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Se le teme y estigmatiza: Eduardo Castañeda

México carece de teatro científico, dice dramaturgo
 
Periódico La Jornada
Martes 3 de mayo de 2016, p. 8

Las metáforas y analogías son recursos que se emplean en el teatro, sin embargo, en las obras científicas e infantiles existen grandes dolencias.

El panorama del teatro científico en México es desértico y no se estimula, lamentó el actor y director teatral Eduardo Castañeda.

“Hacemos teatro de ciencia porque somos muy necios o porque hay una institución que hace un requerimiento específico.

No hay proyectos reales que impulsen y conjunten a la comunidad teatral con los temas científicos, apuntó en entrevista.

Lamentó que pese a su eficacia, las obras con estos temas no forman parte de la agenda política, porque hay miedo, no han sabido abrirse o no hemos sabido relacionarnos. Pero en todos los niveles, tanto en empresas privadas como en instituciones, tendría que haber programas públicos o concursos que estimulen este género.

Para escribir una puesta en escena de ciencia, el dramaturgo emplea una metodología basada en un lenguaje sencillo, claro y concreto; a partir de ahí, la estructura dramática del texto, explicó.

Castañeda hizo hincapié en la importancia de que los actores que participan en la obra comprendan los conceptos científicos para lograr una mejor interpretación y transmisión del mensaje.

“Al primero que se involucra en la divulgación de la ciencia es al artista: hay que estimularlo, apasionarlo, para que por su parte siga investigando sobre el tema para que lo maneje mejor. Si va a hablar de la bomba atómica y el proyecto Manhattan, no sólo se trata de abordar el momento histórico, sino de entender la discusión.

Hay que utilizar un lenguaje claro y sintetizar el conflicto humano con el concepto científico, explicó el escritor.

Las metáforas

Sobre el empleo de metáforas y analogías, Eduardo Castañeda reconoció que parece que les tenemos miedo, al igual que a la imaginación, entonces recurrimos a la cultura televisiva, al simplismo reduccionista del conocimiento; es decir, si vamos a hablar de ciencia hay que poner en el escenario a un científico, y eso no es necesario, se puede hablar con una metáfora. Si al espectador le das un guiño o una pincelada, haces que imagine y que genere un lenguaje escénico.

Por ejemplo, para hablar del tiempo, explicó que no es necesario poner a una persona representando a un reloj, sino a alguien tejiendo constantemente.

Al preguntar a Castañeda si la divulgación científica mediante el teatro debe llegar a los niños como actividad adicional en la escuela, consideró que sería un sueño dorado si la Secretaría de Educación Pública la insertara en su plan de ciencias y artes.

Agregó que una alternativa es fomentarlo en la familia, que después de ver una obra la discutiera para generar conocimiento.

“No se debe estigmatizar ni creer que las ciencias o las artes escénicas con perspectiva científica son sólo para niños, porque debe ser para todos, para que sea parte de tu vida; la idea es pensar ‘a la científica’”, finalizó el actor de teatro con más de una década de experiencia en esta disciplina.