ex secretario de Estado, hoy gran aliado de la Fundación Rockefeller y la petrolera ExxonMobil, quien acaba de ser recibido por el zar Vlady Putin (http://goo.gl/4g2kzp)– ande tan suelto entre Moscú y Pekín.

EU acaba de anunciar que sus fuerzas militares tendrán una presencia rotatoria en cinco bases en Filipinas –una de ellas, la base aérea Antonio Bautista, cercana a las disputadas islas Spratly, en el candente Mar del Sur de China– bajo un acuerdo de seguridad de 10 años (http://goo.gl/oYu2hg).

EU ha estado jalando a varios países del bloque decapolar del sudeste asiático –especialmente Filipinas y Vietnam– para confrontar a Pekín por la supremacía en el Mar del Sur de China (http://goo.gl/Pqhrqa).

La proyectada colocación de un sistema misilístico defensivo por EU en Sudcorea –como represalia y reacción a la reciente prueba nuclear, miniaturización de una presunta bomba de hidrógeno y su posible colocación satelital, así como a los lanzamientos misilísticos de Pyongyang– han puesto muy nerviosos a China y a Rusia, fronterizos con Norcorea.

Los misiles defensivos contra Norcorea constituyen una excelsa justificación para que EU sitie más a China y a Rusia en el lejano oriente.

Peng Guangqian, estratega militar chino, arremete contra el esquema mendaz de EU en el Mar del Sur de China: EU, quizá preocupado por su influencia declinante y sospechoso del ascenso de China, ha entablado un número de acciones mezquinas en el Mar del Sur de China, cuando Washington es el menos calificado para criticar a otros de su militarización, ya que cuenta con un “número aplastante de submarinos nucleares, bombarderos furtivos, masivos grupos de portaviones nucleares y barcos de guerra en Guam y Hawái (http://goo.gl/Koqypk).”

Peng fustiga que si el Mar del Sur de China se militariza, EU será el principal culpable, debido a sus instrucciones como a sus ejercicios militares conjuntos, que han puesto a la región en un pandemonio. Más aún: critica que EU ha establecido una red militar alrededor de la parte occidental del océano Pacífico.

Peng concluye ferozmente que EU no es un país de la región, ni parte querellante en el Mar del Sur de China.

Matthew Allen, en el relevante portal Russia Insider, arguye sobre la exasperación de China: cuando uno de los grandes poderes económicos y militares del mundo advierte de un segundo Medio Oriente, lo mejor es escuchar. Especialmente cuando coordina su política exterior con Rusia (http://goo.gl/T2imsZ).

La hostilidad de Obama a China no es reciente, como se desprende de su reciente entrevista polémica a la revista The Atlantic (http://goo.gl/GeFzAF).

Más que Rusia, Obama ha determinado que China es el verdadero enemigo de EU cuando todos sus actos hostiles lo delatan: desde su política de pivote (http://goo.gl/RirVkI) pasando por el cerco mercantilista de la Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés) –del que forma parte el “México neoliberal itamita”– hasta sus recientes incursiones en el Mar del Sur de China con el pretexto de permitir la libre navegación–como si a Pekín le gustase asfixiarse y desconectarse del exterior (http://goo.gl/wUUHJX).

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La directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, pronuncia un discurso en la ceremonia de apertura del Foro de Desarrollo de China, el domingo pasado en PekínFoto Ap

¿Qué habrán querido significar los geoestrategas chinos con la metáfora hemorrágica de un segundo (sic) Medio Oriente?

¿Guerras regionales, cambios de régimen, revoluciones de color teledirigidas y balcanizaciones en los 10 países del sudeste-asiático: todos operados por EU y que llevan ya por lo menos un cuarto de siglo en la original matriz medio oriental?

Pareciera que China está dispuesta a aclimatarse a conveniencia o a sufrir la desgarradora metamorfosis tanto de la confrontación como de la cooperación –la clásica política del garrote y la zanahoria: the stick and the carrot– que EU le asesta en forma simultánea.

Rodger Baker, del portal texano-israelí Stratfor, que se ostenta como la CIA tras bambalinas, aduce –en referencia a un texto previo muy discutible y erróneo de hace ocho años sobre “la geopolítica de China: una gran potencia cerrada (https://goo.gl/A6Wpeq)”, de acuerdo con la visión sesgada e interesada de EU e Israel– que China tiene tres primordiales imperativos geopolíticos: 1) Mantener la unidad interna en las regiones chinas de la mayoría Han; 2) Mantener el control de sus regiones de amortiguamiento (Xinjiang, Tíbet y Mongolia), y 3) Proteger la costa de la usurpación foránea.

EU ha tratado por diversos medios tangenciales desestabilizar las provincias budista Tíbet e islámica sunita Xinjiang, mientras, en fechas recientes, ha impedido el predominio de Pekín en el disputado Mar del Sur de China, donde ha azuzado a los otros países regionales que reclaman también su soberanía marítima.

A juicio de Baker, el crecimiento económico chino ha creado un cuarto imperativo: proteger las rutas comerciales estratégicas de China, sus recursos y sus mercados de la prohibición foránea, por lo que busca los medios para asegurar sus vulnerables líneas de abastecimiento, expandir su presencia marítima (sic) y extender su presencia financiera y política internacional.

Los cuatro imperativos geopolíticos de China colisionan así con dos de los cinco imperativos de EU, específicamente el cuarto y quinto: 1) dominar la cuenca del gran Misisipi (traducción: control del Golfo de México); 2) eliminar todas las amenazas terrestres a la cuenca del Gran Misisipi (traducción: neutralizar a Cuba); 3) control de las aproximaciones oceánicas a Norteamérica (sic): controlar el mar Caribe (traducción: implementar los axiomas geopolíticos de Spykman); 4) control de los océanos mundiales (traducción: contra China), y 5) prevenir el ascenso de cualquier desafío potencial (traducción: Rusia y China).

Baker sentencia: EU ve a la China ascendente y a la expansión de la Armada china como un desafío directo a la subyacente estrategia de seguridad nacional estadunidnese.

Según Baker, el desarrollo naval de China, su avance en misiles antibuques y su seguro reclamo de islas y arrecifes en lo que considera su territorio en el Mar del Sur son percibidos por EU como un comportamiento agresivo de parte de un país ascendente, lo que pone en riesgo “sus inversiones e intereses económicos en África, Latinoamérica, sur de Asia, Asia Central y en otras partes (https://goo.gl/o06SgU)”.

¿A qué llevará la decadencia inexorable de EU frente al ascenso irresistible de China y a la resurrección milagrosa de Rusia?

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